Más de 10 millones de aves de la naturaleza checa han desaparecido en los últimos 30 años

hrdlicka2.jpg

En los últimos 30 años han desaparecido del territorio checo más de diez millones de aves, cifra que equivale al número de habitantes de este país. Con mayor rapidez disminuyen las poblaciones de especies que habitan el paisaje agrícola y los aguazales, advierte el Informe sobre el estado de la avifauna en la República Checa, elaborado por la Sociedad Checa de Ornitología.

A finales de los años 40 la perdiz pardilla era una de las aves más abundantes de los campos checos. Hoy su nombre figura en la lista roja de las especies amenazadas. El motivo es la intensificación de la producción agrícola y la disminución de la superficie de la tierra labrada.

Un destino similar lo sufren la gaviota reidora y el zampullín cuellinegro. La gestión de los estanques, cuyo objetivo único es la producción máxima de peces, no ofrece las condiciones necesarias para la vida de las aves ligadas al agua. Un gran problema para las aves lo representan la urbanización del paisaje y las distintas barreras artificiales construidas por el hombre, según explica Jaroslav Cepák, de la Sociedad Checa de Ornitología.

Jaroslav Cepák
“Las aves chocan contra las barreras antirruido de vidrio, instaladas al lado de carreteras y autopistas. Las pérdidas son enormes especialmente en el período de la migración en primavera y en otoño y luego cuando los pájaros jóvenes abandonan los nidos. Muchas aves mueren debido a las centrales eólicas y los cristales con efecto de espejo en los edificios nuevos. Otra amenaza es la destrucción de los biotopos con la construcción de zonas de recreo y pistas de esquí en las montañas”.

En algunos casos, por ejemplo en el del zarcero icterino, la causa de la desaparición de la especie es un secreto para los ornitólogos. Se trata sobre todo de las aves migratorias que tienen que superar grandes distancias y en cuyos hábitats invernales se pueden producir cambios desconocidos.

Foto: Rocky,  Creative Commons 2.0
Según el Informe sobre el estado de la avifauna en la República Checa, el territorio nacional está habitado actualmente por 200 especies de aves. Otras decenas atraviesan el país durante la migración o pasan aquí el invierno.

Las aves están protegidas según la legislación europea vigente, pero la situación no es ideal. Por ejemplo, el águila imperial, una de las especies más raras de aves rapaces, no ha sido incluida en la lista de las especies amenazadas críticamente aún once años después de hacer por primera vez su nido en la República Checa.

Tampoco los programas de reintroducción de aves en la naturaleza tienen siempre un efecto positivo, señala el ornitólogo Jaroslav Cepák.

El gallo lira | Foto: David Palmer,  Flickr,  CC BY 2.0
“En la República Checa se refiere sobre todo a la reintroducción de tetraos. Por ejemplo, en la sierra de Šumava el número de tetraos crecía siempre después de grandes calamidades ocasionadas por el viento. Los bosques perdían su densidad, había suficientes arándanos para comer. Pero hoy la mayoría de los bosques montañosos checos no crean estas condiciones. Si reintroducimos al tetrao u otra especie en un ambiente que no le conviene, fracasamos”.

Un ejemplo de la reintroducción exitosa es la noticia de la última semana. Los ornitólogos en Moravia del Norte han registrado el intento de anidar de una pareja joven de águilas reales, especie desaparecida del territorio checo hace más de 100 años. El proyecto de vuelta de águilas reales a la sierra de Beskydy fue iniciado en 2006. Hasta el momento han sido soltadas a la naturaleza 13 crías de esta ave.

Photo: pau.artigas,  Creative Commons 2.0
La Sociedad Checa de Ornitología ha logrado imponer sus recomendaciones acerca de la reconstrucción y el aislamiento térmico de edificios para proteger los vencejos, que hacen sus nidos en las cavidades bajo el tejado. La administración y las empresas de construcción adoptaron su metodología referente tanto a las tecnologías utilizadas, como al calendario de los trabajos.