Hace 35 años se inmoló el estudiante Jan Palach

Jan Palach

Hace 35 años, en enero de 1969, se autoinmoló en Praga en protesta contra la ocupación soviética de Checoslovaquia y contra el letargo que invadía a la nación, el estudiante Jan Palach, de 21 años. Este acto marcó profundamente la historia checa.

El 16 de enero de 1969 la Radio Checoslovaca transmitió el siguiente parte policial:

"La policía municipal de Praga comunica que hoy, hacia las quince horas, el estudiante J.P. de la Facultad de Letras se roció en la Plaza de Venceslao con un líquido inflamable todavía no identificado y prendió fuego a sus ropas, provocándose graves quemaduras."

En la pequeña ciudad de Vsetaty, a 30 kilómetros al norte de Praga, escuchó el noticiero en su modesto domicilio la señora Libuse Palachová sin sospechar que bajo las iniciales J.P. se ocultaba el nombre de su hijo, Jan Palach.

Jan fue el segundo hijo de la familia Palach. Nació en 1948 cuando su familia poseía una próspera pastelería. Sin embargo, los comunistas les expropiaron la tienda y el taller y el padre de Jan Palach empezó a trabajar como obrero en una panadería industrial. Falleció en 1962 cuando Jan tenía trece años y medio.

Jan Palach se matriculó primero en la Escuela Superior de Economía en la capital checa, pero en otoño de 1968 pasó a la Facultad de Letras de la Universidad Carolina de Praga donde se inscribió en los cursos de Historia y Economía Política.

Prensa checa escribe sobre Jan Palach
Jan vivía de la beca social de 450 coronas mensuales, equivalentes en aquel entonces a unos 25 dólares. Nadie sabía como se las arreglaba, pero Jan incluso prestaba dinero a sus colegas necesitados y estaba dispuesto a compartir con los demás todo lo que tenía.

Jan Palach era un joven sensible, bondadoso y tolerante. Sus colegas recuerdan que como estudiante era más asiduo que los demás y casi nunca iba a los bares. Solía estudiar de noche hasta las tres o cuatro de la madrugada.

En el seminario histórico Jan defendía la idea de que la política debería ser la plasmación de los ideales humanos. Cualquiera que fuese el tema sobre el que se debatía, lo que decía Jan encerraba siempre una carga ética, recordaban los profesores de Jan Palach. Para el joven dotado de aguda sensibilidad para lo que era recto, la atmósfera que se instauró en Checoslovaquia tras la invasión de las tropas soviéticas, era insoportable.

Cuando Jan Palach ardió el 16 de enero de 1969 como una antorcha humana en la Plaza de Venceslao, en Praga, Checoslovaquia vivía el quinto mes de la ocupación soviética. Las tropas del Pacto de Varsovia ocuparon Checoslovaquia el 21 de agosto de 1968 con el fin de aplastar el intento democratizador de la Primavera de Praga.

Las unidades polacas, húngaras, búlgaras y de la entonces Alemania Oriental se retiraron al cabo de algunas semanas, pero las tropas soviéticas se acuartelaron en Checoslovaquia y nadie sabía por cuánto tiempo. Los gobernantes checoslovacos, temiendo que los ocupantes ahogasen en sangre todo intento de oposición, contemporizaban con los soviéticos.

Por un lado prometían a los ciudadanos la continuación de las reformas socioeconómicas, y por otro, apretaban los tornillos de la censura y expulsaban de los medios de comunicación a los periodistas que llamaban la atención hacia la ofensiva de las fuerzas antidemocráticas. Entre la ciudadanía cundía el desánimo que corroía las almas y los corazones.

¿Cómo podía reaccionar a la asfixiante atmósfera en el país Jan Palach para quien la política debía ser la plasmación de los ideales humanos? De cara a la proliferación de las mentiras políticas el joven optó por el máximo sacrificio para sacudir las conciencias.

Al arder como una antorcha viva en la céntrica Plaza de Venceslao, Jan Palach sufrió graves quemaduras en el 80 por ciento de la superficie del cuerpo. Cuando lo traían al quirófano, el personal médico pudo oír sus primeras palabras:Yo no soy una suicida.

Antes de inmolarse, Jan Palach envió a varias direcciones, entre otras a la Unión de los Escritores, una carta en la que explicaba los motivos de su sacrificio. Jan Palach escribía:

"Debido a que nuestra nación ha llegado al borde de la desesperanza hemos decidido expresar nuestra protesta y despertar al pueblo de la siguiente manera:

Nuestro grupo está integrado por voluntarios que están determinados a autoinmolarse por nuestra causa. Yo tuve el honor de resultar sorteado como el número 1 y así he obtenido el derecho de escribir las primeras cartas y convertirme en la primera antorcha. Nuestras demandas son:

1) inmediata abolición de la censura

2) la prohibición de la divulgación del periódico Zprávy."

Zprávy era un periódico publicado por los ocupantes soviéticos en el que la brutal agresión a Checoslovaquia era llamada de "ayuda fraterna".

"De no cumplirse nuestras exigencias dentro de cinco días, arderán otras antorchas", terminaba la carta firmada:Antorcha Nro.1.

¿Existía de veras un grupo de voluntarios dispuestos a la autoinmolación? Ello sigue siendo un enigma.

Jan Palach falleció el 19 de enero de 1969 a las tres y media de la tarde. Poco antes lo había visitado su colega Lubos Holecek que transmitió a la radio las últimas palabras de Jan Palach:

"Mi acto cumplió su finalidad, que nadie vuelva a intentarlo, que traten de salvar a esos estudiantes, ellos han luchado por el cumplimiento de nuestros objetivos, que sigan luchando vivos..."

Los funerales de Jan Palach, el 25 de enero de 1969, se convirtieron en una multitudinaria manifestación. La ceremonia fúnebre tuvo lugar en el Karolinum, sede de la histórica universidad praguense.

En un emotivo discurso, el rector de la Universidad Carolina, Oldrich Starý, resumi el significado del sacrificio de Jan Palach:"Tu acto, Jan Palach, es manifestación de un corazón puro, del amor supremo hacia la verdad, la libertad y la democracia. Tú has hecho el máximo sacrificio en aras de la nación. Somos una nación pequeña que ya varias veces estuvo al borde del exterminio. Esta antorcha humana apela a todas las personas de buena voluntad..."