No siempre es fácil volver atrás
La 39 edición del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary concluyó. Los ganadores fueron anunciados y se les repartieron los correspondientes "Globos de Cristal". ¡Qué viva la cuadragésima edición! Les invitamos a hacer un breve recorrido por la historia del mayor evento cinematográfico de la República Checa. Seguidamente les ofrecemos una entrevista con uno de los participantes en su recién acabada edición, el director de cine catalán, Antonio Chavarrías.
El miércoles 15 de julio de 1896 se acumularon delante de uno de los edificios-balneario de Karlovy Vary cientos de personas. Se reunieron para ver el aparato cinematográfico, el invento más reciente de los señores Auguste y Louise Lumiere, y asistir a la primera proyección de cine pública en tierras checas.
Ese día empezó a escribirse la historia de la cinematografía checa. Para su festival de cine, Karlovy Vary tuvo que esperar unos cuatro decenios más.
La primera revista fílmica de Checoslovaquia fue inaugurada por el poeta Vítezslav Nezval el 1 de agosto de 1946. Su escenario fueron Karlovy Vary y la cercana ciudad balneario de Mariánské Lázne. La tercera edición del festival, en 1948, tuvo ya carácter de competición internacional.
La película ganadora "Auschwitz" (Ostatni etap, en original) de la cineasta polaca, Wanda Jakubowska, recibió, como premio principal, por primera vez el "Globo de Cristal".
La lucha ideológica, que dominó al acontecer en el país desde que en febrero de 1948 los comunistas tomaran el poder, plasmó en los años 40 y 50 asimismo la cara del festival de cine, que se instaló definitivamente en Karlovy Vary. A mediados de los 50 aparecen en su programa películas de cineastas del "tercer mundo".
A partir del 1956, año que Kruschev denunció el culto a la personalidad de Stalin, amanecen días mejores. En el festival de Karlovy Vary aparecen, entre otros, representantes de la cinematografía brasileña y nórdica, viene el director de cine español, Luis Buñuel.En 1964 se presentó en Karlovy Vary su película "Diario de una camarera", donde la protagonista, Jeanne Moreau, obtuvo el premio a la mejor actriz. En la edición anterior, en 1962, ya que desde 1958 el festival se celebraba cada dos años, alternando con la revista fílmica internacional de Moscú, visitaron Karlovy Vary los primeros representantes de Hollywood.
El año 1968 trae la famosa adaptación de la novela de Pasternak "El Doctor Zhivago" o la cinta "Blow up" de Michelangelo Antonioni.
Derrotado el movimiento reformista de la Primavera de Praga, el festival de cine de Karlovy Vary vuelve en los años 70 bajo la batuta de los ideólogos comunistas, quienes mimaron a los cineastas de los países cercanos al bloque soviético. Así, en la vigésima edición, en 1976, recibió el Gran Premio la "Cantata de Chile", del cubano Humberto Solás.
Con la vuelta de la democracia a Checoslovaquia, en noviembre de 1989, empezaron a cernerse amenazas sobre el festival de Karlovy Vary, pasando al margen del interés de los funcionarios responsables.
En la siguiente edición, en 1990, despertó gran curiosidad la proyección de las películas vetadas por el régimen comunista, que durante años permanecieron encerradas en "cajas fuertes". Al festival acudieron grandes estrellas del cine mundial, como el realizador Milos Forman o el actor estadounidense Robert de Niro.Sin embargo, ya dos años más tarde, el número de visitantes del festival descendió fundamentalmente.
La nueva etapa del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary se inició en 1994. De la organización de la revista fílmica fue encargada una fundación independiente, siendo elegido su presidente, el actor Jirí Bartoska.
Desde 1994 el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary vuelve a celebrarse cada año, y en las manos de Bartoska y de la directora artística, Eva Zaoralová, ganó otra vez prestigio a nivel mundial. En 2001, por ejemplo, recibió el "Globo de Cristal" el largometraje francés "Amelie", nominado al Oscar en cinco categorías. Y en 2002 el jurado premió la cinta alemana "En un lugar de África", galardonada posteriormente con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
El director de cine catalán, Antonio Chavarrías, acudió a la 39 edición del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary para presentar su película "Volverás". La cinta, basada en la novela "Un enano español se suicida en Las Vegas", de Francisco Casavella, cuenta la historia de dos hermanos que se encuentran casualmente después de vivir años alejados. Este reencuentro altera la vida de Ignacio. A punto de acabar su carrera de arquitectura, se va adentrando en el mundo lleno de riesgos de Carlos. Cuando Ignacio intenta librarse de la influencia de su hermano mayor, descubre que no siempre es fácil volver atrás. Con el director del filme "Volverás", Antonio Chavarrías, conversó Elena Horálková."Todos nosotros llevamos otra persona dentro, que le gustaría de hacer todo aquello que no hacemos porque nos contenemos, y que reprimimos. Esa persona está dentro agazapada. A veces se le abre la puerta y sale. ´Volverás´ trata de eso, de cuando algo que llevamos dentro empieza a salir y empezamos a perder el control sobre ello".
¿Cada uno de nosotros lleva dentro de sí una persona como esta?
"Yo estoy convencido de que todo aquello a lo que decimos no, por moral, por convenciones sociales o ideológicas, queda dentro. Esa negación a un deseo que hemos tenido queda dentro y se va acumulando. A la mayoría, no nos sale nunca. Hay gente que tiene la oportunidad de que le salga, a veces con consecuencias fatales a veces no, a veces reconduce su vida hacia unos territorios, que realmente eran los que le gustaban. Pero yo creo que todos llevamos dentro algo que no conocemos".¿Cuánto tiempo rodó la película? ¿Tiene "Volverás", seguramente como cada película, su historia de rodaje?
