Miles de manifestantes abarrotaron el centro de Praga para protestar contra el Gobierno
Continúan las protestas que piden el fin del Gobierno del primer ministro checo, Andrej Babiš, investigado en estos momentos por un supuesto uso indebido de fondos europeos.
En Praga esta supone la quinta protesta desde finales de abril contra el actual Gobierno de Babiš, investigado en estos momentos por la Comisión Europea por un supuesto uso indebido de fondos europeos.
Entre los hechos que colmaron la paciencia de muchos ciudadanos se encuentra el nombramiento desde mayo de una nueva ministra de Justicia, Marie Benešová, un movimiento en el que muchos vieron una estrategia para poner alguien afín al primer ministro al frente de dicha cartera. Por lo que la independencia de la Justicia checa ha sido una de las peticiones más repetidas en las manifestaciones.
Según los organizadores, unas 120 000 personas acudieron a las protestas de este martes, lo que la convertiría en una de las manifestaciones de mayor entidad desde la Revolución de Terciopelo en 1989, cuando se protestaba contra el régimen comunista.Las manifestaciones han sido organizadas por el grupo civil “Un millón de momentos por la democracia”, cuyo presidente, Mikuláš Minář, señaló para la Radiodifusión Checa que había sido importante el apoyo de personas que venían a Praga desde todas partes de la República.
“Hace dos semanas vinieron unas 10 000 personas que procedían de otras regiones checas, y en esta ocasión hemos tenido tres o cuatro veces más. Han venido trenes llenos desde otras ciudades, y en municipios como Sušice prepararon autobuses para la ocasión. Me parece algo increíble”.
El principal organizador insistió en que si el primer ministro no está dispuesto a hacer nada para solucionar su conflicto de intereses y defender la independencia de la justicia, debería dimitir.
“Pedimos la dimisión de Marie Benešová, asegurar la independencia de la justicia y que no sea posible sustituir al fiscal general del Estado, también que se resuelva el conflicto de intereses en torno al primer ministro y que Agrofert devuelva las subvenciones que haya obtenido de forma injusta y no reciba más. El señor Babiš debería hablar ante los medios, y si no piensa cumplir estas peticiones, debería renunciar a su cargo y dejar la política”.
En relación a las protestas, Andrej Babiš se mostró sorprendido por las acusaciones, y declaró para la televisión Nova que descarta dimitir y que las recientes elecciones europeas demostraban que tenía la confianza de la gente.“Excluyo la posibilidad de que el Gobierno caiga, porque no existe ni el más mínimo motivo para ello. Nuestro movimiento contra la corrupción ha ganado las elecciones europeas teniendo en contra una campaña masiva de patrañas por parte de varios medios de comunicación. Hemos vuelto a ganar otras elecciones y la gente confía en nosotros”.
En los comicios europeos celebrados hace dos semanas el movimiento ANO del primer ministro fue el partido más votado en Chequia con el 21.18% de los votos.
La oposición pide una moción de confianza
Mientras todo esto sucedía, el Parlamento checo estaba discutiendo acerca de una reciente auditoría europea, que señala que el conglomerado Agrofert, el cual pertenecía a Andrej Babiš, debería devolver alrededor de 18 millones de euros que supuestamente habría recibido de forma ilegítima.Ante estas acusaciones, la ministra de Finanzas del Gobierno checo, Alena Schillerová, señaló en la Cámara de Diputados que las auditorías eran algo habitual, y que no significaba nada que en la fase preliminar se hubiera encontrado alguna irregularidad.
“La República Checa recibe de forma frecuente auditorias, en los últimos años ha habido decenas. Si alguien cree que la propuesta inicial de estas auditorías y su contenido final después de las observaciones y explicaciones de los órganos competentes son los mismos, está cometiendo un gran error y no sabe nada sobre el tema”.
Por su parte, el líder de la oposición, Petr Fiala, del Partido Cívico Democrático, dijo ante los diputados que el primer ministro checo debería someterse a una moción de confianza.“Si el líder del Gobierno no pide una moción de confianza, es nuestra obligación proteger de forma sólida los intereses de los ciudadanos frente a los intereses del primer ministro, y proteger los intereses de la República Checa de los intereses personales del primer ministro”.
Los organizadores por el momento quieren continuar con las protestas, y planean llevar a cabo su próxima manifestación en la planicie de Letná, un lugar que, además de ser capaz de albergar a más gente, está cargado de simbolismo. En este mismo lugar se realizó la manifestación más multitudinaria de la historia del país que puso fin al régimen comunista en 1989.