1) Karlovy Vary concentra el mayor número de fuentes termales del mundo
Karlovy Vary es la ciudad balneario más famosa de la República Checa. Sus manantiales curativos ayudan a las personas desde el siglo XIV.
Ludwig van Beethoven, Wolfgang Amadeus Mozart o Sigmund Freud son algunos de los numerosos personajes que descubrieron la magia de las aguas minerales de Karlovy Vary, que contienen más de 40 elementos beneficiosos para el cuerpo humano. La leyenda cuenta que las aguas termales fueron descubiertas en el siglo XIV por el rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos IV, mientras estuvo de caza y persiguió a un ciervo que lo llevó hasta las manantiales termales. El rey sumergió su pierna herida en las aguas y, en brevedad, llegó el efecto curativo que impulsó al rey a construir en el lugar una ciudad que lleva su nombre hasta la actualidad.
A comienzos del siglo XX, Karlovy Vary era una de las ciudades balneario de mayor renombre de Europa. Después de la llegada de los comunistas al poder en 1948 y la nacionalización de los sanatorios, la clientela se redujo más bien a visitantes soviéticos. La ciudad recuperó su fama mundial tras la caída del comunismo en 1989.
Las aguas minerales de Karlovy Vary surgen a una profundidad de unos 2500 metros y el público puede aprovechar los efectos curativos de un total de 15 manantiales que difieren en temperatura y en cantidad de óxido de carbono disuelto, ofreciendo así diferentes efectos. De acuerdo con el portal www.karlovyvary.cz, la ciudad concentra el mayor número de manantiales termales de todo el mundo. Los clientes se dirigen a Karlovy Vary tanto para estancias más largas como para pasar un fin de semana relajante.
Tratamientos más y menos conocidos
De acuerdo con Věra Chlupová, la primera médica y encargada del sanatorio Kriváň, que forma parte del balneario Bohemia lázně, los clientes pueden tratar en el balneario una amplia gama de enfermedades.
“Nos especializamos sobre todo en tratamientos de problemas con el tracto digestivo. Son enfermedades como úlceras, inflamación del duodeno, intestinos, enfermedad de Crown, politis celular y enfermedades celíacas. Curamos también enfermedades metabólicas como diabetes, problemas polineuróticos relacionados con la diabetes o enfermedades oncológicas. Se dirigen aquí también clientes con enfermedades del sistema musculoesquelético, es decir, artrosis o enfermedades reumáticas inflamatorias, etcétera”.
El balneario ofrece tratamientos tradicionales como baños y terapias de ingesta, pero también procedimientos menos conocidos como el baño galvánico que combina los efectos curativos del agua y la corriente eléctrica, explica Věra Chlupová.
“El baño galvánico de cuatro cámaras se enfoca en el tratamiento de las extremidades superiores e inferiores. Además del agua, contiene también unas placas a través de las que la corriente eléctrica ingresa en el agua. El efecto de la corriente mejora la circulación de las extremidades porque los vasos sanguíneos se abren. La corriente eléctrica contribuye a una mayor sensibilidad. En los diabéticos o personas con problemas de circulación puede ayudar con problemas polineuropáticos. El cliente está sentado para que el procedimiento se pueda aplicar en las extremidades superiores e inferiores y para que se sienta cómodo”.
Haslauer es el nombre de otra terapia popular que aprovecha los efectos terapéuticos de productos naturales como aceites o turba que se aplican a una lámina fina, el cliente se envuelve en ella y el agua presiona estos productos suavemente contra el cuerpo. La terapia alivia la tensión muscular, reduce hinchazones y fortalece los procesos antiinflamatorios. Por su parte, el procedimiento conocido como floating ofrece además una experiencia inusual, prosigue Chlupová.
“Es un recipiente que se aplica para tratar a personas que no sufran claustrofobia, ya que los clientes tienen la impresión de estar encerrados en una cáscara. El recipiente tiene unos inyectores que masajean el cuerpo. La bañera tiene iluminación, así que funciona también como fototerapia. El agua contiene sal marina que ayuda a los pacientes con enfermedades dermatológicas como psoriasis o eczema".
Una ciudad balneario con una agitada cartelera cultural
Además de las aguas termales, la ciudad de Karlovy Vary abunda en monumentos históricos. Uno de los lugares más frecuentados es su pintoresca columnata. Tallada en madera al estilo suizo, la Columnata del Mercado (Tržní kolonáda) presume de las fuentes más antiguas, donde supuestamente el rey Carlos IV se curó una herida. Por su parte, la Columnata del Molino (Mlýnská kolonáda) de arquitectura pseudorenacentista es la más grande de la ciudad y ofrece un total de cinco manantiales. La Columnata de la Huerta (Sadová kolonáda) está construida en hierro fundido. Los miradores de Jelení skok y Diana ofrecen unas estupendas vistas a la ciudad rodeada de bosques. Los clientes de los balnearios suelen visitar asimismo el cercano castillo medieval de Loket, que ofrece una exposición de instrumentos de tortura y de la porcelana que se fabrica tradicionalmente en la región.
Karlovy Vary dispone cada año de una agitada agenda cultural que incluye conciertos de música de todos los géneros, espectáculos de teatro, conciertos de orquestas sinfónicas, pero también eventos deportivos como carreras de caballos, torneos de golf o triatlón. Cada verano, la ciudad acoge uno de los festivales internacionales de cine más importantes de Europa Central, que ofrece alrededor de 200 películas y convierte a la urbe en un desfile de celebridades internacionales. La actual 55º edición del festival se llevará a cabo del 20 al 28 de agosto de 2021.