Prokop Divis
En esta ocasión hablaremos del sacerdote e inventor checo, Prokop Divis, quien, simultáneamente con el estadounidense Benjamin Franklin, llegó a descubrir el pararrayos. Y aunque las enciclopedias afirman que el autor de ese invento es Franklin, los checos suelen insistir en que Divis llegó al mismo descubrimiento independientemente de Franklin y, quizás, antes que él.
Prokop Divis nació en Bohemia Oriental en el año 1698, aunque algunas fuentes senalan como fecha de su nacimiento el año 1696. Estudió en un colegio jesuita, siendo uno de los mejores alumnos. En 1726 fue ordenado sacerdote e ingresó en la Orden premonstratense en la localidad de Louka en Moravia del Sur. Los excelentes rendimientos escolares le facilitaron a Divis proseguir sus estudios en las universidades de Salzburgo y Olomouc, llegando a obtener el título de doctor en teología y filosofía.
Pero ya por entonces a Prokop Divis comenzaron a interesarle más los diversos fenómenos naturales, para los que trataba de encontrar una explicación razonable. Especialmente le atraía la fuerza de la electricidad, desconocida en aquél entonces. Su afición le trajo a Divis serios problemas con sus superiores quienes, para castigarle, le enviaron a la pequena parroquia de Prímetice, que Divis tuvo a su cargo más de veinte años, prácticamente hasta su muerte.
En la aldea de Prímetice, relativamente apartado de la civilización, Prokop Divis pensaba dedicarse por fin con tranquilidad a sus inventos. Pero esa tranquilidad no duró mucho tiempo. Su afición provocaba desconfianza entre los habitantes locales, que eran gente muy sencilla, sin gran instrucción.
A pesar de ello, alrededor del año 1754 Divis logró montar su "máquina meteorológica", con la que pretendía extraer de las nubes las cargas eléctricas y con ello impedir el surgimiento de los rayos. Sin habérselo programado, Prokop Divis montó de esa manera un pararrayos, cuya forma, claro está, poco se asemejaba a la de los pararrayos que conocemos actualmente.
Para ser objetivos hay que reconocer que el diplomático e inventor estadounidense, Benjamin Franklin, montó su pararrayos en Filadelfia algún tiempo antes que su colega checo. Pero a la vez es indudable el aporte de Divis a la ampliación de los conocimientos sobre la fuerza eléctrica en los territorios checos.
Pero en la época en que vivió Prokop Divis, en lugar de ganarse la simpatía de la gente con sus conocimientos y descubrimientos, éstos sólo provocaron desconfianza entre los aldeanos de Prímetice y los círculos religiosos. Ello se debió también en gran medida al carácter extremadamente complicado y pendenciero de Prokop Divis, características que suelen tener muchos hombres de ciencias que, por ser excepcionales, no son capaces de adaptarse a la vida normal.
Y entonces, como habíamos dicho al principio, los aldeanos de Prímetice no aceptaron el nuevo invento de Divis por suponer que se trataba de una máquina dominada por las fuerzas ocultas, irrumpieron en la casa del párroco y lo destruyeron todo. Por si fuera poco, escribieron una carta a los superiores de Divis, en la que se quejaban del comportamiento del párroco.
Prokop Divis falleció en 1765. No fue hasta 1776 que se permitió oficialmente la construcción del primer pararrayos en Praga. Con el paso del tiempo también se fue reconociendo el aporte de Divis al desarrollo de la ciencia, a la vez que se llegó a idealizar un tanto a esta personalidad de la historia checa.