Chequia tendrá su primera cárcel sin rejas

Diseño de la cárcel sin rejas, foto: ČT

Una cárcel sin rejas, donde los reclusos vivirán mejor, será construida en la localidad de Jiříce en el distrito de Nymburk. El Servicio Penitenciario quiere mejorar las condiciones de internamiento y reducir la tasa de reincidencia.

Diseño de la cárcel sin rejas,  foto: ČT
La República Checa acusa sobrepoblación penitenciaria. Las cárceles están abarrotadas alcanzado el 108% de su capacidad total. Ante esta situación, el Gobierno decidió construir nuevos centros de reclusión o reconstruir varios de los existentes.

En las cercanías del correccional de la localidad de Jiříce, en el distrito de Nymburk, se espera la construcción de una cárcel sin rejas. El propósito del ambicioso proyecto es crear mejores condiciones para la reinserción social de los presos.

La nueva prisión no tendrá celdas. El perímetro de lugar estará demarcado por un muro que terminará con una alambrada de púas, esa será la única marca visible que hará notar que se trata de un lugar para internados, indicó Simon Michailidis, subdirector del Servicio Penitenciario.

Diseño de la cárcel sin rejas,  foto: ČT
“Construiremos varias casas. Aquí tendremos cuatro, y una más para el personal de la prisión y para los expertos penitenciarios”.

El nuevo centro estará destinado a aquellos presos que hayan cumplido la mayoría de las condenas, siempre y cuando demuestren que se esforzarán por lograr su reinserción social.

La cárcel sin rejas pretende hacer énfasis en la rehabilitación y no en el castigo. Tratará de despertar en los presos hábitos para su futuro funcionamiento en libertad, indicó el viceministro de Justicia, Vladimír Zimell.

Vladimír Zimmell,  foto: ČT
“Los reclusos tendrán un régimen similar al de una persona que va a trabajar todos los días. Por su cuenta tendrán que despertarse, prepararse el desayuno e iniciar la jornada laboral”.

El régimen de la cárcel sin rejas se asemejará, en la mayor medida posible, a la vida en libertad. Esto significa que los reclusos recuperarán poco a poco la sensación de que ellos son responsables de sus actos.

La capacidad de la prisión será de un máximo de 90 personas, pero en la fase inicial de prueba se ubicará a 32 reclusos. El centro de reclusión abrirá sus puertas a finales del próximo año y el Estado cuenta con una inversión de más de 850.000 euros.

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