La Galería de Arte de Karlovy Vary enseña al visitante la historia del arte pictórico nacional
La ciudad de Karlovy Vary tiene la mayor cantidad de fuentes de aguas minerales curativas a nivel mundial y conquistó fama igualmente por su Festival Internacional de Cine. En esta ocasión nos dirigiremos a la Galería de Arte de esa ciudad, que guarda otras maravillas.
La Galería de Arte de Karlovy Vary surgió en 1953, con el fin de propagar la pintura checa del siglo XX. La primera exposición temporal fue inaugurada allí el 5 de abril de ese año y se trató de una muestra del destacado pintor checo Max Švabinský, según contó a Radio Praga Internacional Jan Samec, director de esa institución pública.
“Posteriormente, en noviembre de 1953 fue abierta en el lugar una exhibición de arte permanente, con lo que prácticamente comenzó a escribirse la verdadera historia de la galería, que a la vez es museo. Esto porque la institución no sólo expone, sino también colecciona obras de arte pictórico”.
La Galería de Arte se encuentra a orillas del río Teplá, que atraviesa la ciudad de Karlovy Vary, en el llamado Sendero de Goethe, más allá por encima del renombrado hotel Pupp, en el que suelen alojarse los invitados al Festival Internacional de Cine local.
El edificio, en el que fue instalada la Galería de Arte data de 1912, antes todavía de la Primera Guerra Mundial. En ese entonces, en el primer piso, donde actualmente se encuentra la sala principal de la galería, tenían lugar actividades culturales y exhibiciones temporales de una galería de Viena y de pintores de los Sudetes. Mientras tanto, en la planta baja, donde actualmente se hacen exposiciones temporales, habían existido puestos de venta y pequeños talleres, donde se vendían productos de porcelana, bisutería, fotografías, tarjetas postales y mucho más.
Tal situación se mantuvo durante largo tiempo, hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, según sostuvo el director Jan Samec.
“Después de la guerra y antes de que surgiera la Galería de Arte que conocemos hoy, se siguió exponiendo en el lugar de forma temporal, pero todo era muy caótico, no había ningún programa concreto de las actividades a celebrarse allí y, realmente, las exposiciones organizadas y actividades de coleccionismo de pinturas comenzaron allí hasta en 1953”.
El concepto inicial de la galería era recobrar la cultura checa en la ciudad, en vista de que la mayoría de los habitantes de Karlovy Vary hablaba hasta entonces alemán, y le era más cercano el ambiente alemán. O sea que la institución había sido utilizada también como instrumento ideológico. En los comienzos le ayudó a la Galería de Karlovy Vary la Galería Nacional de Praga, que le prestó y luego regaló toda una serie de pinturas, entre ellas cuadros de Bohumil Kubišta, uno de los fundadores de la pintura moderna checa, como dijo a Radio Praga Internacional Jan Samec.
“En los años 50 la situación política en Checoslovaquia no era nada favorable, por lo que en la Galería de Arte de Karlovy Vary se exponían mayormente obras de pintores ‘oficialistas’. Esto mejoró en la década del 60, cuando ya podían exponer aquí artistas que recién acabaron la Academia de Artes, como Karel Nepraš y otros. Durante esa década se conocía a la Galería de Karlovy Vary como muy progresista y a varios pintores les fue facilitado tener aquí su primera gran exposición fuera de Praga. Tal fue el caso de Otakar Slavík, actualmente considerado uno de los mejores autores de pinturas coloridas checo”.
También durante la llamada normalización, en los años 70, la Galería de Arte de Karlovy Vary mantuvo cierta independencia, gracias a su nuevo y joven director Vladimír Přibyl. Este tenía sus métodos para engañar a los ideólogos comunistas y lograba organizar exposiciones de artistas, que en Praga no eran bien vistos. A las muestras en la Galería de Karlovy Vary venían entonces visitantes de Praga y de Brno, así como también del extranjero.
Y, según sostuvo Jan Samec, la Galería organizaba igualmente y sigue haciéndolo, exposiciones temporales de artistas de distintas partes del mundo, lo que cambiaba de acuerdo con la orientación política del país.
“Desde el comienzo la Galería invitaba a conocer a pintores extranjeros, dependiendo ello, como ya había dicho, de la orientación política del país en cada época. Hubo aquí exposiciones de pintores de China, de países del Lejano Oriente, de Corea del Norte. Eso en la época cuando la cooperación entre China y la Unión Soviética era concebida de forma positiva, luego todo cambió y China se convirtió en enemigo. A mediados de los 70 fue la última vez que tuvimos aquí una muestra de pintura china. En los años 70 y 80 tuvimos muestras de arte de Alemania Oriental, de carteles de Polonia y de Cuba, entre otras”.
Después de la Revolución de Terciopelo de 1989 y la democratización del país, parecía que ante el arte se abría una nueva época de libertad. Pero mientras en las décadas anteriores influía en todo la ideología, a partir de los noventa todo comenzó a depender de las finanzas, según Jan Samec.
“Paradójicamente, mientras que en los años 70 y 80 el programa de la Galería atraía a muchos visitantes, en los 90 el interés de las personas se fue reduciendo bruscamente, a pesar de que ofrecíamos cosas muy buenas. A la gente comenzaron a interesarle otras cosas, además que el arte encareció mucho, y la Galería pasó a segundo plano. Como si Karlovy Vary terminara con el hotel Pupp”.
En los últimos años la situación de la Galería de Arte de Karlovy Vary va cambiando paulatinamente en mejor y se organizan en ella muchas exposiciones temporales, además de la muestra permanente. Una, del pintor y académico checo Milan Knížák, provocó incluso un gran problema.
Una visitante rusa acusó a la Galería de exponer supuestamente pornografía infantil del autor Knížák. Resulta que en uno de los cuadros de Knížák aparecen muñecos sin ropa, que la rusa había confundido con cuerpos infantiles. La Policía se encargó de investigar el caso, y mientras se investigaba todo, la exposición llegaba ya a su fin. Pero gracias a esa acusación, la muestra de Knížák en la Galería de Arte de Karlovy Vary fue visitada por muchas más personas de lo que se había esperado.
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