Gobierno checo se tambalea
Una medida de la solidez del Gobierno de coalición checo será la moción de confianza que el Gabinete anunció solicitar a la Cámara Baja el próximo 11 de marzo. De este modo reaccionó a la derrota sufrida por su candidato en la elección del Presidente de la República.
El primer ministro, Vladimír Spidla, considera que solicitar la moción de confianza no es ningún suicidio político sino, por el contrario, una forma de verificar si el Gobierno cuenta todavía con el suficiente apoyo de los diputados.
"En caso de persistir esta insegura situación, de continuar así día tras día, semanas enteras, entonces consideraría que el Gobierno carece de perspectiva. Su posición se iría debilitando más y más, mientras que irían cobrando fuerza ciertas coaliciones extraoficiales", sostuvo Spidla.Todo indica que de los diputados de la coalición gubernamental dependerá el resultado del voto de confianza. En la Cámara Baja la coalición dispone de la mitad más uno de los votos y la oposición asegura que no pretende aprovecharse de la situación surgida.
"Nosotros hemos adelantado que no pretendemos desestabilizar al Gobierno y tampoco deseamos la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas. Depende de cómo el Gobierno sepa superar la actual crisis", señaló Mirek Topolánek, líder del Partido Cívico Democrático, la mayor formación de la oposición.
Sobre el futuro del Gobierno checo se decidirá el próximo 11 de marzo. Para mantenerse, el gabinete tendrá que obtener 101 votos a favor en la votación sobre la moción de confianza. Y este es el número de diputados de que disponen en la Cámara Baja los partidos de la coalición gubernamental.