Bruntál, la ciudad de los Caballeros Teutónicos
La ciudad de Bruntál, que el año pasado celebró su 800 aniversario, se halla entre la mayor cima de Moravia, el monte Praděd, y el embalse de Slezská Harta. Su legado histórico está fuertemente marcado por la Orden de los Caballeros Teutones.
Esta ciudad entre agua y montaña es conocida entre los checos principalmente gracias al licor Praděd, cuya producción comenzó ya en el siglo XVIII de manos del físico local Karel Kurzweil, y a su fábrica de filamentos para bombillas. Bruntál cuenta sin embargo con una historia mucho más antigua, y precisamente el año pasado celebró el octavo centenario de su fundación.
La población fue establecida en el siglo XIII por la dinastía de los Premislitas con el propósito de ocupar esta zona de los montes Jeseníky prácticamente deshabitada y garantizar así el acceso estable a sus recursos mineros. Las primeras menciones escritas son sin embargo posteriores, como cuenta el historiador Slavoj Rauš.“Bruntál fue fundado en 1213, lo que convierte a la ciudad en la más antigua de la corona checa bajo el derecho urbano de Magdeburgo. La primera mención a Bruntál se da en el listado de Uničov del año 1223, en el que se dice que la ciudad ya está diez años bajo el derecho de Magdeburgo. Esto le daba a la ciudad toda una serie de privilegios. Con ellos pudo cumplir su rol de centro destacado de toda Moravia del Norte”.
Para conmemorar el aniversario, el Ayuntamiento de Bruntál editó dos libros sobre la ciudad y organizó grandes celebraciones. Algo similar sucedió el siglo pasado, en 1913, según relata la directora del Museo de Bruntál, Hana Garncarzová.
“Con motivo del 700 aniversario de la ciudad tuvieron lugar grandes celebraciones y una gran exposición industrial. De esta última tenemos un barril que ordenó fabricar el archiduque Evžen, en ese momento gran maestro de los Caballeros Teutónicos. Se trata de una orden que surgió en el siglo XII en Jerusalén. Se trataba de una de las órdenes más ricas. Después se convirtió en una institución caritativa: fundaba hospitales, escuelas… Es una de las órdenes que pide actualmente que le devuelvan sus propiedades”.
En manos de los grandes maestros
Precisamente los Caballeros Teutónicos han influido poderosamente en la historia de Bruntál. El municipio pertenecía originalmente a los señores de Vrben, que finalmente perdieron sus posesiones al involucrarse en una revuelta contra los Habsburgo. El primer gran maestro Teutónico que se hizo cargo de la propiedad fue Karel Habsburský, en 1621, al que siguieron muchos más.
En la práctica el gran maestro era equivalente a un señor feudal, y en algunos casos no tenía por qué someterse a los votos habituales de las órdenes monacales, como explica una de las guías del palacio de Bruntál, Vlasta Marušáková.“Aquí tenemos expuestas dos capas de los miembros de la orden. La blanca es para un miembro que cumple todos los votos, incluyendo por supuesto el voto de castidad. No podía casarse. La capa negra es para un miembro laico. En Bruntál se dio el caso de que gobernaron señores que eran miembros de la orden pero estaban casados y tenían familia”.
Como suele suceder, algunos de estos grandes maestros dejaron tras de sí sorprendentes leyendas, es el caso por ejemplo del gran maestro Jan Kašpar de Ampringen. Se cuenta que un ciudadano de Bruntál juró en vano y además añadió que si no había dicho la verdad nunca cruzaría el umbral de su casa. Entonces al entrar en su hogar, en el vestíbulo, tropezó con una piedra, cayó al suelo y murió. La gente comenzó a tener miedo de la casa, que se decía embrujada. Entonces Jan Kašpar rezó toda la noche al lado del edificio, en cuyo interior se veía una luz amarilla, y el fantasma finalmente se marchó al más allá.
La historia del exorcismo evidencia una relación positiva de las gentes de Bruntál hacia Kašpar, indica nuestra guía al ofrecer más información sobre este personaje.
“A Jan Kašpar de Ampringen le encantaba el señorío de Bruntál. Fue aquí donde hizo instalar su tumba, en una iglesia parroquial cercana, donde está también su epitafio. Aquí consiguió el título vitalicio de príncipe y la misma Bruntál recibió durante su vida la consideración de principado. También hizo mucho por sus gentes. Por ejemplo les libró de la obligación de realizar trabajos forzosos para el señor y les permitió mudarse sin tener que pedirle permiso”.
Recorriendo el palacio de Bruntál
Otros grandes maestros pasaron a la posteridad por obras más mundanas. El príncipe Evžen Habsburský, por ejemplo, fue el que fundó la colección de pinturas del palacio de Bruntál y dio a la biblioteca su forma original, nos cuenta una de las guías del monumental edificio, Vlasta Marušáková.
“Evžen tuvo una gran influencia en la arquitectura de la ciudad. Fue él quien terminó la construcción del palacio y reformó el castillo de Bouzov. Trajo también al palacio libros de todos los rincones de Austria. La biblioteca contiene unos 20.000 volúmenes de diversos géneros. Hay literatura de aventuras, libros militares, sobre arte… La mayoría están escritos en alemán y solo 13 en checo. De estos la mayoría son recopilaciones encuadernadas de revistas de entonces, como Libuše o Posel. Y hay un libro en árabe”.El mayor libro de la biblioteca pesa 27 kilos, está escrito en la letra gótica conocida como Schwabacher y tiene 392 páginas. Está impreso en papel de pasta y relata uno de los periodos de la historia de los Habsburgo. Evžen Habsburský también dio a los interiores del palacio un nuevo aspecto, como prosigue Marušáková.
“El gran maestro hizo pintar todas las habitaciones de un solo color, como entonces imponía la moda, y solo a partir del siglo XVIII se comenzó poco a poco a sacar a la luz los frescos originales que decoraban las paredes. Algunos de ellos muestran escenas de Italia”.
También es responsabilidad de Evžen Habsburský la armería del palacio, donde por cierto todavía se conservan sus armas personales. Menos amenazador es el salón principal del edificio, que abarca dos plantas. A los visitantes checos les resulta familiar por ser el escenario donde se rodaron, bajo la atenta mirada de los retratos de 16 grandes maestros teutones, dos conocidos cuentos de hadas checos: ‘El Emperador y el Tambor’ (‘Císař a tambor’) y Ondra el Orfebre (‘Zlatník Ondra’). Observando las enormes lámparas de araña que cuelgan sobre la sala, no es de extrañar que sirvieran de escenografía para una narración de este tipo, apunta Marušáková.“Desde el techo nos iluminan siete lámparas de cristal, fabricadas con el llamado cristal de silesia. Si uno se sitúa justo debajo de una de ellas puede ver las partículas de estaño en el cristal, que le dan su característica tonalidad violácea”.
El palacio de Bruntál no es el único punto de interés turístico de la zona. Formando también parte del museo municipal, podemos encontrar en las cercanías el castillo de Sovinec y la herrería de Karlovice, donde se fabricaban guadañas y cables.