Tres balnearios checos entre los favoritos para la lista de la UNESCO
Sin temor a equivocarnos podemos decir que parte de la historia de la República Checa se ha escrito en los balnearios checos, o bien que muchos capítulos de la historia del país han tenido protagonistas que gustaban de pasar temporadas en dichos lugares. Pero hoy les hablaremos de la posibilidad que tienen tres balnearios checos de engrosar la lista de monumentos históricos de la UNESCO.
Entre la fuerte competencia se encuentran termas de Alemania, Francia, Bélgica e Italia.
Los directores de las instalaciones checas y de los demás países mantienen cierto grado de nerviosismo, porque no se pueden descartar controles secretos, explicó Radim Adamec, representante de la Autoridad Regional de Karlovy Vary.
“Es muy probable que todavía se lleven a cabo “controles secretos” coordinados por la UNESCO. Los expertos revisan de qué manera se protegen estas perlas arquitectónicas nominadas a la selectiva lista, esto quiere decir los edificios de los balnearios”.Por ejemplo el balneario de Františkovy Lázně, está situado en el extremo occidental del país. Junto con Karlovy Vary y Mariánské Lázně forman un popular triángulo de balnearios de aguas termales de Chequia.
Las primeras alusiones sobre el lugar datan del siglo XV. La leyenda dice que las fuentes termales fueron descubiertas por unas mujeres de la vecina ciudad de Cheb, que empezaron a vender allí agua con efectos curativos.
El mayor desarrollo de Františkovy Lázně se produjo en el siglo XIX cuando fueron descubiertas más fuentes de agua mineral y también pantanos de barro terapéutico.Hoy en día se registran en la ciudad 23 fuentes de aguas minerales, siendo la Fuente Glauber la más antigua de todas. Los tratamientos son de consumo directo de agua o de baños. Además hay localidades ricas en barro mineral que se utiliza para preparar tratamientos terapéuticos.
La mayoría de los edificios de Františkovy Lázně son de color amarillo, como el sol, considerado desde tiempos remotos como el símbolo de la energía y la vitalidad. Otro color emblemático de la ciudad es el verde que se aprecia en una serie de inmuebles.
Todavía más llamativa resulta la arquitectura en el balneario de Karlovy Vary, según explicó en su momento Stanislav Burachovič, del museo local.
“La arquitectura del lugar es realmente preciosa. Se trata de un bello recuerdo que nos dejaron los constructores de la época del Imperio Austrohúngaro. Se trata de una arquitectura romántica, para soñadores y amantes de los tiempos pasados. El aspecto del lugar es el mismo de hace 100 o 120 años“.La nominación a la lista del Patrimonio Histórico de la UNESCO, es un asunto delicado. La ciudad o institución que lo presenta debe estar convencida de que cumple todas las exigencias del caso, porque una segunda posibilidad no existe.
Entrar en la prestigiosa lista representa una serie de ventajas para los monumentos allí incluidos, indicó Radim Adamec, de la Autoridad Regional de Karlovy Vary.
“Para nosotros tiene gran importancia desde el punto de vista turístico. Hay muchos turistas que se dedican a visitar exclusivamente los monumentos que aparecen en la lista de la UNESCO. Nuestras ciudades forman lo que se conoce como el ‘Triángulo de los balnearios’. Las tres ciudades se encuentran a unos 50 o como máximo 60 km de distancia, lo que genera unidad”.
En Marianské Lázně los visitantes encontrarán impresionantes edificios de baños termales y hoteles de arquitectura ecléctica, a la vez que se trata de una maravillosa ciudad jardín. Importantes anotaciones sobre el lugar aparecen ya en el siglo XIX.La fama del balneario de Marianské Lázně fue tal que grandes protagonista de la historia nacional y mundial pasaron temporadas en el lugar. De una extensa lista podemos mencionar, por ejemplo, a Goethe, Chopin, Kafka, Freud, Malher y Nietzsche entre muchos más.
Su máximo esplendor lo alcanzó entre los años 1870 y 1914. Los historiadores señalan que en el periodo entreguerras también gozó de gran importancia a nivel continental.
Los balnearios de Mariánské Lázně, Karlovy Vary y Františkovy Lázně, no son únicamente historia, hasta la fecha siguen ofreciendo sus servicios a miles de personas.
Los administradores de las instalaciones y los responsables de los gobiernos locales están convencidos de que se trata un lugar ideal para pasar bellas temporadas lejos del trajín cotidiano, de un oasis para el cuerpo y alma.