Los artistas checos que se asomaron a la jungla
Con el sugerente título de ‘Palmeras en el Moldava’ (‘Palmy na Vltavě’), la Galería de Bohemia Occidental de Pilsen presentará una muestra sobre el primitivismo checo entre 1850 y 1950, es decir, sobre la influencia de las culturas consideradas entonces primitivas en las artes checas.
No era una excepción en su época. El encuentro entre Europa y el mundo “no civilizado” provocado por el imperialismo decimonónico trajo al Viejo Mundo nuevas influencias plásticas. Precisamente este primitivismo, la inspiración en culturas nativas, jugó un rol fundamental en el tránsito del arte clásico al moderno.
El mundo artístico checo también se vio inundado de estos aires tropicales, como se encarga de recordar la exposición ‘Palmeras en el Moldava’ que ha abierto sus puertas en la Galería de Bohemia Occidental de la ciudad de Pilsen.Además de un recorrido por la vida y obra del mencionado Gottfried Lindauer, la muestra recoge por ejemplo las estatuas de Bohumil Kafka inspiradas en las momias peruanas, o algunos trabajos de pintores checos como Jan Presler, Jan Zrzavý u Otakar Nejedlý, influidos por Gauguin.
El primitivismo se refleja también en uno de los pintores clave del cubismo checo, Josef Čapek, según comenta el comisario de la muestra, Tomáš Winter.
“Los integrantes de estas culturas originarias componen los personajes mediante elementos geométricos básicos, justo el principio que apreciamos en el cuadro de Čapek ‘El Rey Negro’ de 1920”.
Josef Čapek llegó incluso a escribir un libro sobre primitivismo. Su hermano, el escritor Karel Čapek, reuniría una colección de arte originario de decenas de piezas. Tampoco faltan influjos primitivos en representantes checos del surrealismo o el poetismo, como Karel Teige o Jindřich Štyrský, ni en artistas de los años 40 como Jan Křížek, Alén Diviš o Václav Zykmund.Pero no todo son influencias. Muchos coleccionistas checos se nutrieron directamente de arte nativo comprado en el extranjero, como el mencionado Čapek. Algunas de estas piezas han podido ser reunidas en la muestra, entre ellas algunas de alto valor simbólico, como explica Winter.
“Por ejemplo esta figura de Nueva Guinea, que representa un hombre de pie, la compró el ilustrador checo Adolf Hoffmeister a uno de los gurús del surrealismo parisino, nada menos que a André Breton”.El primitivismo enraiza con las consencuencias culturales de los primeros encuentros entre europeos y nativos americanos, que dieron lugar a estereotipos como el del buen salvaje. Una parte de la exposición está dedicada precisamente a los siglos XVI, XVII y XVIII y la influencia de la temática americana en el arte europeo. Otro apartado se dedica a exploradores y viajeros checos del siglo XIX como Alberto Vojtěch Frič o Emil Holub.
La exposición permanecerá abierta hasta el 28 de abril.