La película checa ‘Masaryk’ se presenta en la Berlinale
‘Masaryk’, la última película del director checo Julius Ševčík, se estrenará en el festival de cine Berlinale este jueves. La producción, centrada en la etapa londinense del político checo Jan Masaryk, destaca por haber contado con una producción artística de calidad, con asesores de Estados Unidos.
La crítica ha situado a la película, dirigida por Julius Ševčík, por encima de la calidad habitual del cine checo de los últimos años. El guionista, Petr Kolečko, lo atribuye al asesoramiento de profesionales extranjeros.
“Se debe sobre todo a la figura de Julius Ševčík, que actúa en buena parte en el mercado internacional y ha pasado mucho tiempo en Los Ángeles. Además cuando el guion se encontraba en una fase temprana llegó al Script East, que es un prestigioso programa polaco para el apoyo de los guionistas de Europa del Este. Su principal ventaja es contar con el apoyo de directores artísticos americanos. Nosotros tuvimos como asesor de guion a Tom Abrams, que fue alumno de Ivan Passer. Eso es lo que más contribuye a la sensación de que no es una película checa. Aquí la dirección artística no es muy profesional, y en nuestra película se nota que ha tenido una dirección artística profesional”.
Jan Masaryk, hijo del padre fundador de Checoslovaquia, Tomáš Garrigue Masaryk, trabajó como embajador en Londres en unos años especialmente delicados para Checoslovaquia, que se veía amenazada por el auge de la Alemania nazi. Su labor en la capital británica fue tratar de convencer a las potencias occidentales de que hicieran frente a Hitler y acabaran con su política de apaciguamiento.
Los esfuerzos en este sentido fracasaron, lo que llevó al Tratado de Múnich, con la cesión de los Sudetes al Reich y la consecuente disolución de la Primera República Checoslovaca. En palabras del director, Julius Ševčík, la película ‘Masaryk’ es la historia de gente que trata, aunque de forma imperfecta, hacer frente a las dictaduras, de una forma intemporal y romántica.
De hecho en el largometraje podemos ver a un Masaryk complejo, con debilidades como el jazz, las mujeres y la cocaína, y buscando una vía de escape para sus responsabilidades y el peso de su propio nombre.
El dilema entre fidelidad y buena trama
Kolečko asegura haber sido fiel a aquel periodo y a lo que se sabe de la biografía de Jan Masaryk, aunque frente al dilema habitual en las producciones históricas de fidelidad o interés, ante todo lo que primó fue crear una buena trama.“Al principio yo, y creo que también Julius, estaba histérico con lo de la fidelidad histórica, teníamos miedo de que algo fuera inexacto. En la primera versión del guion buscamos cada detalle, todo fue bastante angustioso. Luego desde la Televisión Checa, y también otra gente que lo leyó, nos dijeron que estaba demasiado pegado a los hechos reales, que teníamos que aligerarlo y empezar a pensar en que la historia fuera interesante”.
Además, durante el mismo proceso de documentación quedó claro que en la historia oficial quedaban lagunas que, de un modo u otro, los guionistas tenían que cubrir con su propia inventiva, prosigue Kolečko.
“Al final, después de varios intentos, no utilizamos ningún historiador en persona. Básicamente porque con cada historiador con el que hablé, cuando le hice alguna pregunta, me decía que así, concretamente, que es tan complejo que él no lo sabe ni lo sabe nadie. Siempre partimos de todos los materiales disponibles, pero cada historiador tiene a disposición los mismos materiales. Teníamos registros hora por hora de la jornada del acuerdo de Múnich, pero en concreto nadie sabe qué dijo quién, porque nadie sabe qué se dijo, conocemos solo los resultados. Teníamos miles de materiales, y no se pueden abarcar todos. Por otro lado, en este tema los materiales históricos son más opacos que en otro tipo de acontecimientos”.En la escritura del guion participó, además de Petr Kolečko, el director Julius Ševčík y el guionista Alex Königsmark. Este por desgracia falleció cuando el trabajo se encontraba en sus inicios. Sin embargo, según afirma Kolečko, dejó una fuerte impronta en toda la producción.
“Los diálogos los escribí solo, fue algo que surgió bajo la dirección de Julius y su idea de cómo se tenían que hacer las cosas. Alex, antes de fallecer, participó de forma decisiva en la fase de esbozo del argumento, y es totalmente adecuado que aparezca su nombre en los créditos. El emplazamiento de una línea argumental en los Estados Unidos fue cosa originalmente de Alex. En eso su aporte fue fundamental, y de hecho fue una de las mejores decisiones que se tomaron”.
La película cuenta con Karel Roden en el papel de Masaryk y Oldřich Kaiser como el presidente Edvard Beneš. Kaiser vuelve a la Berlinales después de diez años, cuando protagonizó la película ‘Yo que serví al rey de Inglaterra’, también de la productora IN FILM.Jan Masaryk continuó siendo parte del Gobierno checoslovaco en el exilio una vez comenzada la Segunda Guerra Mundial, esta vez en calidad de ministro de Relaciones Exteriores. Terminada la contienda mantuvo su posición en el Ejecutivo y se reveló como una de las principales figuras de la política nacional.
Tras la toma de poder del Partido Comunista en febrero de 1948, Masaryk siguió en su puesto como principal ministro no comunista. Un mes más tarde fue encontrado muerto, presuntamente al saltar de la ventana de su residencia en el palacio Černín de Praga, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Oficialmente considerado un suicidio en su día, diversos indicios apuntan a que podría haber sido un asesinato.