Eduard Haken, inolvidable intérprete de la ópera moderna checa

Eduard Haken, foto: operasingers sweb.cz

En el espacio dedicado a la música clásica y el jazz checos, conocerán esta vez al excelente cantante de ópera checo, Eduard Haken, quien durante más de 60 años fue transmitiendo a los espectadores la alegría y una rica vivencia artística por medio de su hermoso bajo y sensibilidad en la actuación.

Eduard Haken,  foto: operasingers sweb.cz
Eduard Haken cantaba y actuaba en el teatro desde su niñez. Después de terminar en 1929 los estudios de bachillerato, comenzó a estudiar medicina en la Universidad Carolina de Praga para cumplir los deseos de su padre y a la vez acudía a clases privadas para perfeccionarse en el canto.

No obstante, pasado algún tiempo, Haken tuvo que enfrentar una gran tragedia. Falleció su hermano mayor Jaroslav, quien era médico y a quien quería mucho y gracias también a cuya ayuda financiera había podido estudiar. El joven Eduard quedó así de pronto sin recursos. Su profesor de canto, Dmitri Levytsky, fue entonces muy generoso y le ofreció a Eduard que le seguiría dando clases gratuitas. También le inscribió en un concurso para cantantes de coro en el Teatro Nacional de Praga.

Del extraordinario talento de Haken se dio cuenta pronto el famoso director de orquesta checo, Václav Talich, quien llegó a la conclusión que sería una pena que esta voz de bajo que se caracteriza por un extraordinario color, sea aprovechada sólo en el coro. Gracias a Talich, Haken llegó a interpretar así papeles más cortos para solistas en obras presentadas en el escenario del Teatro Nacional. El joven artista se convenció de las cualidades de su voz y llegó a recibir también algún dinero. Fue entonces cuando se decidió por la carrera de solista de ópera y abandonó los estudios de medicina.

A partir de 1938, Eduard Haken comenzó a actuar como primer bajo en la Ópera de Olomouc, en Moravia. Allí, como él mismo recordaría más tarde, pasó los mejores tres años de su vida estando rodeado de un excelente colectivo de colegas y allí también llegó a determinar su repertorio básico. Además, en Olomouc le fue facilitado actuar por primera vez como solista de teatro, o sea, iniciar el camino que le abría la entrada al mundo entero. Entonces interpretó a uno de los personajes de ópera a los que debe su posterior gran fama, al casamentero Kecal en la ópera ‘La Novia Vendida’, de Federico Smetana.

En agosto de 1941, a Eduard Haken le fue ofrecido trabajar en el Teatro Nacional de Praga. Como solista en los papeles para bajo, Haken se convirtió en uno de los pilares de este escenario operístico checo durante los siguientes 50 años. Su extraordinario talento musical y de actor, su carisma, laboriosidad y disciplina, todo eso le permitió ampliar su repertorio con decenas de personajes de ópera. Al seleccionar su repertorio, Haken se centró en especial en autores checos.

En cuanto al repertorio operístico mundial, Eduard Haken destacó en un sinnúmero de roles, como por ejemplo, en el de Zaccaria en la ópera ‘Nabucco’ de Guiseppe Verdi o en la de Basilio en la ópera ‘El Barbero de Sevilla’ de Gioachino Rossini.

 Vodník Eduard Haken,  foto: operasingers sweb.cz
El personaje de ópera con el que Haken se inscribió en los corazones de miles de espectadores checos fue el de Vodník, el duende de las aguas en la mitología eslava, en la ópera ‘La ondina’ (Rusalka), de Antonín Dvořák. El propio Haken se refirió al personaje Vodník con las siguientes palabras:“Es un rol hermoso que necesariamente debe amar cada intérprete de ópera por su profundo contenido emocional. Vodník es un personaje de los cuentos de hadas, pero es muy humano y se parece a un padre de familia. Este rol lo he interpretado en más de mil ocasiones y es uno de mis predilectos”.

Un gran amigo de Eduard Haken fue el excelente tenor checo Beno Blachut, gracias a quien Haken conoció a su posterior esposa, la hermosa actriz Marie Glázrová, con la que Haken estuvo casado casi cincuenta años y tuvieron supuestamente un matrimonio muy armonioso.

Haken actuó con Beno Blachut en el Teatro Nacional de Praga en numerosas ocasiones. Ambos se presentaron por ejemplo en la no muy conocida y poco interpretada ópera ‘Colón’ (Columbus), del compositor checo del siglo XIX, František Škroup, autor de la música del himno nacional de la República Checa.

Eduard Haken fue un artista típicamente checo que a raíz de su profundo patriotismo rechazó un sinnúmero de ofertas del exterior, entre ellas una del teatro La Scala de Milán. En cierta ocasión, Haken valoró su trabajo de ópera de la siguiente manera: “Durante 50 años fui solista de la ópera del Teatro Nacional de Praga y ese es el mayor y más apreciado título que un actor puede recibir”.

Además de los escenarios operísticos, Haken se presentaba como cantante en diversos conciertos, de lo que testimonia un sinnúmero de grabaciones de sus actuaciones como solista en obras musicales como oratorios y cantatas de compositores checos, así como extranjeros.

A Haken le gustaba mucho igualmente cantar en las iglesias. En 1995, a sus 85 años de edad y unos meses antes de su fallecimiento, cantó todavía en la iglesia de Santiago de la ciudad de Jičín, al este de Praga, repleta de espectadores que ocuparon hasta el último lugar. Haken estaba lleno de energía y, a pesar de su avanzada edad, su voz seguía siendo fuerte, como el sonido de una campana.