Pioneros en bicicletas de rueda alta
Subir a una bicicleta de rueda alta y recorrer en ella caminos llenos de baches requería de los primeros ciclistas en la segunda mitad del siglo XIX una buena dosis de habilidad y coraje. Los más curtidos recomendaban no salir nunca sin guantes, imprescindibles para prevenir las dolorosas desolladuras, provocadas por las caídas en el llamado "quebrantahuesos". El ciclismo checo nació en Praga. Cuando los pioneros salían de la capital al campo en las primeras bicicletas, los campesinos los injuriaban al paso y los caballos se desbocaban, volcando los carros en la cuneta.
El ciclismo checo nació en la familia del industrial Jan Kohout, residente en el distrito capitalino de Smíchov. Crucial fue la llegada a su casa de un inglés con su bicicleta.
Jan Kohout poseía una fábrica de maquinaria para molinos. Pero era, además, cofundador y accionista de la fábrica de cerveza de Smíchov. En casa del industrial checo se alojó en 1879 la familia de un sacerdote inglés y con ella llegó un joven llamado William Beo Crowl. El inglés trajo a Praga una bicicleta de rueda alta, con neumáticos de goma maciza.
¿Existieron en tierras checas precursoras de la bicicleta inglesa traída por el señor Crowl a Praga?
¡Sí que existieron, pero con el cuadro y las ruedas de madera! La primera fue fabricada por el maquinista Josef Pechácek, de la ciudad de Horice, Bohemia Oriental. Él no fue el inventor sino que había visto un modelo de la fábrica Michaux en la Exposición Universal de París que copió.
Pechácek emprendía con sus amigos excursiones desde Horice a las cercanas ciudades de Jicín y Hradec Králové. Los viajes en bicicletas de madera eran probablemente muy cansadores. Las máquinas eran demasiado pesadas y al parecer más lentas que un peatón. Uno de esos modelos se hizo famoso cuando, en 1868, el primer miembro de la familia de los Vondrich, futura cantera de famosos ciclistas, desfiló con el mismo en un cortejo solemne con motivo de la colocación de la primera piedra del Teatro Nacional.
Las anticuadas bicicletas de madera no podían compararse con el novedoso modelo de fabricación inglesa que montaba el joven Crowl causando revuelo en las calles de Praga. La bicicleta inglesa deslumbraba particularmente a Frantisek y Josef Kohout, hijos del industrial de Smíchov, y a su amigo Karel Schulz que intentaba practicar el ciclismo acrobático en una bicicleta con el cuadro y las ruedas de madera.
La bicicleta inglesa entusiasmó al industrial Jan Kohout y a petición de sus hijos Frantisek y Josef mandó fabricar en su empresa las primeras de ese tipo inglés. El sector de maquinaria checo hizo su primera incursión en un terreno hasta entonces desconocido.
Karel Schulz, amigo de los jóvenes Kohout, compró al inglés Crowl su bicicleta original antes de su regreso a Inglaterra, y los tres jóvenes checos comenzaron a emprender las primeras excursiones en los alrededores de Smíchov.
En agosto de 1880 el pequeño grupo de ciclistas checos fue impactado por una espectacular noticia publicada por la prensa capitalina.
Los periódicos informaban de que un ciclista inglés, el señor Bock, oriundo de Londres, saldría ese mismo día de Praga rumbo a la ciudad checa de Pilsen y que la meta final de su viaje era París. El anterior tramo de Hamburgo a Praga lo había recorrido en dos días.
Los hermanos Kohout no quisieron perder la oportunidad de ver al deportista inglés que cruzaba en bicicleta el continente europeo. La única posibilidad era cruzarse con él en la carretera de Pilsen.
Josef y Frantisek Kohout esperaron durante un rato al ciclista inglés, pero él no aparecía.
El señor Bock se había extraviado al salir de Praga. En vez de tomar la carretera de Pilsen, pedaleaba rumbo a la villa de Zbraslav. En ese momento lo avistó casualmente desde la ventana de su casa el amigo de los Kohout, Karel Schulz.
El checo no daba crédito a sus ojos. Montó en su bicicleta con el fin de alcanzar al ciclista que se alejaba en el camino. Y unos instantes después le tocó al deportista inglés el turno de asombrarse. ¡No esperaba que en Bohemia pudiera toparse con un ciclista!
El ciclista inglés regresó con su colega checo a Praga y en la casa de los Kohout le otorgaron una emocionante acogida. Al día siguiente los tres praguenses, es decir Josef y Frantisek Kohout y Karel Schulz, montaron sus bicicletas y acompañaron al inglés en su viaje a Pilsen.
Karel Schulz encabezaba el grupo de ciclistas, tocando de vez en cuando la trompeta. Las personas que trabajaban en los campos acudían, curiosas, a la carretera. Cuando los ciclistas llegaron a Pilsen fueron saludados por el alcalde de esa ciudad de Bohemia Occidental.
Los hermanos Kohout regresaron triunfalmente a casa después del viaje a Pilsen en bicicletas de la fábrica de su padre. Éste les propuso intentar una nueva proeza:viajar en bicicleta desde Praga a Viena, capital del imperio austro-húngaro del que, en aquel entonces, las tierras checas formaban parte.
Camisetas rojiblancas, largos pantalones de paño, una chaqueta del mismo material, y un alto sombrero de fieltro. Ese fue el atuendo de los hermanos Kohout en su primer viaje al extranjero en bicicleta. Les recordamos que viajaron montados en un "quebrantahuesos", una bicicleta con una descomunal rueda delantera, de 120 centímetros de diámetro, varias veces más grande que la trasera.
Los hermanos Kohout necesitaron dos días y medio para recorrer los aproximadamente 400 kilómetros que separaban la capital checa de Viena. A su regreso, Praga les ofreció una triunfal acogida, siendo ovacionados por miles de personas.
El grupo de ciclistas de Smíchov fue incrementándose. En 1881 nació la primera organización checa de ciclistas, el llamado Club Checo de velocipedistas Smíchov cuyos integrantes realizaban excursiones turísticas. A principios de los años 80 del siglo XIX los ciclistas checos empezaron a disputar las primeras competiciones.