Miguel Gallardo, o la historia del cómic español contemporáneo

Miguel Gallardo: ‘María y Yo’

El festival de cómic de Praga, el KomiksFEST! tuvo este año como estrella invitada al dibujante español Miguel Gallardo, ilustrador y una de las figuras clave de la llamada “línea chunga” de los años 70 y 80. Con él hablamos de su trayectoria profesional y de la evolución del noveno arte en España.

Miguel Gallardo
Sea en ilustración, cómic e incluso animación, el rotulador de Miguel Gallardo siempre se ha caracterizado por la experimentación y la búsqueda de nuevos estilos, desde sus primeras producciones underground hasta su reciente ‘María y Yo’, en el que habla de su hija autista.

De hecho, su currículum puede considerarse un resumen de la historia del cómic español contemporáneo, un relato que arranca a finales de los 70, con el fin de la censura y un Miguel Gallardo totalmente dispuesto a dedicarse al cómic en una Barcelona que comenzaba a abrirse a las nuevas tendencias, como nos explica.

El festival de cómic de Praga,  el KomiksFEST!
“Era el tardofranquismo, cuando se estaba ya desmoronando el régimen, y hasta que no hubo las primeras elecciones Barcelona se convirtió en una fiesta al aire libre. Y los cómics reflejaron eso. Entonces yo entré en El Víbora. Antes llevaba ya una trayectoria de dibujar en algunas revistas, habíamos creado a Makoki, que es el personaje insignia que tenemos, que era un desbarajuste total. Por primera vez la gente que estaba haciendo cómics tenía la misma edad que los que leían. Los cómics de antes eran de aventuras, del oeste, del espacio, y cosas así, que pasaban en otros planetas. Nosotros empezamos a contar lo que pasaba en la calle. La gente fumaba canutos, escuchaba música, se drogaba, iba a fiestas... y eso fue una revolución”.

En cierta forma, la generación de Gallardo hizo aumentar la edad del público lector y que pasó de ser infantil a juvenil. Y lo hicieron tomando como referente tanto las tendencias internacionales como a Ibáñez, Escobar, Vázquez y otros clásicos de la editorial Bruguera, que realmente también eran cáusticos a su modo.

Makoki
“Sacaban personajes que eran políticamente incorrectos. Carpanta era un tío que pasaba hambre. O siempre sacaban porteros de casa, criadas, gente de los estratos más bajos. Y a través del humor se colaba parte de esa España real que había. Era curioso porque los policías no eran policías, eran bobbies ingleses, las pesetas no eran pesetas sino rupias. No podía pasar en España eso. Y por otro lado los del underground americano, que fue un bombazo: mirar ahí al otro lado y ver que podías hacer lo que quisieras, meterte con lo que quisieras. ‘Destroy’ total”.

Con guiones de Juan Mediavilla o Ignacio Vidal-Folch, colaborando con revistas como El Víbora, Cairo o Complot, Miguel Gallardo atravesó los 80 como uno de los principales dibujantes del país. Para la posteridad quedarán no solo el Makoki, sino también el Niñato o Perico Carambola y toda una serie de historietas ácidas y dadas a la parodia y la crítica social.

Gallardo colabora con revista como Cairo
Los años 90 sin embargo trajeron el agotamiento de la fórmula underground y las editoriales no pudieron conservar su público antiguo ni captar al nuevo. La mayoría de las revistas cerraron y los dibujantes tuvieron que reinventarse, como prosigue Gallardo.

“En la generación a la que pertenecíamos cada uno se fue por diferentes sitios. A la que la gente se pillaba novia le tiraban la colección de El Víbora. Y nosotros también crecimos. Hubiéramos podido ser como Mortadelo y Filemón, haciendo lo mismo, pero veníamos de otra generación e importaban más las ideas que la estética. Entonces cada uno se dedicó a hacer sus historietas o se pasó a otros medios que eran más favorables”.

De esta forma, Miguel Gallardo pasó a dedicarse a la ilustración para periódicos de prestigio, como Público, La Vanguardia, El País o incluso New York Times. Aunque pueda parecer un viraje brusco, realmente solo se trató de dar preferencia a una faceta que ya venía cultivando desde hacía ya tiempo.

“A la vez que hacía el Makoki yo estaba ilustrando en el Playboy o en Interview o revistas así con un estilo que no tenía nada que ver. O sea, mi estilo era algo completamente diferente. Entonces a la que pude incorporé ese estilo de ilustración al cómic. Por ejemplo una historieta que se llamaba Perro Nick, que salió en El Víbora, que era a todo color, una parodia de la serie negra, pero no tuvo la trascendencia del Makoki. Es que a mí lo que me gusta es experimentar y cambiar de estilos, reinventándome sobre la marcha”.

Miguel Galalrdo: ‘Un Largo Silencio’
Su última obra de los 90, ‘Un Largo Silencio’, narraba las vivencias de su padre, antiguo oficial republicano, durante la Guerra Civil Española. La obra anticipaba lo que más tarde sería la vuelta al cómic de Gallardo: historias adultas, en consonancia con una concepción de la historieta como plena herramienta literaria.

“Todo esto de la novela gráfica no deja de ser una etiqueta pero que sirve para recuperar a toda esa gente que ahora tiene 40, 50 años, que habían leído cómics antes, y decirles que en cómic también pueden leer otras historias que no son las que habitualmente ven, como manga y cosas así. Entonces han salido cosas muy interesantes, como ‘Persépolis’ y cosas más variadas. Y lo que ha pasado en España es que han salido pequeñas editoriales, algunas con mucho capital, otras con menos, pero que son independientes, como Astiberri o Sinsentido, que cuidan muy bien la edición y sacan gente nueva completamente”.

Miguel Galalrdo: ‘María y Yo’
De esta manera, Gallardo retomó el cómic en 2006, con el relato autobiográfico ‘Tres Viajes’, con un nuevo concepto, incorporando su experiencia como ilustrador. En 2007 publicó ‘María y Yo’, ganador del Premio Nacional de Cómic de Cataluña y en 2009 sacó junto con Paco Roca ‘Emotional World Tour’.

Aunque absorbido actualmente en todo lo que tiene que ver con ‘María y Yo’ y el documental que vino después, Gallardo acaricia la idea de meterse pronto en otro proyecto, también de carácter personal. El título provisional lo dice todo: ‘Mis Problemas con Dios’.

Autor: Carlos Ferrer
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