María Teresa de Austria impulsó el desarrollo industrial en las Tierras Checas
La República Checa, así como otros estados europeos conmemora este 13 de mayo el 300 aniversario del nacimiento de María Teresa de Austria, una de las más importantes descendientes de la Casa de los Habsburgo en la historia europea y también en la de las Tierras Checas. Esta emperatriz, que gobernó cuarenta años, impulsó un sinnúmero de reformas, que fomentaron el desarrollo de los territorios bajo su dominio. Hace poco les hemos hablado de la reforma escolar, y esta vez nos ocuparemos en Radio Praga del desarrollo de las manufacturas y los cambios en el campo.
Las Tierras Checas formaban entonces parte del Imperio Austrohúngaro, y en 1743 María Teresa fue coronada también reina de Bohemia. Fue la única mujer en toda la historia en subir al trono en este país, y que dio impulso al posterior desarrollo del Reino de Bohemia, según el historiador Eduard Maur.
”María Teresa de Austria fue de los monarcas de mayor significado que gobernaron las Tierras Checas, porque con sus reformas aceleró el desarrollo del país. Lo importante de las reformas fue que marcaron la vida de todas las capas de la población. Aunque a veces eran aplicadas de manera muy lenta, y otras veces no iban hasta el fondo del problema, como por ejemplo en cuanto a la tolerancia religiosa. Pero en todo caso, empujaron el desarrollo de estos territorios y la creación de condiciones para su avance también en el futuro”.
En estos empeños ayudaron a María Teresa sus consejeros, que eran personas inteligentes y de grandes miras hacia el futuro, sobre todo el príncipe Wenzel Anton von Kaunitz-Rietberg, quien desde 1753 fue canciller de la casa imperial, y el conde Federico Guillermo de Haugwitz, quien ayudó con la reforma militar. Importante fue asimismo el que la emperatriz trató de no entrar en conflicto abierto en Bohemia con los estamentos checos, lo que aseguró una larga durabilidad a sus reformas.
Bohemia, centro manufacturero
Aunque fue coronada Reina de Bohemia, María Teresa visitó Praga en mínimas ocasiones y el imperio lo gobernaba desde Viena. A fin de enfrentar mejor las presiones de sus enemigos, fortaleció el centralismo en sus territorios, lo que se reflejó en primer lugar en la reforma de la administración, en su reorganización total. A esta reforma le siguieron otras, como la escolar, de la que ya hemos hablado en otra ocasión, la militar, financiera, la del código penal y de derecho civil, y otras. Estos y otros cambios perseguían en especial el que el Imperio Austrohúngaro incrementara sus ingresos, destacó el historiador Maur.
”Eran también reformas que debían ayudar al desarrollo de los oficios y de la producción industrial. Lo que quería María Teresa era ayudar al amplio desarrollo económico del imperio administrado por la Casa de Habsburgo. Naturalmente, ese desarrollo debía traer más dinero a la caja del Estado, que se encontraba en mal estado. Esto sobre todo en la primera mitad del gobierno de María Teresa, cuando después de las guerras la monarquía tenía enormes deudas. Fue ese el motivo que llevó a los consejeros de María Teresa a convencerla de la importancia de la modernización de la industria y la agricultura”.En lo que respecta al sector industrial, al desarrollo de las manufacturas, Viena subrayaba la importancia del comercio como fuente de ganancias, indicó en entrevista para Radio Praga Eduard Maur.
”Naturalmente, para impulsar el comercio, era necesario crear primero las condiciones necesarias. O sea, edificar nuevos centros industriales y a la vez ayudar a conseguir una mayor capacidad de compra de los habitantes. Porque, a diferencia de los comerciantes de Europa Occidental, que apostaban por el comercio exterior, la monarquía Austrohúngara tenía posibilidades limitadas, por lo que confiaba en el desarrollo del comercio interno”.
Justamente durante el gobierno de María Teresa surgió la idea de transformar el imperio en un gran centro de producción, con la especialización de los diversos territorios en un determinado sector de la economía, según lo permitieran las condiciones locales. Y luego se contaba con el intercambio intensivo de los productos fabricados en cada una de las partes del imperio, explicó Maur.
