Más cerveza para fuera, menos para dentro

En la República Checa, baluarte de cerveza, baja el consumo de esta bebida nacional. Por otro lado, crece su exportación al exterior.

Los checos no beben tanta cerveza como en el pasado. Se desprende de las estadísticas del año 2005. El consumo per cápita alcanzó 156,5 litros por año, uno por ciento menos que el año anterior. A pesar de este ligero bajón, los checos siguen dominando a escala europea con una cómoda ventaja a irlandeses y alemanes.

Según opina Jan Veselý, presidente de la Unión checa de cervecerías y malterías, el motivo principal del decrecimiento del consumo es el cambio del estilo de vida de la población checa.

"Conducimos más el coche, el dinero que ganamos lo invertimos en otra parte y además, no podemos emborracharnos en la mayoría de los días laborales," comentó.

Otro motivo del declive del consumo de cerveza es el creciente interés por los vinos de calidad. Además, sube la cuota de cerveza que beben los turistas extranjeros.

Jan Veselý  (Foto: Zdenek Valis)
No obstante, despierta optimismo otra estadística, la de la exportación de cerveza. El año pasado la República Checa abasteció los mercados vecinos con tres millones de hectolitros de cerveza. El mayor comprador es Alemania.

Las marcas de cerveza checa más exitosas son Pilsner Urquell, Staropramen, de Praga, y Budvar, de Ceské Budejovice. Sin embargo, la exportación elevada también favorece a las pequeñas fábricas.

La fama de la cerveza checa creció notablemente tras la afiliación del país a la Unión Europea en 2004. Además, al cliente potencial se le ofrece una gran variedad de marcas y gustos. En toda la República Checa se han registrado 475 tipos de cerveza, ya que la gran competencia fuerza a las cervecerías nacionales a inventar nuevas recetas de fabricación. De tal modo, un checo puede beber cada día del año una cerveza distinta.

Autor: Jaroslav Smrz
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