Soldados rusos no estarán presentes en territorio checo
Tropas rusas no estarán presentes en la estación de radar que Washington prevé construir en la República Checa, indicó el primer ministro checo, Mirek Topolánek, ante la Cámara Baja, que debatió sobre el tema.
Acaloradas discusiones provocó en la Cámara Baja checa la oferta del Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, para que expertos militares rusos estén presentes en la estación de radar que se prevé edificar en la República Checa.
El primer ministro, Mirek Topolánek, no descartó que inspectores rusos visiten la estación de Brdy, pero rechazó categóricamente que soldados de ese país vayan a estar presentes.
"Sobre la eventual presencia de expertos rusos en la República Checa decidiría el Parlamento o la nación checa en un referéndum. El Gobierno checo mantiene conversaciones sobre el radar con Washington y dialoga también con Moscú. Sin embargo, esto no significa que estamos invitando al país al Ejército ruso", destacó Topolánek.
El primer ministro admitió que los inspectores rusos deberían tener la posibilidad de monitorear la construcción de la estación de radares y controlar su funcionamiento.
"No es una novedad que Washington pretende cooperar estrechamente con Moscú en el terreno de la defensa antimisiles en Europa", subrayó Topolánek. Apeló a los diputados para que comprendan las intenciones de Washington de atenuar los temores rusos ante el probable levantamiento del escudo antimisiles en Europa.El opositor Partido Socialdemócrata se opuso categóricamente a la eventual presencia de expertos militares rusos en la estación. "Se trata de una idea absurda", comentó el vicepresidente de la Cámara Baja y diputado socialdemócrata, Lubomír Zaorálek.
"Para nuestra formación política resulta inaceptable el principio que dos potencias mundiales deliberen sobre el envío de soldados a un tercer país. En mi juicio, se trata de una clara violación de la soberanía de la República Checa", afirmó Zaorálek.
A pesar de todas las intenciones de EE.UU. de disolver los temores de Rusia, ese país sigue manteniendo una postura contraria frente a los planes de la administración Bush de construir en Europa parte de su escudo antimisiles. Y ello a pesar de la invitación de Washington para que Moscú participe en su levantamiento.