“Mucha gente no sabe que František Kupka era checo”
El año 2012 está dedicado en la República Checa al famoso pintor y uno de los padres de la pintura abstracta, František Kupka. Sin embargo, en vez de recordar su grandeza artística, en los últimos meses destaca en los medios checos el tema del eventual traslado de las cenizas del artista desde París, donde vivió casi toda su vida, hacia Praga.
A pesar de su gran renombre en el mundo artístico, mucha gente ignora el país de origen de Kupka, señala Jiří T. Kotalík, vicerrector de la Academia de Artes Plásticas de Praga.
“Kupka es probablemente el artista checo más conocido en el extranjero. En todos los libros sobre el arte es mencionado como fundador de la pintura moderna. No obstante, debido a que vivió casi toda su vida en Francia, mucha gente no sabe que no era francés sino que era checo”.
Kupka pasó en Francia largos años. Llegó a París en 1895 a sus 24 años y hasta su muerte vivió en el municipio de Puteaux a las afueras de la capital francesa. Su obra artística fue reconocida solo después de su muerte en 1957, señala Kotalík.
Los checos pudieron apreciar sus cuadros en una exposición que tuvo lugar durante la Primavera de Praga de 1968 y luego en los años 90, después de la Revolución de Terciopelo.En 2012, el nombre de František Kupka, hasta entonces no muy conocido por el gran público, empezó a llenar las páginas de los periódicos checos. En enero pasado, un avión gubernamental trajo a Praga 41 cuadros del pintor que consiguió en Estados Unidos la coleccionista, mecenas y gran conocedora de la obra de Kupka, Meda Mládková. Poco después se expusieron en el Museo Kampa en la capital donde se pueden ver hasta la actualidad.
A raíz de la exposición, Kupka se pone de moda en Chequia. Un motivo de su obra ‘Amorfa: Fuga Bicolor’ aparece en la vestimenta de la delegación checa para los Juegos Olímpicos de Londres. También la subasta en abril pasado del cuadro ‘La Forma del Azul’, que fue comprado por más de dos millones de euros acapara la atención de los checos. En este contexto surge el tema del traslado de las cenizas de František Kupka desde París a su país natal.
La idea de traer los restos mortales de Kupka a Praga se le ocurrió a la documentalista Lenka Jaklová. Durante largos meses estaba a la búsqueda de la tumba del pintor, supuestamente sepultado en el cementerio parisino de Père Lachaise, lugar de descanso de muchos personajes famosos. Encontrarla no fue nada fácil, señala Jaklová.“Suponíamos que el nombre de Kupka iba a estar en la lista de los personajes famosos sepultados en el cementerio y que iba a tener una tumba propia. Sin embargo, su nombre no estaba ahí y tampoco pudimos encontrar su tumba. Luego supimos que sus restos fueron incinerados”.
En este momento, la documentalista quiso interrumpir la búsqueda ya que Kupka no tenía hijos que cuidaran las cenizas y era de suponer que fueron desplazadas a una fosa común. Sin embargo, más tarde apareció un importante documento.
“Mi hija encontró en el archivo de Puteaux un acta con el número del nicho en el columbario de Père Lachaise. No obstante, este número ya no existía. Junto con la vice alcaldesa de Puteaux fuimos al columbario y buscamos hasta encontrar la urna de Kupka”.
Al encontrar la urna con las cenizas del pintor, Lenka Jaklová decidió impulsar su traslado a Chequia donde podría ser colocada en un lugar más accesible que el columbario subterráneo de la necrópolis parisina. Según la documentalista, František Kupka debería descansar en el cementerio capitalino de Vyšehrad junto a otros grandes personajes checos como el compositor Antonín Dvořák o Bedřich Smetana o el pintor Alfons Mucha. La iniciativa de Lenka Jaklová recibió el apoyo de la coleccionista Meda Mládková y de distintos personajes de la vida pública y de los Ministerios de Cultura, Defensa y de Relaciones Exteriores.El vicerrector de de la Academía de Artes Plásticas de Praga, Jiří T. Kotalík, opina que devolver al pintor a Chequia es la mejor manera de rendir homenaje a Kupka.
“Traer los restos mortales de František Kupka a su país natal sería un acto de reconocimiento a su importancia, a su mérito en el arte moderno, sería una forma de agradecerle el trabajo que hizo para la nación”.
Sin embargo, no todos los conocedores de Kupka están a favor del traslado. La iniciativa de Lenka Jaklová fue criticada por algunos de los historiadores del arte. Según ellos, Kupka descansa en un sitio digno de su renombre internacional y no hay por qué llevarlo a un cementerio menos conocido y visitado. Lenka Jaklová no está de acuerdo.“Père Lachaise es la necrópolis más célebre del mundo, lugar de descanso de decenas de personajes ilustres. Mucha gente visita las tumbas de los artistas o políticos. Sin embargo, es imposible encontrar a František Kupka. Su nombre no viene en la lista oficial de personajes célebres, tampoco está en la página web. Está perdido por completo”.
No obstante, es posible que descansar en el columbario subterráneo, no muy visitado, fuese el deseo del mismo pintor. La coleccionista Meda Mládková que estuvo en contacto con Kupka durante los últimos años de su vida, recuerda que su entierro no fue público
“Kupka era masón por lo que su esposa no quiso que nadie asistiera a su funeral. Yo llevé en secreto unas flores y las puse encima del ataúd. Era una simple caja de madera”.Meda Mládková es una de las personas que apoya a la documentalista Lenka Jaklová en su esfuerzo por la devolución de las cenizas de František Kupka a Chequia. Sin embargo, sus palabras sobre el entierro del pintor despiertan la duda si Kupka deseaba ser trasladado a su país de origen y tener una tumba ostentosa junto a otros héroes de la nación en el cementerio de Vyšehrad. La historiadora de arte, Marie Klimešová lo niega categóricamente.
“Kupka nunca dijo que quería volver a su país natal. Ya a principios del siglo XX, cuando era muy joven, afirmaba que se sentía ser cada vez más francés y que le gustaba vivir en Francia. Deberíamos tratar de acentuar la importancia de Kupka a nivel internacional y recordarlo como un artista de renombre mundial. Si lo trasladamos a Praga, lo convertiremos en un héroe local. Creo que el cementerio donde descansa ahora es un sitio digno de él”.
Marie Klimešová señala que no existe ningún documento que confirmara la voluntad de František Kupka de volver después de su muerte a la República Checa. “Hemos podido leer toda la correspondencia de Kupka, sin embargo, no hemos encontrado ningún deseo de ser trasladado a su país de origen”, señaló la portavoz del Ministerio de Cultura, Markéta Ševčíková en agosto pasado. “Creo que deberíamos tomarlo en cuenta”, agregó.
Al retirar el Ministerio de Cultura su apoyo al traslado de las cenizas de František Kupka a Praga, el debate, que acaparó la atención de los medios checos en los últimos meses, se interrumpió. Es posible que vuelva a surgir en las próximas semanas ya que en noviembre será inaugurada en la capital una amplia retrospectiva de la obra de este ícono del arte abstracto.