Muere la mezzosoprano checa Soňa Červená a los 97 años
Soňa Červená, una de las grandes figuras del Teatro Nacional checo, falleció este 7 de mayo a la edad de 97 años dejando un gran vacío en el mundo de la ópera.
Conocida como la musa de Praga, la mezzosoprano Soňa Červená comenzó su carrera como cantante de opereta, brilló como actriz de cine hasta llegar a ser uno de los grandes nombres del Teatro Nacional, en Praga.
Nacida en 1925, la vida de Červená estuvo llena de giros dramáticos. Los nazis enviaron a sus padres a campos de concentración y después de la guerra su madre murió en una de las cárceles del régimen comunista checoslovaco.
Sus primeros éxitos llegaron en 1954 en Brno, ciudad muy vinculada con Leoš Janáček, su compositor preferido que trató de propagar por el mundo entero.
Con el éxito llegó la persecución. El régimen comunista la presionó para que cooperara con la temida Seguridad del estado (StB). En busca de libertad emigró a Alemania en 1962 y empezó a cantar en los mejores teatros de aquel país.
Entre sus papeles de mayor éxito están Octavian, del Caballero de la rosa de Strauss, y Carmen de Bizet, con el que debutó en Estados Unidos. En la Ópera de San Francisco actuó durante 11 años interpretando el papel principal de Carmen, que se convirtió en su personaje característico.
Su estrella brilló con tal intensidad que actuó con directores como Rafael Kubelík, Herbert von Karajan y Charles Mackerras, entre otros.
Tras la derrota del comunismo en 1989, regresó a Checoslovaquia, volvió a cantar, obtuvo papeles en el teatro y el cine, y su inconfundible voz resonó en las grandes salas de concierto del país.
Su filosofía de vida la resumió en pocas palabras: “no me gusta mirar atrás, prefiero mirar adelante. Me atrae todo lo nuevo. Estoy en algún lugar cada noche”.
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