Václav Malý: "La Iglesia siempre mantuvo vivas las esperanzasdelcambio" - I parte
Con este nuevo espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.
Si tuviera que regresar atrás en el tiempo, ¿cómo recordaría la situación general en su país antes del fin del totalitarismo comunista?
"Se hallaba muy influenciada por el contexto internacional, principalmente por el dictamen de la entonces Unión Soviética. En el año 1985 se dio inicio a la Perestroika y la Glasnost, que trajo como consecuencia una cierta liberación en el ámbito político, sin embargo, la dirección comunista checoslovaca trató por todos los medios de frenar este movimiento de la sociedad. Y ello aunque a mediados de los años ochenta las personas comenzaron a perder el miedo y fueron distribuyéndose publicaciones tipo samizdat, surgieron varios grupos opositores, movimientos por la paz, ecologistas, se reunían los historiadores, artistas...
¿Y cuál fue la actitud de los católicos?
"Los católicos alzaron la frente y comenzaron a manifestar su descontento por la política del régimen comunista hacia la Iglesia. Se podría decir que nuestra sociedad durante esos años se presentaba bastante activa, aunque nos faltaba mucho para alcanzar la libertad y el régimen se esforzaba por silenciar o al menos reducir esta tendencia reprimiéndonos de diversas formas, aumentaron los arrestos por períodos cortos, aquellos que no compartían la postura oficial eran despedidos de sus trabajos, etc."
¿Cuál era la posición de la Iglesia católica en aquellos años? Me refiero en concreto al período previo a la caída del régimen.
"La Iglesia católica en aquel entonces estaba encabezada por el arzobispo de Praga, cardenal Frantisek Tomasek, quien tras la llegada del Papa Juan Pablo II al Vaticano tuvo la valentía de luchar abierta y públicamente por los derechos religiosos de la Iglesia. El momento más importante se produjo cuando en una de sus declaraciones manifestó que es obligación de cada cristiano defender, no sólo sus derechos como creyente, sino los derechos humanos en general. Esa postura se vio reforzada a partir de los años noventa, cuando anualmente se reunía con representantes de la entonces iniciativa cívica independiente Carta 77".
¿Qué influencia ejerció la postura del cardenal Tomasek sobre la sociedad checa de entonces?
"Aquello representaba una clara señal de que la Iglesia estaba del lado de quienes luchan por la libertad, a pesar de que la gran mayoría de ellos no eran creyentes. Todo ello servía para aumentar la autoconfianza de los cristianos y al mismo tiempo reforzaba el convencimiento en aquellos que no eran indiferentes ante la situación social de su país. Y así, el cardenal Tomasek se convirtió en uno de los símbolos de la lucha por la libertad junto con el ex presidente, Václav Havel (entonces disidente) y Alexandr Dubcek (símbolo de la Primavera de Praga)... este un símbolo no sólo para los checos, sino también para los eslovacos. Como es sabido hasta 1992 checos y eslovacos éramos ciudadanos de un mismo país, Checoslovaquia".
Hace un momento mencionaba al Papa Juan Pablo II. Muchos aún recuerdan su viaje a Cuba en el año ... ¿De qué manera podría evaluar hoy día esa visita?
"Debo señalar que mi evaluación puede ser sólo desde la distancia y básicamente inspirado en los comentarios que recogí durante mi viaje a Cuba, el año pasado. Diría que se trató de una visita encasillada entre signos de interrogación. Por un lado arrojó resultados inmediatos, es decir, un despertar de la comunidad cristiana en Cuba, lo que considero importante... tengo entendido que algunos presos políticos fueron puestos en libertad. Por otro lado diría que aquella visita favoreció a la figura de Fidel Castro, que se presentó ante el mundo como un líder comunista abierto a la Iglesia y al cristianismo generando una intensa propaganda en beneficio del sistema totalitario. Durante mi viaje a Cuba, en mayo del 2003, varios cristianos me comentaron que tiene lugar en la isla un proceso al que llaman "despapificación", es decir, reconocer la figura del Papa, aquel que condena la guerra en Irak, pero callar cuando no condena el totalitarismo o la violación de los derechos humanos. Pienso en todo caso que el Papa demostró un enorme valor con su viaje a Cuba ya que, repito, trajo resultados positivos, aunque sean pasajeros. No obstante, creo que a largo plazo sería importante reflexionar sobre todo esto que he dicho aquí".Según varias organizaciones internacionales de derechos humanos que monitorean la situación en Cuba, los cristianos en ese país sufren permanentemente algún tipo de discriminación o represión de parte del régimen. ¿Sucedía de lo mismo en la República Checa durante el régimen anterior?
"El tema de la persecución a representantes de la Iglesia es muy complicado. Yo diría que en algunos aspectos era incluso más intensa aquí que en Cuba. En aquel entonces ni pensar en que todas las diócesis tuviesen su propio obispo, el número de los que podían estudiar teología en el seminario era muy limitado. Había muchos sacerdotes a los cuales les era prohibido ejercer públicamente, yo fui uno de ellos. Además estaba prácticamente prohibida la enseñanza de la religión y los padres que enviaban a sus hijos a efectuar esos estudios debían contemplar con que serían objeto de calumnias y de algún tipo de represión en el trabajo".
¿Cuándo se puso fin a la persecución de líderes eclesiásticos?, ¿Debió caer el régimen para que se viera un cambio o ya antes de 1989 se pudo observar un cambio actitud de parte del oficialismo?
"Esa cruda realidad se mantuvo realmente hasta los últimos días del régimen comunista, de hecho todos los asuntos concernientes a la Iglesia estaban en manos del Estado. Mientras tanto, en Cuba - según lo que pude percatarme durante mi visita - al menos cada diócesis dispone de su propio obispo, los sacerdotes aunque en cierto modo están limitados, pueden ejercer el sacerdocio. Ni siquiera tras la revolución cubana de 1959 los religiosos fueron encarcelados masivamente, tal como ocurriera aquí en las décadas de los cincuenta y los sesenta. Por lo tanto, creo que existen algunas diferencias".