Revive el Convento de Santa Inés de Bohemia
Pareciera que la Edad Media y el siglo XXI son incompatibles. Sin embargo, el Convento de Santa Inés de Bohemia, ubicado en Praga, pone en evidencia todo lo contrario. Esta abadía se ha renovado con el motivo de la reapertura de sus áreas verdes y le ofrece a sus visitantes experiencias artísticas de manera interactiva y obras escultóricas de artistas de actualidad, sin perder sus raíces góticas.
Después de dos años de trabajo se han abierto recientemente al público sus jardínes y con ello una serie de sorpresas artísticas. Štěpánka Chlumská, la curadora de proyectos especiales, cuenta que se puede disfrutar de un recorrido comentado de la historia y arquitectura del convento de Clarisas y de los Frailes Menores así como también de exposiciones de interés arqueológico.
"En cuanto a la exhibición del lapidario, en la parte interna los visitantes podrán encontrar diversas piezas arquitectónicas que son de un valor excepcional no solo para nuestra Galería Nacional sino para todo el espectro de la estética gótica, piezas funerarias de mucho interés, un tríptico de altar de la época barroca. Entonces si alguien tendrá interés en acercarse a la historia y obras del convento tendrá la posibilidad mediante libros guías, ayuda multimedia y, por supuesto, con un guía."Todo el proyecto de la reconstrucción del recinto vislumbra la participación del público, pues pretende que todo el conjunto, compuesto por el inmueble en sí y los jardines, aviven la vida cotidiana de todas las personas y no solo de los que quieren visitar una exhibición concreta montada por la Galería Nacional. Según Chlumská, es por ello que las familias con niños tienen su espacio en el convento.
"Contamos con secciones dedicadas a los infantes. Se trata de espacios concretos como la cocina en la Edad Media, la cocina del convento, el patio, el espacio donde creció Santa Inés, la fundadora de esta abadía, elementos lúdicos y acertijos relacionados con esos lugares y asuntos olvidados".
La edificación, pese a que ahora asume más funciones expositivas y sociales, mantendrá su arquitectura como el principal exponente. Por ello, las rutas de visita han sido pensadas de manera que no interfieran con su esencia gótica y fascinante.
Además del itinerario museístico se ofrecen accesos nuevos desde la ribera del río Moldava, nuevo mobiliario y un grupo de esculturas de artistas contemporáneos que se alzan en los jardines. Con estas, la antigüedad del monasterio se combina con la modernidad.