Marie Podvalová: espléndida voz, instinto dramático, graciosa figura
Les ofreceremos la semblanza de la cantante operística Marie Podvalová, legendaria artista de la generación de las voces de oro del Teatro Nacional de Praga. La soprano, dotada de esplendor vocal, de capacidades dramáticas y de hermosa figura, fue intérprete por excelencia de la mítica princesa Libuse de la homónima ópera de Federico Smetana. Marie Podvalová interpretó este papel en el escenario del Teatro Nacional 300 veces.
La carrera operística de Marie Podvalová, la futura deslumbrante princesa Libuse, la decidió la casualidad.
Marie nació en 1909 en Cakovice, en los alrededores de Praga, como sexta hija de un empleado de ferrocarriles. De su madre heredó la vocación musical y de niña tocaba el piano y el violín. Pero, por otro lado, la atraían los deportes. La temperamental chica jugaba al fútbol, siendo una buena portera.
En lo que a su futuro se refería, la muchacha lo tenía claro: sería maestra. Sin embargo, contrajo una enfermedad pulmonar y el médico vio como única salvación que la chica renunciara a los estudios y a la práctica de deportes, fortaleciendo su cuerpo con intensos ejercicios respiratorios.
La forma más natural del tratamiento era el canto. La profesora de la escuela secundaria de Kostelec nad Labem, Marie Fleischerová, descubrió las extraordinarias facultades vocales de su alumna. Le recomendó que continuara los estudios en Praga.
Terminada su formación vocal, Marie Podvalová se presentó al jefe del elenco operístico del Teatro Nacional de Praga, Václav Talich. Éste percibió el talento de la joven soprano, pero le recomendó que primero formara su repertorio en la Ópera de la metrópoli morava de Brno.
En Brno Marie Podvalová interpretó en dos temporadas once papeles, destacando como Milada en la ópera Dalibor, de Federico Smetana, que sería uno de sus papeles estelares.
Pueden escuchar ahora a Marie Podvalová como Milada en una grabación de los años 50, procedente del fondo de oro de la discográfica Supraphon.
En 1937 Marie Podvalová fue contratada por Václav Talich para el elenco operístico del Teatro Nacional de Praga. Teniendo presente la extraordinaria vocación dramática de la cantante, Talich le confió la interpretación del papel de la princesa Libuse en la homónima ópera de Federico Smetana. Veía en Podvalová la encarnación ideal de la princesa eslava, que es una soberana y al mismo tiempo una mujer vulnerable y una profetisa.
El estreno de Libuse el 18 de mayo de 1938 fue impactante. La deslumbrante figura de la intérprete, alta, esbelta y majestuosa, su voz de gran volumen y colorido, y su emotivo y embriagador timbre hechizaron al público.
Marie Podvalová era, a los 29 años, la princesa Libuse más joven de la historia. La cantante alcanzó las más altas cimas del arte ya al principio de su carrera.
La ópera Libuse, escenificada por Václav Talich como una obra altamente dramática, se transformaría en el sombrío otoño de 1938 en una alegoría. El 30 de septiembre de 1938 las potencias occidentales suscribieron con Hitler y Mussolini el infame Tratado de Munich que privaba a Checoslovaquia de sus regiones fronterizas. El 15 de marzo del siguiente año, las tropas nazis ocuparon Bohemia y Moravia.
En las escenificaciones de Libuse en el Teatro Nacional, Marie Podvalová encarnaba la fuerza interna de la nación checa y su esperanza.
La ópera de Federico Smetana culmina con la profecía de Libuse en la que la princesa describe la convulsa historia de Bohemia, invadida por hordas enemigas del Este y Occidente. Al final de la escena la princesa vaticina el luminoso futuro de la nación checa que, según Libuse, superará airosamente los horrores del infierno. Los nazis se precipitaron a prohibir la escenificación de Libuse en la que sonaba la profecía de que el pueblo checo no perecería.
Después de impactar al público con el rol de Libuse, Marie Podvalová lo sorprendió con otra creación: el papel protagonista de la ópera Sárka, de Zdenek Fibich, con el que lució sus dotes de cantante dramática y apasionada.
Mujer heroica en el escenario, Marie Podvalová lo fue también en la vida. Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con el movimiento de resistencia antinazi y, terminada la contienda mundial, fue distinguida con una alta condecoración.En el país liberado, el 28 de mayo de 1945, volvió a interpretar el papel de Libuse.
En la posguerra sería más célebre la escenificación de Libuse en el anfiteatro de Devín, en Bratislava, el 21 de junio de 1959. En aquella oportunidad escucharía a Marie Podvalová un enorme auditorio de 150 mil personas en ambas orillas del río Danubio, la checoslovaca y la austríaca.
Marie Podvalová supo aliar la maestría vocal con la representación dramática, como puso en evidencia como Kostelnicka en la ópera Jenufa de Leos Janácek, como Emilia Marty en "La causa Macropulos" del mismo compositor, y como la Princesa forastera en Rusalka de Antonín Dvorák, y en otros tantos papeles que interpretó a lo largo de los 40 años que actuó en el Teatro Nacional de Praga. Confinada detrás del telón de acero, Marie Podvalová no tuvo, lamentablemente, la posibilidad de convertirse en una estrella internacional.