Un agricultor descubre entre remolachas un cinturón de la Edad del Bronce
Un granjero de la región de Opava, al noreste de Chequia, ha descubierto un cinturón de oro en perfectas condiciones que data de la Edad del Bronce.
El cinturón, que llevaba enterrado miles de años, fue descubierto en una plantación de remolachas a finales del mes pasado. Tras desenterrarlo, el granjero responsable del hallazgo llamó inmediatamente a los arqueólogos del Museo de Silesia en Opava, que no tardaron en reconocer su valor.
Una primera hipótesis apuntaba a que se trataba de una tiara, aunque tras una inspección en profundidad por parte de los expertos, se determinó que la pieza es una especie de cinturón, lo que resulta todavía más inusual. Jiří Juchelka, jefe del departamento de arqueología del Museo de Silesia, explicó para la Radio Checa cómo fue el proceso de identificación de la pieza.
"Está decorado con círculos concéntricos en relieve y rematado con broches en forma de rosa en los extremos. Nos dimos cuenta de que era demasiado largo para la cabeza de alguien. Así que pensamos que no se trataba de una tiara, sino algo mucho más singular: una parte de un cinturón. Los cinturones de la época eran de cuero y esto iba atado a su parte delantera. Estaba arrugado cuando lo encontraron, probablemente como resultado de la actividad agrícola, así que es un milagro que se haya conservado tan bien. Puede que le falten algunas piezas pequeñas, pero por lo demás está en perfecto estado".
Por el momento las investigaciones apuntan a que el accesorio data de la Edad del Bronce, por lo que seguramente fuese fabricado durante el siglo XIV a.C. aunque falta por determinar a qué cultura medieval pertenecen los elementos decorativos. Así lo explica Tereza Alex Kilnarová, conservadora del Museo de Bruntál.
"Ornamentos decorativos similares suelen encontrarse en más de una cultura prehistórica, por lo que es necesaria una investigación y un análisis más detallados del metal. Probablemente pertenecía a alguien con una posición elevada en la sociedad, porque artículos de tal valor rara vez se producían en la época. Por eso se trata de alguien mejor situado".
También queda por determinar el valor monetario del cinturón, hecho principalmente de oro, algo de plata y trazas de cobre y hierro.
Lo que está claro es que se trata de una pieza de un valor histórico y cultural incalculable, añade Kilnarová.
"Normalmente este tipo de objetos son díficiles de encontrar incluso en excavaciones, por lo que es un descubrimiento realmente único, no sólo en nuestra región, sino en toda Chequia. Se podría decir que será uno de los objetos más valiosos expuestos en nuestro museo".
La pieza, que pasará a formar parte de la colección del museo en el Palacio de Bruntál, será examinada y restaurada antes de ser expuesta al público.
El cinturón de Opava pasa también a formar parte del grupo de artefactos de la Edad del Bronce hallados de manera accidental en Chequia. Tan solo unas semanas antes, un trabajador forestal en el norte de Bohemia encontraba un brazalete y otras piezas de metal del mismo periodo y, dos años atrás, Radio Praga Internacional informaba sobre el hallazgo de una espada y un hacha de bronce por parte de un hombre que recogía setas en el norte de Moravia.
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