"Se rodó en ocho semanas. Fue un rodaje muy atípico. La rodé cronológicamente. Normalmente, se rueda por luces ... Aquí rodábamos tal y como sucedía la historia. Y se rodó siempre alrededor de los actores, mandaba el actor. Nunca importunábamos al actor con cámara o con luces. Es una película sobre las mentiras. Quería jugar con la verdad. Vamos a contar una película de mentiras pero sin hacer trampas".
¿Cuáles son sus planes para el futuro, qué prepara para el público?
"Como director y productor estoy preparando mi próxima película, que quiero rodar en abril del próximo año. La película se titula ´Las vidas de Celia´. Todo arranca con una noche en que una mujer se intenta suicidar, pero no lo consigue. Quiere que la atropelle un tren, pero el tren pasa por otra vía. Y aquella misma noche, en otro lugar cerca, asesinan a una adolecente. A partir de allí arranca la historia, y dos hechos que no tienen nada que ver van avanzando la historia, vamos viendo lo que pasó antes, lo qué pasa en el futuro. Vamos viendo como se van acercando las dos cosas, la muerte de esa niña y el intento del suicidio de esta mujer. Al final, ella ya no recuerda que se ha intentado suicidar, pero nota la violencia de ese acto. Entonces, es una película un poco como ´Volverás´, medio psicológica, medio policíaca, medio de intriga. Es una historia de personajes, muy humana y muy emocional".
¿Cree en el destino?"Creo que la historia de nuestras vidas la escribimos nosotros, pero que a veces la fatalidad interviene. La fatalidad es el destino. Creo que la determinación de una persona puede cambiar las cosas, creo mucho en la determinación de uno mismo. Pero me preocupa el tema de la fatalidad. Lo que puedes hacer es luchar contra las cosas, hay veces que consigues vencerlas, pero hay veces que estás condenado a repetir los errores. Es como el alcohólico que quiere dejar la bebida y dice estoy condenado a ser alcohólico. O el padre o el marido que comete errores, y lo ves como cierta fatalidad. Pero creo que la determinación de una persona puede cambiar su destino".
¿Cómo descubrió en sí el talento para rodar películas? ¿Cómo llegó al mundo del cine? ¿Fue también un momento, digamos, fatal?
"Fue casual, absolutamente casual. A mí me gusta el cine desde niño. He sido un gran espectador desde niño, mi padre me llevaba a ver películas, luego estuve en cineclubs. Pero nunca lo veía como una cosa que yo pudiese hacer. Es como si te gustan las estrellas pero no piensas que puedas ser astronauta. En mi primer trabajo, que tuve a los 18 años, me despidieron. Me quedé sin trabajo. Me dieron el subsidio de desempleo ... Cuando yo ya pensaba que no había nada más en la vida, me enteré que había una escuela de cine. Me matriculé porque tenía un año, que me estaba pagando el Estado el sueldo, muy bajo, pero que me permitía seguir vivo. Entonces, entré en la escuela de cine y vi que era un oficio que yo podía hacer. A partir de ese día hasta hoy".
¿Cómo pueden cinematografías, como casi todas las europeas, que no son grandes, afrontar, según su opinión, esta ola de cine norteamericano?"No dan más solución. A mí, lo que me preocupa es que las nuevas generaciones no tienen más horizonte que el cine norteamericano. Yo cuando era niño veía cine americano, pero también veía cine europeo. Yo recuerdo de jovencito ver películas de Milos Forman, de Miklos Janco, ver películas de toda Europa - poquitas, pero cada año había unas películas en los cines, en las salas de arte y ensayo. Ahora no se ve. Yo ignoro todo del cine checo, polaco, no llega nada a España. Las nuevas generaciones no conocen otra cosa, creen que el cine es solamente Harry Potter, o Stallone. Esto es muy grave, porque entre otras cosas limita tu visión del mundo, te limita ideológicamente, el cine son también hábitos de consumo. Nosotros aprendemos a vivir en cierta medida también viendo cine. Entonces, aprendemos a vivir de una sola forma de vida, que además no es la nuestra. ¡Ni siquiera es la nuestra! Yo tengo dos niños, y ellos quiere hacer haloween. Yo les digo, ¿qué haloween?, en España no hay haloween. Y ellos ¿por qué no?, queremos haloween! Ellos imitan, quieren reproducir su vida a partir de las pautas de comportamiento que les marca el cine norteamericano. Para mí eso es muy triste, porque es una renuncia a nuestra cultura. Y nuestra cultura entendida en un amplio sentido, no solamente la de nuestro país, nuestra cultura cinematográfica del mundo. Mi cultura cinematrográfica no es solamente la española, es la francesa, la italiana, la checa, la rusa, todo el cine que he visto".
¿Existe arma contra ello?"Pues sí, la determinación de la que hablaba antes. Yo creo que todo es cíclico, que todo tiene su tiempo. Es posible rearmarnos y luchar contra eso. Es constancia. Aquí hay un papel político a jugar por los gobiernos. Creo que tienen que garantizar la libertad de los espectadores a ver otras cinematografías, no solamente es un trabajo de cineastas. Ahora esa opción en muchos lugares no existe. No sé como es aquí en la República Checa, pero en España hay películas que se estrenan con 600 - 700 copias, una película en un fin de semana ocupa 600-700 salas. No deja espacio para las otras cinematografías. Eso es ya un problema político, no del cineasta. Creo que se tienen que arbitrar medidas para garantizar esa libertad de mercado. Si se toman medidas para organizar el mercado del maíz o de la leche, la cultura es más importante, porque la industria del cine tiene la misma carga económica que cualquier otro sector. Además tiene la responsabilidad de nuestra cultura de la que está hablando. En eso no tenemos que tener complejos, hay que luchar contra esa situación".