Los gitanos sienten peligro en su propio país
Tener la piel oscura en la República Checa, o peor aún, pertenecer a la etnia gitana, puede ser peligroso en estos días. La discriminación ha llegado a tales extremos que el fin de semana un joven gitano fue asesinado por un cabeza rapada, luego de que este dirigiera a su víctima insultos de carácter racista.
Casos similares de violencia racial son cada vez más frecuentes en la República Checa, por lo que cientos de gitanos han optado por una solución radical: huir del país. Sin embargo, este camino se les está dificultando. El Gobierno de la República Checa acordó con las autoridades británicas que todos los viajeros checos con destino al Reino Unido deban pasar en el aeropuerto de Praga por controles de los agentes de migración británicos: ellos decidirán si pueden o no continuar su viaje. De esta manera el Gobierno de Gran Bretaña pretende frenar la creciente ola de migración de gitanos checos hacia ese país.
Un total de 600 solicitudes de asilo ha recibido la embajada británica en Praga en lo que va del año, lo que ha sido considerado por las autoridades de ese país como un abuso del derecho de asilo del Reino Unido. El portavoz de la embajada de Gran Bretaña en la República Checa, Zbynek Havránek, afirma que esta medida es la única manera de evitar la introducción de visados para los ciudadanos checos, con lo que Londres amenaza desde hace tiempo.
"El aumento de solicitantes de asilo es un problema que detectamos hace más de tres años; por eso actuamos de esta manera" señaló Havránek, agregando que si con esfuerzos se ha logrado evitar que se establezca el visado obligatorio entre ambos países, no conviene ahora crispar los ánimos.
La mayoría de los ciudadanos que viaja a Gran Bretaña coincide en que este procedimiento puede ser considerado discriminatorio. "Comprendo la postura de la parte británica, pero entiendo también que los gitanos puedan sentirse discriminados", decía una mujer que esperaba para abordar su avión a Londres.
Esta medida ha generado fuertes protestas de parte de diversas organizaciones gitanas y de los defensores de los derechos humanos. Indignada, la comunidad romaní checa calificó de discriminatorio este proceder, señalando que se atenta contra el derecho de asilo y refugio de cada ciudadano. Stefan Lièartovský, presidente de la Iniciativa Cívica Gitana, explica que los gitanos solicitan asilo en otros Estados porque en su país viven en un permanente estado de alerta ante los posibles ataques de los cabezas rapadas.
"Los gitanos no se sienten seguros en la República Checa. Por eso vamos a solicitar apoyo de la Policía, nos dirigiremos al Gobierno, al ministerio del Interior, en fin, haremos lo necesario para eliminar la tensión que reina entre la comunidad gitana y el resto de la sociedad", matizó el líder romaní.
Cientos de pasajeros han debido someterse al riguroso control en el aeropuerto, para los que ha sido habilitada una sala aparte donde deben responder a una entrevista y llenar un formulario especial. "Si no son capaces de dejarnos en paz, al menos que nos den la libertad de escapar", decía un joven gitano en el aeropuerto de Ruzyne, poco después de serle negado su viaje. Por su parte, una mujer gitana explicaba por qué no pudo abordar su avión hacia Londres.
"Nos preguntaron el objetivo de nuestro viaje. Al responderles que solicitaríamos asilo nos preguntaron por qué queríamos huir. Les explicamos que la situación en este país es muy difícil, que cuando vamos de compras la gente nos mira, miran que tocamos, etc. Como si fuéramos distintos a los blancos", decía la viajera gitana.
Para las autoridades británicas, la introducción de controles en el aeropuerto de Praga es garantía de que los gitanos checos dejarán de pedir asilo en Gran Bretaña, sin embargo, para ellos sigue siendo esta una de las soluciones para enfrentar la persecución y discriminación protagonizada por los diversos grupos extremistas en este país.