Chequia sigue siendo en Europa un oasis para los fumadores

Foto: Filip Jandourek

En la República Checa hay todavía un tercio de restaurantes sin limitaciones para fumar, y en los locales con espacios para no fumadores, estos a menudo no están estrictamente delimitados. El Gobierno prepara sin embargo una mayor restricción del tabaco en los espacios cerrados.

Foto: archivo de Radio Praga
Aunque en la mayor parte de Europa Occidental el tabaco en los restaurantes está prohibido o muy limitado, en Chequia sigue siendo tolerado. La prohibición o no del tabaco es un asunto enteramente del propietario y a día de hoy un tercio de los locales no tienen espacio para no fumadores, según la Asociación de Hoteles y Restaurantes.

Al mismo tiempo, de aquellos que tienen espacios libres de humo, no todos respetan la estricta limitación que exige la ley. La mayor parte de los propietarios teme perder clientes si pone trabas a los cigarrillos. Solo unos pocos se aventuran a prohibir totalmente el tabaco en su negocio. Uno de ellos, Ivo Pech, de la cervecería praguense U Bahnsethů, dice haber salido ganando.

“Los más mayores se lo toman mal, dicen que necesitan de vez en cuando algún purito, un cigarrito. Pero en general ha venido bien al restaurante, y se refleja en el beneficio. Y yo mismo soy fumador, me tengo que ir a fumar a la puerta”.

De una mayor restricción del tabaco en bares y locales se beneficiarían especialmente los camareros. Según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina, el 92% de los mozos tienen concentraciones de dióxido de carbono en los pulmones superiores a la media. Los no fumadores que se mueven en espacios llenos de humo tienen el mismo problema en una proporción similar, el 87%.

De hecho en los países europeos donde se prohibió fumar en los lugares públicos bajo techo el número de infartos de miocardio se redujo en un 15%. De acuerdo con Lenka Štěpánková, del Centro para el Tratamiento de la Adicción al Tabaco, basta una breve exposición al humo para verse afectado.

Foto: Filip Jandourek
“Por desgracia basta un periodo muy breve como fumador pasivo para que el tabaco cause efectos negativos, sobre todo en cuanto a circulación sanguínea”.

El nuevo ministro de Salud, Svatopluk Němeček, prometió al respecto una nueva ley que prohibiría fumar en los restaurantes, así como los expendedores automáticos de cajetillas. La propuesta, prevista para junio, se retrasó sin embargo debido, según el ministerio, a la necesidad de armonizarla con la correspondiente directiva europea.

De momento los fumadores sufrirán tan solo un leve castigo en forma de cigarrillos más caros. Debido al nuevo curso de la corona checa, el Gobierno incrementará el impuesto al tabaco un 5%, cumpliendo así con la prerrogativa europea, que se calcula en euros. El 75% del precio de un cigarro sigue estando formado por impuestos.

Autor: Carlos Ferrer
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