Éxitos de música clásica: Hacia una nueva vida

Una de las marchas checas más famosas se llama Hacia una nueva vida, de Josef Suk. Esta obra se hizo famosa incluso en Estados Unidos donde triunfó en el certamen de marchas para deportistas en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932.

“Marchan los soldados, ¡Dios, qué hermosura! Marchan los soldados bien en filas, una tras otra.” Así dice una de las canciones populares checas más conocidas, la marcha Alrededor de Hradec, que surgió probablemente tras la célebre batalla efectuada cerca de esa ciudad en el año 1866, cuando en los alrededores de Hradec Králové marchó aproximadamente medio millón de soldados austríacos, checos y prusianos.

Josef Suk | Foto: APF Český rozhlas

Cada ejército necesita marchas. Hasta hoy día se escucha en la Plaza Roja de Moscú la marcha del Batallón de Preobrazhénskaya fundado por Pedro el Grande a principios del siglo XVIII. Sus marchas las tienen también los regimientos escoceses a los que acompañaba a la lucha la música de los gaiteros. Los soldados alemanes marcharon en todos los desfiles al compás del tema la Gloria de Prusia.

Václav Radecký,  foto: Martina Schneibergová

Además de los soldados, querían las marchas bien enérgicas también varias compañías y deportistas. La Orquesta Filarmónica de Viena termina todos sus tradicionales conciertos de Nuevo Año con la Marcha Radetzky siempre recibiendo ovaciones del agradecido público.

También en las tierras checas se tocaban marchas con frecuencia. Dejemos aparte las marchas comunistas que sonaron aquí siempre el Día Internacional de Trabajadores. Nadie ha compuesto más marchas que el patriota de la ciudad de Kolín, el director de banda František Kmoch. Sin embargo, la marcha checa más conocida y más famosa es el tema titulado Hacia una nueva vida, de Josef Suk. Esta obra triunfó en Estados Unidos en el certamen de marchas para deportistas en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932.

Josef Suk compuso originalmente esta canción antes como una marcha militar. Inmediatamente tras la Primera Guerra Mundial, en 1919, su música debía acompañar a los soldados checoslovacos que defendían en Eslovaquia la joven república ante los húngaros. En Chequia se habló entonces con fervor sobre el deber de alistarse para defender la patria.

Entre los voluntarios estaba también el hijo de Josef Suk, lo que le entusiasmó al compositor de manera que se puso a escribir una nueva marcha “para que el hijo marchara con más ganas acompañado de la música de su padre”. Sin embargo, tras cierto tiempo el compositor aplazó este trabajo.

La composición de Suk apareció en público más tarde y desde el principio se hizo muy popular. No es de extrañar que a comienzos de los años treinta se impusiera en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Entonces se trató de una curiosidad, ya que allí se compitió tanto en disciplinas deportivas, como en la categoría de composiciones deportivas.

Foto: public domain

La marcha Hacia una nueva vida, de Josef Suk, ganó en la Olimpiada de Los Ángeles. Pero durante mucho tiempo en Checoslovaquia no pudimos escucharla, porque estaba relacionada con el movimiento deportivo Sokol que estaba prohibido en el país bajo el régimen comunista. En la época de la primera república le pusieron letras a la marcha de Suk para que la gente pudiera cantarla antes de la inminente guerra y esta versión para coro adquirió una gran popularidad.

Les ofrecemos una grabación de esta marcha de Suk. Se trata de una grabación revolucionaria surgida poco después de noviembre de 1989, así que se le nota el entusiasmo que reinó en el país justo después de la Revolución de Terciopelo. El tema lo dirige Vladimír Válek.

Los tonos y versos optimistas de esta canción sobre el “halcón ágil del monte de Blaník con el llamamiento combativo: Escucha, suenan los clarínes” representan una gran paradoja. Debido a los “halcones”, como se llaman los miembros del movimiento deportivo Sokol (en español esta palabra significa “halcón”) el régimen comunista prohibió la interpretación de esta hermosa canción. Pero precisamente este tema sirvió de pauta a todas las marchas comunistas que surgían en gran escala a lo largo de los años cincuenta en el país bajo las banderas rojas.

Desde el punto de vista musical, lo más bonito se desarrolla el comienzo de esta marcha, las fanfarrias monumentales que literalmente hacen sonar el aire. Los testigos que vivieron aquella reunión memorable del movimiento Sokol recuerdan que se trató de una experiencia increíble.

En las puertas del estadio de Strahov estaban esperando decenas de miles de gimnastas. De repente rompieron a sonar las fanfarrias de Suk y de todos se apoderó un entusiasmo casi sagrado.

Josef Suk | Foto: Wikimedia Commons,  public domain

Cuando en los años veinte del siglo pasado fue convocado un concurso de marchas, Josef Suk inscribió en el mismo bajo un seudónimo su pieza ampliada y modificada Hacia una nueva vida. El jurado le otorgó al autor anónimo el premio principal. Sin embargo, el veredicto no fue unánime, algunos de los jueces consideraron la marcha demasiado vanguardista; la marcha se impuso al final gracias al apoyo de los compositores Karel Kovařovic y Otakar Ostrčil.

Josef Suk sintió por eso cierta amargura. Recién después del triunfo agregó las fanfarrias que abren la pieza, y la parte final. La composición de Suk se imponía difícilmente entre las piezas bajo cuyo sonido hacían filas los gimnastas de Sokol durante largos años. Los gimnastas más viejos preferían la marcha titulada Con la fuerza de un león, con el ascenso del halcón, de Kmoch.

A pesar de ganar el concurso de Sokol, Suk y sus admiradores no lograron imponer que su marcha sonara en la reunión inicial del festival de los gimnastas en 1920. Allí sonó por primera vez en público, pero no formó parte oficial de la reunión. La comunidad Sokol aceptó la marcha Hacia una nueva vida como su himno oficial tras el fallecimiento del autor, en 1935.

Los funcionarios del movimiento Sokol escucharon por primera vez la pieza en su forma más simple: como una composición para piano a cuatro manos. Sin embargo, el amplio público pudo escuchar el monumento musical inaugurado por la entrada de las famosas fanfarrias. La partitura para una orquesta sinfónica grande la elaboró el compositor solo, desgraciadamente, el original no se ha conservado.

Los arreglos para la orquesta de viento militar que debía tocar la marcha en el centro de reuniones de Sokol los realizó el inspector de las bandas musicales militares checoslovacas, el teniente coronel Prokop Oberthor.

Durante la Segunda Guerra Mundial la gente pudo escuchar regularmente los tonos de la composición de Suk en las transmisiones del gobierno exiliado en Londres. La parte inicial de la marcha con fanfarrias se convirtió en la sintonía de los programas de los actores Jiří Voskovec y Jan Werich transmitidos por medio de la BBC inglesa para los escuchas en la patria ocupada.

El ciclo Éxitos de música clásica surgió en base al proyecto de Lukáš Hurník y Bohuslav Vítek titulado Éxitos del milenio transmitido por la Radio Checa Vltava.

Autor: Roman Casado
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