Hispanohablantes con sangre checa estudian becados en Chequia
México, Chile, Ecuador y Brasil. Estos son algunos de los países de donde provienen los estudiantes hispanohablantes que durante este mes de agosto han aterrizado en la República Checa para estudiar checo.
Los alumnos visitaron este martes la Radiodifusión Checa. Karel Žák, de Ecuador, habló sobre los motivos que les indujeron a realizar estos cursos.
"Hemos venido a un curso de checo para compatriotas. Nosotros tenemos nuestros abuelos, padres, tíos, familiares con descendencia checa. Hemos aplicado a este curso y hemos venido por cuatro semanas. Primero fuimos tres semanas a Dobruška y esta es nuestra última semana en Praga. Así que después de cuatro semanas de haber estudiado checo, regresamos a nuestros países o nos quedamos algún tiempo más acá. Para muchos de nosotros es nuestra primera experiencia con la cultura checa, la República Checa y la cultura de nuestros abuelos".
Se trata de cursos enfocados para acercarse un poco a la cultura de sus antepasados. Pero eso sí, de una manera mucho más auténtica, según cuenta Miroslava Palecek, estudiante mexicana."Hemos aprendido canciones típicas checas, polca. Nos han enseñado a bailar algunos bailes típicos checos y la verdad es que es algo muy interesante porque en nuestro país, pese a que tenemos antepasados checos, nuca lo habíamos vivido de esa manera".
Por su parte, Gabriele Rotter, hablaba de la dificultad que le supuso empezar a familiarizarse con la lengua checa.
"Yo hablo inglés, alemán y español y el checo es completamente distinto a lo que son estos tres idiomas. Quizás el alemán se acerca un poco más a lo que es el checo, pero los otros idiomas no tienen mucho que ver, así que el vocabulario parte de cero. Entonces para mí ha sido muy complicado y difícil empezar a memorizar o a entender lo que es cada palabra".
Cuando le preguntamos a Karel Žák sobre Praga, sólo se deshace en elogios hacia la capital checa y el país, en general."Praga es una ciudad fabulosa. Yo me enamoré de Praga en dos días. Después viajé a Dobruška y ahora vuelvo a Praga. Me quedo aquí tres semanas más. Voy a recorrer Pilsen, Karlovy Vary, Český Krumlov, un poco todo el país. También Brno, la ciudad de mi abuelo. Y claro que tengo intenciones de venir el próximo año a aprender checo, la lengua de mi abuelo. Y quiero venir a vivir acá, realmente este país me gusta".
El curso empezó el 27 de julio en Dobruška y concluye esta semana en Praga.
Foto: Kristýna Maková