“No nos fuimos a vivir al extranjero, pero estamos allí”

La separación de Checoslovaquia fue un acontecimiento chocante especialmente para los matrimonios mixtos entre checos y eslovacos. De una noche a otra, acabaron viviendo en un país extranjero. Mientras que en aquel entonces la separación despertó numerosas preocupaciones, hoy despierta nostalgia.

Escoger la nacionalidad, esperar en la frontera para poder visitar a su familia y cambios de moneda fueron algunos de los inconvenientes para los checos residentes en el territorio de Eslovaquia y viceversa.

Foto: Vojtěch Berger,  Český rozhlas

Petr, oriundo de Moravia del Sur, reside en Eslovaquia desde la década de los 60, cuando conoció a su esposa eslovaca. La noticia sobre la disolución de la federación despertó gran preocupación, según comentó para la Redacción Iberoamericana de Radio Eslovaquia Internacional.

“Me preocupaba que surgieran peleas violentas en la frontera u otro tipo de problemas. Nada de eso ocurrió y me di cuenta de que mi relación con Eslovaquia es fuerte y nadie nos puede separar. Un paisano mío me preguntó para qué sirve la separación. Le contesté que no es buena, yo personalmente apuesto por Checoslovaquia, pero que debería ser bueno para que aprendiéramos a apreciar más el uno al otro. Y creo que después de los 30 años es así. Creo que el tiempo mostró que somos buenos amigos y representamos un ejemplo mundial de una separación sin consecuencias graves”.

Fuente: Radio Prague International

En cuanto al idioma, Petr se considera fluido en eslovaco y confiesa utilizarlo incluso durante sus estancias en la República Checa. El uso cotidiano de esta lengua en el país vecino no lo considera ningún obstáculo.

“Mi hija menor vive en Praga con su familia. A sus 6 años, mi nieto me dijo que el checo y el eslovaco son idiomas iguales, solo que suenan diferente. Hoy, mis nietos van a escuelas checas, pero en casa hablan eslovaco, mientras que mi hija habla eslovaco en su trabajo y nadie se ve molesto”.

“Deberíamos estar juntos, somos almas cercanas”

Hace más de 60 años, Karla, natural de Brno, decidió vivir con su esposo Jaroslav en Eslovaquia. Según confiesa, no pudo imaginarse que de una noche a otra debiera vivir en un país extranjero.

Brno | Foto: Leonhard_Niederwimmer,  Pixabay,  Pixabay License

“No me gustó y sigue sin gustarme porque creo que deberíamos estar juntos, somos almas cercanas. Siempre nos hemos considerado hermanos y hermanas. Me haría mucha ilusión que nos volviéramos a unir”.

De acuerdo con Karla, la disolución de Checoslovaquia no le deparó complicaciones burocráticas o de otro tipo. Lo único que lamenta es el cambio de moneda y la subida de precios después de la adopción del euro. A diferencia de la República Checa, que mantiene su moneda, Eslovaquia se sumó a la zona euro en 2009.

“El 1 de enero lloramos”

La checa Olga Mišíková, oriunda de la ciudad de Nové Město nad Metují, conoció a su esposo eslovaco en 1968 en la ciudad checa Pec pod Sněžkou y decidieron formar una familia en Eslovaquia. La disolución del país fue para ellos una noticia muy triste, recuerda.

Nové Město nad Metují | Foto: Jiřina Šmídová,  Český rozhlas

“El 1 de enero lloramos con mi esposo, fue para nosotros algo muy difícil. Creo que los países debían haber permanecido juntos. Ahora me molesta el hecho de tener que cambiar euros por coronas checas, además la moneda checa actualmente es más fuerte, lo que para mí representa una desventaja. Antes había coronas checoslovacas, luego eslovacas, ahora tenemos euro, así que siempre tengo que cambiar la moneda de una forma no rentable. No obstante, por lo demás me siento aquí muy bien”.

Olga Mišíková es la Presidenta del club local de la Asociación Checoslovaca en la Región de Trnava. La misión de esta iniciativa es reunir a los checos residentes en Eslovaquia y reforzar la identidad nacional y cultural de la minoría nacional checa, presentar su cultura y tradiciones, preservar y cultivar su lengua materna y fortalecer la amistad entre checos y eslovacos. La asociación desarrolla sus actividades en dos clubes locales de Trnava y Piešt'any.

Trnava  | Foto: Radovan Bahna,  Wikimedia Commons,  CC0 1.0 DEED

“La asociación nació en 1993 después de la separación. A pesar de no habernos mudado al extranjero, estamos en el extranjero, así que esta iniciativa surgió como una idea de personas que vivían aquí. Nos reunimos cada primer jueves del mes, hacemos excursiones a Chequia, desarrollamos actividades dedicadas a la historia, la literatura checa y cantamos canciones checas y eslovacas. En realidad, no se trata sólo de un grupo de checos, moravos y silesios, sino que también puede unirse gente de Eslovaquia. Los que nacieron aquí tienen matrimonios mixtos o nacieron en Checoslovaquia, por lo que es muy cercano para ellos”.

Cada vez se contraen más matrimonios checo-eslovacos

Foto: StockSnap,  Pixabay,  Pixabay License

Los checos y eslovacos figuran actualmente entre los matrimonios mixtos más frecuentes en la República Checa. De acuerdo con los datos de la Oficina Checa de Estadística proporcionados en 2020 para una campaña de una cervecera eslovaca, los matrimonios checos-eslovacos forman una tercera parte de los aproximadamente 5000 matrimonios internacionales contraídos en  la República Checa. El amor entre ambas naciones está en aumento. Mientras que en 2014 se casaron 1427 parejas checo-eslovacas, en 2019 la cifra aumentó a 2002.