Ministro de Medio Ambiente: “Biocombustibles no encarecen alimentos”
El ministro de Medio Ambiente checo, Martin Bursík, rechaza la interrelación directa entre los biocombustibles y la crisis alimentaria que se está gestando en el mundo provocada por la subida de los precios de los alimentos.
El ministro Martin Bursík subrayó que los biocomustibles actuales, fabricados de maíz, trigo, remolacha o caña de azúcar, representan sólo un camino hacia los carburantes basados en celulosa o desechos, que no competirán con los cultivos para la producción de alimentos.
“A pesar de que la mayoría de los biocombustibles actuales cumple los criterios de desarrollo sostenible es necesario invertir rápidamente en la investigación, el desarrollo y el fomento de las refinerías de los biocombustibles de segunda generación. Es obvio que en el caso de los residuos descomponibles biológicamente se nos escapa una enorme fuente energética”.
El Ministerio de Medio Ambiente indicó que las instalaciones industriales para refinar los biocombustibles de segunda generación se pondrán en marcha en la República Checa dentro de unos cuatro años.
Martin Bursík no admite el argumento de que los carburantes limpios influyen directamente en el precio de los alimentos. Según él, la actual escasez alimenticia en algunos países se debe a la mala cosecha, al crecimiento de la población en la India y otras regiones y la reducción de las reservas mundiales.
Por su parte, el analista agrario Petr Havel afirma que existe una correspondencia entre la producción de biocombustibles y los precios de los alimentos y que no se debe subestimar, como pasó en los últimos meses, ni sobrestimar, como ocurre ahora.
En la República Checa los precios de los alimentos se mantienen a un nivel estable, sin embargo, el presidente de la Cámara Agraria, Jan Veleba, opina que el encarecimiento es de esperar.“El alza de los precios llegará a nuestro país, subirán los precios del arroz, y también de los productos que no se pueden cultivar en nuestro país, y quizás de aquellos alimentos que se pueden producir en Europa, pero nosotros renunciamos a su producción sin reparo”.
En marzo de 2007, los países de la Unión Europea se comprometieron a que el porcentaje de los biocombustibles en la gasolina y el diesel alcanzará el 10 por ciento hacia 2020. Una nueva directiva europea referente a las fuentes de energía renovables incluirá la condición de que los combustibles no se fabricarán de materiales procedentes de una selva talada y un aguazal secado.