El triángulo de los balnearios checos se suma a la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO
Las ciudades balneario de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně han sido inscritas en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. El logro es fruto de una exitosa cooperación a nivel europeo y un esfuerzo para que el papel histórico de los balnearios fuera reconocido a nivel internacional.
Once balnearios europeos han sido añadidos a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, entre los que se encuentran tres ciudades checas: Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně. La decisión se hizo pública el sábado tras la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO en China.
Para las tres ciudades checas, la inscripción recompensa un largo esfuerzo. La historia se inició hace más de diez años, cuando once urbes europeas decidieron presentar juntas una sola candidatura con el fin de destacar la importancia que tuvieron los balnearios en la historia, la ciencia y la cultura del continente.
El carácter singular de la iniciativa fue destacado por el gobernador de la región de Karlovy Vary, Petr Kulhánek.
“Es una gran alegría para mí, después de once años, un periodo más largo de lo que esperábamos. Se trata de una cadidatura única, por su carácter y por su amplitud. Es la primera nominación de este tipo a nivel europeo. Once ciudades lograron ponerse de acuerdo y presentar una nominación conjunta”.
La solicitud fue coordinada por Chequia en cooperación con Bélgica, Francia, Italia, Alemania, Austria y Reino Unido. La nominación fue respaldada por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, también conocido como ICOMOS, que acentuó la extraordinaria arquitectura de las ciudades balneario y el singular fenómeno de las estancias curativas y los tratamientos balneológicos.
Según resalta el alcalde de Františkovy Lázně, Jan Kuchař, los puntos en común entre los balnearios son varios y, además, cada uno brinda algo especial.
“Los balnearios formaron parte del proceso de democratización de la sociedad. Contribuyeron al desarrollo de la medicina y las ciencias naturales. Los rasgos en común son numerosos y, además, cada una de las ciudades brinda características únicas. Por ejemplo, Františkovy Lázně fue el primer balneario de barros en el mundo”.
En su conjunto, las ciudades ofrecen testimonio de la popularidad de la que gozaron los balnearios principalmente desde principios del siglo XVIII hasta el primer tercio del siglo XX, según destacó el Ministerio de Cultura checo en su reacción a la decisión de la UNESCO.
Los balnearios ofrecían estancias que combinaban tratamientos curativos y de relajación, al tiempo que no faltaba una amplia gama de actividades para pasar el tiempo libre, características que se ven reflejadas también en la arquitectura única de las ciudades. Estas cuentan con amplios edificios, pabellones, columnatas, salas para eventos sociales, casinos, teatros y otros elementos, todos integrados en un espacio lleno de jardines, parques, fuentes minerales y paseos.
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La propia inscripción marca el fin del primer tramo del camino. Según confirma la alcaldesa de Karlovy Vary, Andrea Pfeffer-Ferklová, tras tomar un merecido momento de descanso, las tres ciudades checas tienen mucho por hacer.
“Estamos contentísimos de que lo hemos logrado y de que estemos inscritos en la lista como grandes balnearios europeos. Ahora tenemos mucho trabajo por delante, pero hace falta agradecer primero a todos los que participaron en el proceso, que fue muy largo. Hay mucho que hacer, pero estamos emocionados y primero vamos a celebrarlo un poco”.
En siglos pasados paseaban por las calles de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně notables figuras de la vida intelectual. Con la inscripción de los balnearios en la lista del Patrimonio Mundial es más que seguro que se animen a venir de visita también multitudes de turistas.
Es precisamente uno de los aspectos que tendrán que tomar en consideración las autoridades de los balnearios. El alcalde de Františkovy Lázně, Jan Kuchař, indicó que ya se está trabajando en esa dirección.
“Estamos tratando temas de seguridad, queremos ralentizar el tráfico en la ciudad y crear más sitios para aparcar, ya sea a través de edificios o aparcamientos en las afueras. Queremos enfocarnos también en el centro de la ciudad, para crear una zona sin emisiones o de bajas emisiones, y mucho más. Lo que pretendemos es desviar el tráfico del centro”.
Quince ciudades y siete inscripciones en el patrimonio inmaterial
Considerando su extensión, Chequia cuenta con un alto número de sitios inscritos en la lista de la UNESCO. Las primeras en ser incluidas fueron las ciudades de Český Krumlov, Praga y Telč, seguidas, por ejemplo, por Kutná Hora o el recinto de Lednice-Valtice en el sur de Moravia. Con los tres balnearios, la lista cuenta ya con 15 sitios de interés.
Además, otras siete tradiciones checas han sido incluidas en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial, entre ellas, por ejemplo, el baile ‘verbuňk’, el arte de los títeres, la cetrería o el teñido de tejidos con añil, que en estos días se puede apreciar también como parte de la vestimenta de los deportistas olímpicos checos en Tokio.
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