Praga es una ciudad musical, pero no sólo debido al turismo
Praga es el paraíso de los amantes de la música clásica y en sus teatros e iglesias todos los días se realizan innumerables conciertos, especialmente destinados a turistas. Pero el ciudadano de a pie también es un apasionado por la música y la lleva en la sangre.
No es de extrañar ver caminar por las calles de Praga a gente de todas las edades llevando a cuestas distintas clases de instrumentos, desde la clásica guitarra, pasando por el violín, la viola y hasta el contrabajo.
Se trata de un fenómeno poco común en los países latinoamericanos, según recalca nuestro viejo conocido Francisco, un chileno que lleva casi diez años viviendo en Praga y que es amante de la música clásica.
“La música es algo que se lleva yo creo que en la sangre y es también una tradición familiar. Es muy común ver aquí en Praga mucha gente caminando, muchos niños con instrumentos musicales que van a clases o vienen de clases o van a tocar. Aquí casi toda la gente hace música. Y buena”.
Francisco agrega que este amor por la música no es sólo una postal para atraer turistas, aunque también sirve para eso, ya que son muchos los extranjeros que vienen a la capital checa atraídos por el imán musical.“Se vive mucho la música acá, no es solamente la cosa turística, aunque también hay toda una cuestión turística, hay muchos conciertos, gente disfrazada de Mozart ofreciendo conciertos, pero eso es para los turistas. En las casas hay mucha música, se escucha harto, yo creo que los checos son muy buenos intérpretes”.
Francisco asevera que le encanta el ambiente musical que se respira en la República Checa y que cuando visita su país, rara vez ve caminando por la calle a músicos que acarrean sus instrumentos. Pero que cuando ello sucede, siente nostalgia de Praga.