La Cruz Roja checoslovaca celebró su centenario
Un siglo se cumplió desde la fundación de la Cruz Roja en la entonces Checoslovaquia, cuya historia refleja los sucesos revueltos de este país.
A nivel mundial, la Cruz Roja se entendía como un símbolo de reconocimiento estatal. De no haber sido Checoslovaquia reconocida como un estado autónomo, la organización supranacional no hubiera permitido la fundación de una sucursal en su territorio. El primer Presidente checoslovaco, Tomáš Garrigue Masaryk, autorizó su surgimiento y su hija Alice se puso al frente de la organización.
El archivo de la Radiodifusión Checa guarda la grabación de su discurso de inauguración.
“Nuestra palabra tiene un gran peso, puesto que disponemos de 34 000 samaritanos experimentados, de más de 100 vehículos y de 73 enfermeros, sin contar las enfermeras voluntarias que habíamos formado para esta misión”.
El actual Presidente de la Cruz Roja, Marek Jukl, describe las primeras actividades de la organización en el territorio checoslovaco.“Surgió después de que se acabara la Primera Guerra Mundial lo que conllevó una misión, como el cuidado de personas que acababan de regresar del cautiverio. La contienda se caracterizaba por una gran pobreza y el deterioro del estado de salud de la sociedad”.
Al proyecto de la Cruz Roja se sumaron también los territorios de Eslovaquia y la Rutenia subcarpática, cuyos sistemas sanitarios no alcanzaban el nivel de las regiones de Bohemia y Moravia, apunta Jukl.
“En esos territorios había que combatir epidemias de fiebre tifoidea y otras enfermedades, así como establecer un sistema de cuidado a nivel del territorio checo, es decir, el cuidado de huérfanos, fundación de sanatorios, etc. En 1925 empezó a funcionar el servicio de ambulancia que podría ser considerado como el prototipo de la ambulancia actual”.
Los miembros acabaron en campos de concentración
A sus comienzos, la Cruz Roja contaba con varios miles de miembros, pero en los años treinta su número ha aumentado en cientos de miles. Su actividad fue interrumpida a consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y en 1940 acabó disuelta. Las propiedades de la organización fueron confiscadas y muchos de sus miembros fueron enviados a los campos de concentración. Por su parte, muchos de los que se quedaron en libertad, se sumaron a la lucha contra los nazis. A partir de los años cincuenta, el régimen trató de convertir la Cruz Roja en una organización de masas, explica Marek Jukl.“Su auge llegó en 1965 cuando el número de sus miembros llegó a superar el millón y medio. En la actualidad, la Cruz Roja checa cuenta con aproximadamente 20 000 miembros. No creo que sea poco, ya que las actividades no se han reducido. Al contrario, después de 1989 la organización volvió a dedicarse a las actividades que se había visto obligada a abandonar en los años cincuenta”.
Entre estas tareas suspendidas por el régimen totalitario se encontraban, por ejemplo, varias actividades sociales como el servicio de enfermería voluntario o administración de agencias profesionales.
Marek Jukl brinda detalles sobre la misión actual de la Cruz Roja.“Entre estas tareas se encuentran los cursos de los primeros auxilios. Cada año más de 50 000 personas pasan por nuestros cursos. Contamos con más de 60 instituciones que desarrollan actividades sociales, estancias para niños y pensionados, y una de las actividades más típicas es la promoción de la premiación de los donantes de sangre”.
La Cruz Roja ayuda asimismo a las víctimas de conflictos bélicos, de crisis humanitarias y de catástrofes naturales. Desde el principio del siglo XXI ha apoyado a los necesitados en el extranjero con más de 7 millones de euros. En 2016, por ejemplo, construyó un centro de salud para las víctimas del terremoto en Nepal.