La aventura de una escultura moái en Strakonice
En aquellos tiempos cuando la República Checa se encontraba confinada en la Cortina de Hierro, los experimentos del ingeniero checo Pavel Pavel se convirtieron en un gran acontecimiento nacional. Bañados de entusiasmo, él y otras personas pusieron en movimiento una copia de los colosales moáis del distante Pacífico.
En el año 1982 Pavel propuso una teoría que sostiene que las estatuas fueron trasladadas desde su lugar de elaboración, a los pies del volcán Rano Raraku, hasta su lugar de erguimiento definitivo, mediante un procedimiento bastante simple. Consistía en ponerlas a marchar a la vez que se balanceaba su peso.
Para demostrarlo, Pavel construyó en su ciudad natal, Strakonice, una réplica de hormigón de los moái, de 4 metros y medio de altura con la que experimentó los posibles métodos de traslado usados por los aborígenes de la isla. El ingeniero documentó con imágenes sus pruebas que luego envió al famoso explorador noruego Thor Heyerdahl, un biólogo de profesión involucrado en diversas expediciones por el Pacífico. Pavel Pavel comenta.
"Este año celebramos 30 años del traslado de las esculturas moái en la Isla de Pascua. En aquel momento me invitó el explorador noruego Thor Heyerdahl y me solicitó que allá directamente intentara mover las estatuas reales. Ahora, allá directamente en la isla, recordamos esa historia y el artículo que escribí sobre como se podíán haber movido las estatuas en la isla en aquella época cuando mucha gente no sabía ni donde estaba la Isla de Pascua".La invitación de Heyerdahl en 1986 le permitió a Pavel ensayar su visión de movimiento con las verdaderas estatuas moáis y acertó. Efectivamente, el monolítico original se movía al igual que su modelo.
Hasta el día de hoy es posible contemplar en Strakonice la réplica de hormigón que Pavel fabricó para su indagación. Se alza a las orillas del río Otava. No obstante, se encuentra en un terreno privado y de difícil acceso, que pese a la propagación turística que ha tenido la escultura es difícil localizar. Pavel nos da más detalles.
"Del lado opuesto del río, desde la cervecería de Strakonice la estatua es bastante visible y fotografiable. El dueño del terreno, Standa Polák, donde se halla la estatua, fue mi compañero del jardín de infancia y me ayudó como albañil en la creación del modelo. Antes había allí un club de piragüismo adonde yo iba en verano y allí colocamos la estatua. Después, el señor Polák compró el terreno y con previo acuerdo él permite la visita. No es un problema".Algunos dicen que llegar hasta el lugar donde está el moái checo en Strakonice puede ser toda una aventura, quizá tan grande como ir a la lejana Isla de Pascua.