”A las Tierras Checas le fue dada la tarea de ser una base de la industria, sobretodo de la industria textil, de manufacturas de lencería y de paños. Se fue desarrollando aquí igualmente la industria cristalera, pero la textil era la más importante. Estas manufacturas más tarde sentaron las bases de la industria moderna en los territorios checos, a la que pronto se sumaron la de maquinaria y otras. A su vez, a Hungría le fue encargado ser la base agraria de la monarquía”.Para poder llevar a cabo estos cambios, fue necesario también construir nuevas carreteras, que en caso de necesidad podían ser aprovechadas para el traslado más fácil de tropas militares, recalcó el historiador Eduard Maur.
”Durante el gobierno de María Teresa los trabajos de construcción de nuevas carreteras avanzaron de forma significativa y su objetivo era comunicar las principales ciudades de los diferentes reinos que formaban parte del Imperio Austrohúngaro. En el caso del Reino de Bohemia, se quería comunicar a Praga y Brno con otras principales ciudades en la monarquía. Esas carreteras, si no contamos naturalmente las autopistas, forman parte hasta hoy de una amplia red de comunicación vial entre los antiguos territorios de la monarquía. El proyecto fue finalizado a comienzos del siglo XIX y luego le siguió la edificación de carreteras regionales, de significado más bien local”.
Reforma agraria contra el hambre
Al hablar de los cambios fomentados por María Teresa de Austria en el sector industrial, lo que dio impulso a un amplio desarrollo en los territorios checos, cabe mencionar igualmente las reformas en el campo. También éstas se hicieron necesarias por motivos financieros, así como por el creciente número de habitantes en los territorios del imperio, según Maur.
”Las Tierras Checas registraban un marcado aumento de la población desde finales de la Guerra de los 30 Años, que se detenía únicamente en caso de una epidemia, por ejemplo de peste. A raíz del mayor número de habitantes se registró carencia de alimentos, que se manifestó en especial entre 1771 y 1772. Entonces hubo una muy mala cosecha a consecuencia de lo que hubo una gran hambruna, que se cobró unas 250.000 vidas humanas en Bohemia, una décima parte de todos los habitantes de las Tierras Checas en ese entonces”.Junto con el crecimiento de la población, se incrementaba el número de personas que vivían en la pobreza, sobre todo en las zonas montañosas. Además, la mayor parte de la gente no disponía de ningún terreno para poder cultivar algo y autoabastecerse, lo que agudizó más todavía la situación.
Quedó evidente que el sistema agrario existente, de grandes terrenos administrados por la aristocracia o los terratenientes, y donde la producción agraria era acompañada por una reducida fabricación de cerveza u otros productos, no respondía a las necesidades de la época y no cumplía sus tareas. Esto frenaba su ulterior desarrollo, indicó el historiador Maur.
”María Teresa trató de ayudar de varias formas al desarrollo de la agricultura. Impulsó el cultivo de nuevas plantas agrícolas y la modernización del campo en general. Pero para lograr su objetivo, se requería un nuevo tipo de campesino que fuera más culto, que no tuviera ningún compromiso con la aristocracia, y estuviera interesado en los resultados de su trabajo. Por este motivo, los cambios en la agricultura vinieron acompañados por reformas en el tema del trabajo de los vasallos, y que mejoraban su situación social”.Se procedió así a la reforma del catastro, que introdujo una mejor evidencia de los terrenos, incluidos los que le fueron confiscados a la gente del campo por los aristócratas. Se impuso también el pago de impuestos por tierras a los propietarios de los terrenos, pago que no había existido hasta entonces. Igual así, la aristocracia pagaba impuestos menores que los que tenían que pagar los vasallos que disponían de algunos terrenos propios.
Los impuestos aplicados por el Estado no obstante eran cada vez más elevados, lo que posteriormente llevó al descontento y, en 1775 a una gran sublevación campesina en Bohemia, hasta entonces la mayor de su género que se había efectuado en las Tierras Checas. Pero María Teresa no estaba dispuesta a cambiar el sistema como tal, y lo único a lo que se dispuso fue aliviarles un poco la vida a los vasallos, dividiéndolos en 11 grupos de trabajo y, por ende, en 11 tarifas de pago de impuestos.
Esto ayudó sin embargo sólo a los vasallos más pobres o los de más recursos, sin cambio alguno en la obligación de trabajar para la aristocracia. Sin embargo, se sentaron las bases para nuevos y mayores cambios, que más tarde serían aplicados por el hijo de María Teresa, José II. Pero ese ya es otro tema, que no abarca el período de gobierno de la emperatriz María Teresa de Habsburgo, cuyo 300 aniversario de nacimiento conmemoramos este 13 de mayo.