Levadura del vino tiene un monumento en la RCh
Hay un organismo sin el cual no podríamos disfrutar del vino, una de las bebidas más deliciosas que ha creado la humanidad. Se trata de la levadura. En la ciudad vinícola de Hustopece, en Moravia del Sur, construyeron un monumento en su honor.
"Nos encontramos frente a una obra escultórica sin par en el mundo. Las plazas de las ciudades están dedicadas casi exclusivamente a hombres decididos que blanden su espada o sujetan en la mano un libro. Únicamente nosotros, los habitantes de Hustopece, erguimos una estatua de algo que es pasado por alto, pero que ha desempeñado un papel más importante en la vida de la humanidad que todos esos hombres. Estamos frente al monumento de la levadura del vino".
Estas palabras proceden de la "Verdadera relación de la caza de la levadura del vino de Hustopece", un relato chistoso que escribió Milan Klapetek, de Brno, con motivo de la inauguración del monumento.
La levadura del vino no tiene una forma especial. Es, prácticamente, una bola de la cual durante la fermentación se divide otra bola. Y precisamente este proceso está representado por la obra plástica de Hustopece, según explica el vicealcalde Jirí Teplý."Expertos nos enviaron fotografías microscópicas de la levadura. De acuerdo con estas fotos, una artista de Hustopece pintó unos treinta esbozos. Nosotros escogimos uno para diseñar luego junto con tallistas la escultura. Al final surgió una forma 70 mil veces más grande que la levadura original, que fue tallada en piedra arenisca. El monumento pesa unos 120 kilos. Mientras tanto, recibimos un certificado que prueba que se trata de un récord checo, ya que logramos ampliar un organismo 70 mil veces".
El autor de la idea de inmortalizar la levadura del vino en la piedra es un artista aficionado de Hustopece. Hace unos doce años vio en otra ciudad morava desmontar un monumento comunista y se le ocurrió que no estaría mal poner en su lugar un monumento a la levadura. La idea se puso en realidad años más tarde en su ciudad natal.
Hustopece inspiró a la aldea vecina de Boretice. Allí planean honrar a la levadura con un monumento que representará a San Urbano, patrono de los vinicultores.