Recuerdan en Chequia el sacrificio de Jan Palach
El estudiante checo Jan Palach se autoinmoló hace 48 años para protestar por la invasión soviética de Checoslovaquia. Con su sacrificio quiso despertar a la nación, que bajo la bota invasora había empezado a caer en una profunda indiferencia que le alejaba de los ideales democráticos y de libertad.
Con tan sólo 21 años de edad, Jan Palach no aceptó ver a la sociedad checoslovaca apocada e inactiva por efecto de la invasión perpetrada el año anterior por las tropas de algunos ejércitos del Pacto de Varsovia, encabezados por la Unión Soviética.
Al pie del monumento a Palach en la Plaza Venceslao, el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, exhortó a mantener vivo su legado.
“Jan Palach protestó entonces contra la ocupación del país, por la falta de libertad y el inicio de las medidas de represión conocidas posteriormente como “normalización“. Le pareció que la gente había empezado a alejarse de los ideales democratizadores promovidos por la Primavera de Praga de 1968“.
Con propósito de resaltar la importancia del heroico acto, un grupo de estudiantes inició una huelga de hambre de cuatro días, tal y como ocurriera en 1969, explicó Petr Marek, uno de los organizadores.
“La huelga de hambre declarada en aquella época por los estudiantes nos inspiró para hacer algo similar. Un grupo de estudiantes mantiene una huelga de hambre simbólica para dar continuación al legado de Jan Palach. Esto quiere decir: evitar que la sociedad se vea dominada por la inactividad y la apatía”.
El Ministerio de Cultura espera que el próximo año sean terminadas las obras en la casa natal de Jan Palach, en la localidad de Všetaty, donde abrirá sus puertas un museo dedicado al legado al estudiante al que no le fue indiferente el destino de su país.
