Ministro de RR.EE. presta oídos al informe del Servicio Secreto sobre espías chinos y rusos
El Servicio de Inteligencia checo (BIS) indica en su informe más reciente que los agentes rusos y chinos siguen representando un riesgo para el país. En el reporte dedicado a 2018 hace énfasis en que Rusia y China tratan de influir en las diversas instituciones públicas y ofrecer perfiles favorables a sus intereses en Chequia.
El Kremlin no escatima esfuerzos en sus intentos por volver a ‘reinar’ en los países que integraban el extinto bloque soviético. Así se puede resumir parte del informe presentado por el Servicio de Inteligencia checo (BIS) sobre la actividad de los agentes rusos en Chequia.
Consultado por la Televisión Checa, el ministro de RR.EE. Tomáš Petříček agradeció la labor del Servicio de Inteligencia, al tiempo que indicó que muchas informaciones de esa institución pueden ayudar a su cartera a la hora de delinear algunos aspectos de la política exterior.“Personalmente tomo el informe muy en serio. Para nosotros, la información del BIS y otros servicios de inteligencia sirve y ayuda a la hora de formular la política exterior”.
En el informe del BIS se subraya que las actividades de Rusia y China en el territorio checo se centraron en 2018 en campos específicos como el político, económico y en la lucha por la información. Se hizo también énfasis en el elevado número de rusos con pasaporte diplomático en Chequia.
El servidor Hlidacipes.org sostiene que hay unos 160 ciudadanos rusos acreditados como diplomáticos en Chequia, lo que representa una cifra exagerada en proporción con las dimensiones del país anfitrión.
De acuerdo con el ministro Petříček, la expulsión de diplomáticos es un asunto muy complicado.
"La expulsión de diplomáticos no es un proceso simple, debe haber una razón explícita. Y en lo referente a las dimensiones de la misión diplomática (rusa) creo que el asunto se debió debatir en la década de los 90”.
Las relaciones entre Praga y Moscú atraviesan momentos de cierta tensión marcados, entre otros asuntos, por las constantes advertencias del Servicio de Inteligencia checo.Algo similar ocurre con China. Las actividades de sus agentes en Chequia no han pasado desapercibidas por un sector del oficialismo y de la oposición política. El ministro Tomáš Petříček se ha referido en repetidas ocasiones a la necesidad de mantener el diálogo con Beijing, pero respaldó las recomendaciones formuladas en el informe del Servicio de Inteligencia.
“En el caso de China notamos que les interesa penetrar en la sociedad checa. Tratan de aumentar su influencia para ofrecer un perfil que sirva a sus intereses”.
Uno de los casos más sonados estos días fue el de un extraño proyecto de ayuda económica a la Universidad Carolina, que sobrepasaba el ámbito académico. Petříček y otros políticos han empezado a promover medidas éticas que orienten la cooperación internacional de las universidades a aspectos puramente académicos, lejos de la política y de otros intereses.