Praga rinde homenaje a Franz Kafka

Estatua del escritor checo, Franz Kafka, foto: CTK

El escritor checo, Franz Kafka, retornó a su ciudad natal. En el centro de Praga, a pocos pasos de la Sinagoga Española, fue develado un monumento a Kafka. Tuvo que esperar décadas para que su Patria reconociera su gran talento y le rindiera un homenaje.

Autor del monumento,  Jaroslav Róna,  foto: CTK
Decenas de personas asistieron a la inauguración del monumento a Franz Kafka en el centro de Praga. Pasados decenios desde la muerte del autor de El Proceso, América y La Metamorfosis, entre otros, retornó a la capital checa, ciudad que le sirvió de inspiración para sus novelas y en cuyos rincones encontrara refugio en momentos en que buscaba consolación. Retornó a la ciudad que, no obstante, también le había ignorado y rechazado, al no entender la profundidad de sus pensamientos y el amplio mensaje humanista que trató de transmitir a sus habitantes y a toda la nación checa.

Durante la ceremonia de inauguración el autor del monumento, Jaroslav Róna, destacó que ha sido para él un gran honor realizar la obra.

 Estatua del escritor checo,  Franz Kafka,  foto: CTK
"Kafka fue una persona de carácter complicado pero de un enorme e indiscutible talento. Este escritor nos dejó una amplia herencia en la que de manera genial entrelazó el misticismo con un bizarro humor legando un mensaje profundamente humanista. Un poco de Kafka lo llevamos todos muy dentro de nosotros, aunque frecuentemente no nos damos cuenta de ello".

La estatua de Kafka es de bronce, mide unos cuatro metros de altura y pesa 700 kilos. Su realización y ubicación en el centro de Praga es resultado, principalmente, de los esfuerzos de la Sociedad checa Franz Kafka que a lo largo de años insistió en la necesidad de paliar la gran deuda que la nación checa tiene para con el escritor. Durante la era comunista en Checoslovaquia, Kafka fue inscrito en la lista negra de autores por considerarse que su obra metafísica y llena de misterios, no ofrecía mensaje alguno a la clase trabajadora e incluso, que era peligrosa. Es hasta la última década que los checos descubren a Franz Kafka, llegando a apreciar su talento en toda su amplitud.