Zeman se juega la presidencia contra el académico Jiří Drahoš
El mandatario Miloš Zeman y su contendiente Jiří Drahoš se enfrentarán dentro de dos semanas en una segunda vuelta por la silla presidencial.
Dicho y hecho. Zeman superó a su contrincante con casi 600.000 votos, pero en la segunda vuelta Drahoš parte como favorito.
Los checos asistieron a las segundas elecciones presidenciales directas de su historia moderna. Los analistas destacaron que se trató de una participación significativa que alcanzó cerca del 62%.
Para el politólogo Tomáš Lebeda los comicios fueron una contienda de ocho contra uno, lo que determinó su carácter.
“Estas elecciones estuvieron claramente definidas por el hecho de que el mandatario actual busca la reelección. Aseguró que no haría campaña, pero eso no fue cierto. Su campaña fue muy fuerte, y utilizó otros medios. Sus visitas presidenciales a las regiones y la aparición regular en un programa de televisión sin oponentes. En el otro extremo estuvieron sus contrincantes que de hecho protagonizaron una especie de elecciones primarias para escoger al contendiente”.
Una vez conocidos los resultados, cinco de los candidatos perdedores anunciaron su adhesión a Drahoš, debido a que, desde su punto de vista, lo que sigue estando en juego es el voto anti Zeman.Algunos expertos consideran que para el mandatario será difícil aumentar de manera significativa el número de votos en la segunda vuelta, tal y como manifestara Tomáš Lebeda.
“Para Miloš Zeman resultará muy importante la movilización de los electores que en la primera vuelta no acudieron a las urnas y que además decidan votar por él. Zeman, a diferencia de su rival, no puede fiarse del apoyo masivo de los votantes de los otros candidatos. Por eso resultará decisiva la participación de los electores que no asistieron a la primera vuelta”.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales se vio marcada por otro factor significativo. En los últimos cinco años la población ha podido conocer la manera de actuar de Zeman, que ha vendido una imagen de político provocador que simpatiza con la política de Moscú y de Beijing.
Tanto Drahoš como la mayoría de los otros candidatos han tratado de vender una imagen diferente, en la que prevalece una política de apoyo a occidente. Lo que algunos han definido como un duelo entre el este y el oeste.Entre las situaciones que han sorprendido, los politólogos atienden el salto dado por el candidato Pavel Fischer, que a pesar de haber llegado bastante tarde a la contienda ocupó el tercer lugar.
El letrista Michal Horáček, al que las encuestas daban grandes posibilidades terminó en cuarto lugar, superando por poca diferencia al médico Marek Hilšer, un completo desconocido en la política, que a la vez superó al antiguo primer ministro Mirek Topolánek, catalogado como uno de los grandes perdedores de la contienda.
El eventual triunfo de Jiří Drahoš representaría un giro en la política checa, por un lado se encaminaría más hacia occidente, y por otro complicaría la política de alianzas emprendida por el primer ministro, Andrej Babiš, y el actual mandatario Miloš Zeman, según coinciden los analistas locales.