La obra de František Kupka, fundador del arte abstracto, regresa a Chequia
La exposición retrospectiva del pionero de la pintura abstracta, František Kupka, regresó a la República checa.
La sala de exposiciones Jardines Wallenstein alberga desde el 7 de septiembre una extensa exposición de las pinturas de František Kupka, pionero de la pintura abstracta y a la vez uno de los artistas más destacados de la República Checa.
La exposición, llamada František Kupka 1871-1957, fue preparada por la Galería Nacional de Praga en cooperación con la organización francesa Réunion des musées nationaux, el Centro Cultural Pompidou y la Galería Nacional de Finlandia. La comisaria de la exposición en Praga, Anna Pravdová, explica su relevancia en relación al autor.“La exposición es una retrospectiva, a diferencia de la exhibición que se organizó en Praga en 2012. Esa exposición capturó la primera época artística de Kupka, la que constituye el conjunto llamado Viaje a la Amorfa, y mostró la transición de lo figurativo a lo no figurativo. En la nueva muestra está representada su obra entera, con todas sus etapas y aspectos”.
La exposición muestra cerca de 300 obras del artista, incluyendo acuarelas, dibujos, manuscritos y una amplia colección de periódicos y enciclopedias que Kupka ilustró.
Las obras están organizadas cronológicamente y divididas en unidades temáticas. Así se puede observar la trayectoria del artista desde el simbolismo hasta la abstracción.El conjunto retrospectivo se centra en sus pinturas simbólicas, retratos expresionistas, juegos de formas y de colores, la masculinidad y la abstracción geométrica. Aparte de las obras pertenecientes a la Galería Nacional, se podrán ver pinturas menos conocidas traídas del extranjero y obras de colecciones privadas.
Kupka nació en Bohemia, una de las regiones históricas de la República Checa. En 1896 se trasladó a París, donde vivió durante la mayor parte de su vida. Fue un hombre solitario e independiente, anticapitalista y anticlerical. No formó parte ni del cubismo, ni del futurismo, y por su temor a exponer firmó su primer contrato con un galerista a los 80 años.
A pesar de su carácter autónomo, en su estudio de Puteaux en Francia recibía con frecuencia a los artistas conocidos de la época, como por ejemplo Marcel Duchamp o Francis Picabia, y todos los domingos organizaba debates intelectuales.Fue un artista extremadamente complejo, lo que se refleja en sus pinturas. Sus períodos de figuración y abstracción confluyeron con todo tipo de fuentes: literarias, filosóficas, musicales, espirituales y científicas.
Su trabajo no fue reconocido en Chequia hasta 1946, cuando la Asociación de Artistas Mánes organizó su primera exposición retrospectiva. Después del golpe comunista, sus obras fueron prohibidas, y el público checo no las volvió a ver hasta la revolución de 1989, explica Pravdová.
“František Kupka, a pesar de ser el pintor checo más famoso en el extranjero, no se conocía aquí durante el régimen totalitario. No se hablaba ni se escribía de él. Aparte de ciertos círculos, nadie sabía que existía. Tenemos que destacar el papel de la historiadora Ludmila Vachtová, quien publicó la primera monografía sobre el pintor en el año 1968. El libro fue traducido al inglés y es el primer libro que se dedica a la vida de Kupka”.Según Pravdová, la originalidad de Kupka no consiste solo en el rechazo de la representación clásica. Su obra tiene raíces en el simbolismo de Viena, enriquecido por la herencia espiritual y filosófica de Europa Central. Esto lo complementa su interés en la ciencia, el cosmos, y la naturaleza.
Antes de ser trasladada a Praga, la exposición fue expuesta en el palacio Grand Palais en París, donde fue visitada por más de 230 000 personas. En Praga es una de las primeras exposiciones del otoño vinculadas a las celebraciones de la fundación de la Primera República Checoslovaca, dice el director de la Galería Nacional, Jiří Fajt.“Todas las exposiciones que seguirán tendrán algo en común, es decir, estarán vinculadas al entorno cultural e intelectual francés. El motivo es el aniversario de la fundación de la Primera República Checoslovaca, cuya identidad se basó en gran parte en los círculos políticos, culturales e intelectuales de Francia”.
La exposición estará en la sala Jardines Wallenstein hasta el 20 de enero de 2019.