El año 1969 destrozó la esperanza de la libertad de Checoslovaquia
Exactamente un año después de que la Primavera de Praga fue abortada por la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia, miles de checoslovacos salieron a las calles una vez más para protestar contra la ocupación de su país. En los conflictos de ese verano murieron cinco personas.
La represión contra los manifestantes checoslovacos en agosto de 1969, un año después de que la Unión Soviética invadiera al país, acabó con los últimos vestigios de esperanza y convenció a los ciudadanos de que la normalización había llegado para quedarse. La intervención brutal, esta vez ejercida por los propios compatriotas de los manifestantes, se cobró más de cinco vidas humanas, y 2500 personas fueron arrestadas.
En la céntrica Plaza Venceslao y enfrente del edificio de la Radio Checa tuvieron lugar este miércoles varios eventos conmemorativos para recordar las víctimas de las protestas de 1968 y 1969.Como destaca el organizador Petr Marek, es de vital importancia recordar la historia del país a las nuevas generaciones, para prevenir que esta se repita.
“Hemos elaborado un proyecto educativo llamado “Siguiendo los pasos del pasado totalitario” para que la generación joven sepa cuanto más sobre la historia totalitaria del país”.
Mientras que los acontecimientos que rodearon la Primavera de Praga y la invasión del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia en 1968 están bien documentados en la historia moderna, lo que sucedió un año después no ha recibido tanta atención.
En el verano de 1969, el pueblo checoslovaco aún no había sido completamente pacificado y el Gobierno estaba bajo presión. Los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad no habían cesado después de la invasión, y en agosto del 69’ culminó la ola de protestas, como dijo el historiador Jakub Jareš de la Academia Checa de Ciencias.“En las calles había miles de personas, sobre todo en Praga. Se manifestaban por la continuación de las reformas de la Primavera de Praga y por la retirada de las fuerzas de ocupación del Pacto de Varsovia”.
En esa época había una fuerte presencia de militares soviéticos en el país. Sin embargo, estaban bajo estrictas órdenes de permanecer en los cuarteles para prevenir nuevas tensiones. Según el historiador Jareš, el hecho de que las tropas extranjeras no eran visibles puede tener otra razón.
“Es posible que los soviéticos obligaron al Gobierno checoslovaco a que asuma su trabajo, y a que promueva la normalización”.
Tras los eventos del verano anterior, muchos comunistas reformistas fueron privados de sus cargos superiores. El Partido Comunista, ahora dirigido por Gustav Husák, estaba preparado para eliminar por su cuenta la eventual disconformidad de la población.Los manifestantes que salieron a las calles en agosto de 1969 se toparon con miles de soldados de las fuerzas de seguridad checoslovacas. Las filas de la Policía habían sido reforzadas por la Milicia Popular del Partido Comunista, compuesta por grupos de trabajadores que fueron entrenados para proteger el régimen.
Si bien su lealtad al partido era más confiable que la de los soldados, no estaban tan bien entrenados como sus colegas de las fuerzas de seguridad oficiales, como explicó el historiador Jareš.
“Estaban nerviosos, asustados quizás, ya que los manifestantes tiraban piedras y las protestas fueron en general muy violentas. Por lo tanto, a diferencia de sus camaradas de la Policía, los milicianos comenzaron a disparar”.Cerca de 2500 manifestantes fueron detenidos y cinco murieron durante las protestas de agosto de 1969, tres en la ciudad de Praga y dos en Brno. A pesar de que posteriormente se realizó una investigación policial, las personas que dispararon nunca fueron descubiertas, en parte porque los milicianos se protegían entre sí.
Fue esa violenta represión la que convenció a los ciudadanos de que tenían que abandonar la idea de la Primavera de Praga, continúa el historiador Jareš.
“Creo que la normalización comenzó con el nombramiento de Gustav Husák al cargo de secretario general del Partido Comunista Checoslovaco en abril de 1969. A partir de entonces, todo empezó a ponerse en movimiento hacia un nuevo régimen. En agosto de 1969 la gente se dio cuenta de que la normalización no era solo una medida temporal, y que el régimen sería igual de violento como lo había sido en la década de los 50”.Otra consecuencia de las protestas fue la introducción de la llamada “ley de porra”. Esta nueva medida aceleró el proceso penal contra los opositores al régimen y al mismo tiempo facilitó el despido de personas ‘poco confiables’ y la expulsión de estudiantes universitarios que mostraran resistencia.
En diciembre de 1969, la ‘ley de porra’ fue introducida oficialmente en el Código Laboral.