Séptima edición del Festival de Cine Argentino en Praga
Un viaje al siglo XX argentino, a Buenos Aires, a Nueva York y a los extremos norte y sur de Argentina. En esas localizaciones se enmarca la séptima muestra de cine argentino en Praga que además trajo a la directora Teresa Costantini, quien nos habló de su obra 'Yo soy así, Tita de Buenos Aires'.
El motivo de tanta argentinidad es el séptimo festival de cine, celebrado durante estos días en la capital checa. La selección se compone de ocho películas recién hechas. Destaca el drama social con la película 'Una especie de familia'; el género de la comedia con una pieza de carácter comercial como 'Mamá se fue de viaje'; y un documental enriquecido con secuencias de música y baile, que registra la vida y relación de la pareja de bailarines de tango María Nieves y Juan Copes, titulado 'Un tango más'.
La gran estrella del evento parece ser Tita Merello, cuya vida se recrea en la pieza de ficción 'Yo soy así, Tita de Buenos Aires', a cargo de la directora Teresa Costantini, invitada especial del festival. Ella misma nos habla sobre la historia de esta mujer icónica de la música y del cine argentino.
"A partir del guión yo seguí en la historia desde sus comienzos que no quería dejar de contar, que ella vino de un lugar de muchísima pobreza, muchísima carencia y desolación. Y cómo ella encuentra su lugar en un mundo de hombres, cómo tiene la viveza de darse cuenta de 'si yo quiero salir adelante tengo que ir por este lado…' Y el talento que le surge de la necesidad. Es una mujer que nos habla de la resistencia, de la resiliencia, nunca baja los brazos. Es entrañable y creo hoy muy vigente para lo que estamos hablando de las mujeres".Por la película se pasean otros personajes contemporáneos a Tita, símbolos del siglo XX argentino y de lo que, de alguna manera, componen parte de su imaginario: Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Eva Perón y Juan Domingo Perón. La película, además de ser un homenaje a la prolija actriz y cantante, es también un homenaje a Buenos Aires, con sus teatros de bulevar, a imitación del mundo parisino; con la presencia del lunfardo, la jerga capitalina; y el reflejo de los albores de toda la cultura tanguera.
Tita Merello realizó muy pocos viajes y su lugar fue sin duda Buenos Aires. Nos comentó la directora que, públicamente, dijo en una ocasión 'Yo soy Tita, de Buenos Aires'. Sin embargo, como personaje se encuentra ahora de gira. Sobre sus viajes por las salas de cine y su presencia en Praga, se expresa la directora."Es una ciudad a la que siempre quise venir y nunca llegaba. Cuando me dijeron que Tita iba a estar en Praga. Yo dije 'yo voy'. Así que por empezar agradecidísima de que una ciudad como Praga se ocupe de tener una semana de nuestro cine, que podamos llegar acá con lo difícil que es hoy la distribución y la exhibición del cine de tantos países que no vemos ni siquiera en la Argentina. Hay otras muestras de este tipo, estuvimos en Ottawa, ahora va a Montreal. En Toronto también lo hicieron, en Cartago, de cine latinoamericano o especifícamente argentino, semanas dedicadas a nuestro cine. La película no para de viajar".
Más que tango y Buenos Aires
La edición actual del festival no es solo tango ni la vida de grandes estrellas del género. Nos topamos también con historias humanas que nos resultan cronológica y psicológicamente más cercanas, marcadas también por pérdidas, desamores, carencias y fracasos. Ejemplo de ello es la pieza 'Nadie nos mira', de Julia Solomonoff, que nos muestra la estancia de un argentino en Nueva York, las penurias de su extranjería y su reivindicación con el lugar de origen.Pese a la nueva crisis económica argentina, la producción cinematográfica sigue rampante. Las razones de tal fenómeno nos las comenta la directora invitada del festival.
"Bueno, la razón es la pasión. Somos un país cinéfilo absolutamente, pero de tradición muy fuerte. Cuando Tita, que atraviesa todo el siglo XX y lo cruza y sigue viva varios años después del XXI, cuando ella empieza ahí está la primera película sonora, arranca el cine, las orquestas de tango, los compositores, ella canta lo que se compone. Eso empezaba y el cine tuvo la creación de los grandes estudios y esos grandes directores como Lucas Damare y todos los que tenemos acá en los afiches acá forjaron una formación de cine. El argentino quiere seguir filmando, está lleno de escuelas de cine, es una pasión".
Tal vez una muestra de ese constante impulso a crear sea la pieza debut de la joven directora Natalia Garagiola 'Temporada de caza', donde los espectadores tuvieron la oportunidad de ver otra Argentina, sin el tango y sin los estímulos de su capital. La historia transcurre en el silencio de la Patagonia, adonde Nahuel, el personaje principal, llega después de la muerte de su madre, a reencontrarse con su padre. Narra una relación entre hijo y padre determinada por la ausencia y las diferencias.
Mientras que la industria cinematográfica argentina se mantiene viva, el público checo sigue siendo fiel y receptivo, queriendo seguir escuchando y viendo los temas locales recurrentes cada año así como los actores más populares, pero también está abierto a creaciones que le brinden una idea más amplia de lo que es Argentina y de su universalidad en el séptimo arte.
Tita Merello nació en el barrio de San Telmo, en Buenos Aires, en 1904. Se inició como cantante en los llamados teatros de bulevar de esta ciudad, donde empezó cantando milongas ante un público exclusivamente masculino, convirtiéndose en una suerte de vedete de los espectáculos musicales de estos teatros porteños. Se consagró como gran actriz de teatro y de cine entre los años 40 y 50, años que coincidieron con la Época de Oro del tango, cuya masificación y protagonismo se debió en gran parte al cine. Merello actuó junto a otras grandes estrellas femeninas del tango y el cine, como Ada Falcón y Libertad Lamarque. De su Buenos Aires salió estrictamente por motivos laborales, pero se dice que fuera de su ciudad nunca se sintió cómoda. En 1990 le fue concedido el título de Ciudadana ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Falleció en esta misma ciudad, de la que fue un ícono, a los 98 años.