Restaurador de origen checo limpia cuadros con ayuda de enzimas

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La restauración de cuadros es una fascinante aventura en la que se dan la mano la ciencia y el arte, como se refleja en la carrera del pintor y químico de origen checo Frantisek Makes, que inventó un eficaz método de restauración de cuadros con ayuda de enzimas.

Frantisek Makes  (Foto: CTK)
Frantisek Makes nació en 1931 en la ciudad morava de Zlín. Después de estudiar pintura y tecnología de obras de arte en la Academia de Artes Plásticas, en la primera mitad de los años 60 restauró pinturas de la Pinacoteca del Castillo de Praga.

En 1968 Frantisek Makes viajó con permiso oficial a Suecia para restaurar lienzos. En agosto de aquel año Checoslovaquia fue ocupada por las tropas soviéticas. Las autoridades comunistas instaron al señor Makes a abandonar el trabajo iniciado y regresar a Checoslovaquia. El restaurador optó por quedarse en Suecia.

En 1979 se graduó en la universidad de Gotemburgo. Su trabajo de doctorado acerca de las reacciones enzimáticas sobre la superficie de los cuadros suscitó una amplia y merecida repercusión internacional. Frantisek Makes publicaría después más de 35 trabajos científicos y, entre 1972 y 1996, trabajaría como el principal restaurador de las colecciones reales suecas.

El primer encargo del rey sueco fue la restauración de una carroza que la casa real había recibido en el siglo 17 como presente del monarca francés. Las paredes del vehículo estaban cubiertas con cuatro capas de pintura. La primera había sido realizada en Francia. La segunda capa surgió cuando el monarca sueco agraciado con el presente mandó pintar su escudo en la carroza. Dos soberanos subsiguientes también ordenaron decorar el vehículo según su gusto.

Al pintor y químico checo se le encargó retirar dos capas, pero sin llegar hasta la original francesa. Si hubiera utilizado solventes orgánicos, habrían desaparecido todas las pinturas. Frantisek Makes consultó entonces su trabajo de doctorado y, a raíz de sus conclusiones, estableció qué enzimas utilizaría para quitar cada una de las capas de pintura. Y efectivamente, las enzimas trabajaron como un delicado "raspador"químico.

Frantisek Makes restauró con el auxilio de las enzimas, entre otros, el célebre retrato del emperador Rodolfo II, pintado por Arcimboldo. Fue un trabajo muy arduo. Tuvo que explicar a los especialistas de las galerías y de las universidades cada intervención en el cuadro. Se vio obligado a comprobar, por ejemplo que la capa de pintura que quería retirar no procedía de Arcimboldo, sino de un restaurador del siglo 19.

Antes de aplicar las enzimas, Frantisek Makes realizó un análisis de la composición química. Descubrió que una capa del cuadro contenía el plaguicida DDT, y por eso no podía proceder de la época de Arcimboldo. El DDT empezó a utilizarse desde mediados del siglo 20. El plaguicida aplicado en abundancia en los campos penetró en los granos de cereales y leguminosas. Por esta vía llegó a los pegamentos y aceites empleados en la restauración de lienzos.

Según Frantisek Makes, el principal enemigo de los cuadros es el moho que, en unión con las bacterias, descompone la pintura. Con el auxilio de las enzimas quitó los pegamentos de los lienzos de las colecciones reales suecas de manera que el moho y las bacterias ya no encuentran las condiciones propicias para su proliferación. Frantisek Makes transmitió sus experiencias con el método enzimático al restaurador checo Martin Martan, que lo aplica con extraordinario éxito.