Marek Berger, el artista pop de los mitos checos
Realizador de la serie de antiguas leyendas checas, disponible en Netflix, el joven Marek Berger acumula una notable experiencia entre películas, cómics y animación consolidando una obra que combina las grandes tradiciones de su país con el pop estadounidense. En esta entrevista, el también director del cortometraje Pérák nos revela algunos secretos de su carrera.
La del joven realizador y dibujante Marek Berger es una de esas obras que parecen condensar lo mejor de las grandes tradiciones artísticas checas con los nuevos aires que trajo la Revolución de Terciopelo. En efecto, Berger nació en la localidad de Vysoké Mýto en 1987, apenas dos años antes de aquel hecho emblemático para la sociedad checa. Y ya desde la época en que estudiaba el colegio secundario en una escuela gráfica de Brno, comenzó a explorar un universo del que jamás se alejó.
De Brno fui a Zlín, que tiene una escuela de cine y también unos talleres que fueron muy importantes en varias décadas del siglo XX, ahí trabajó el famoso director y animador Karel Zeman. En la escuela de cine hay mucho material sobre sus películas y realizamos nuestros ejercicios en los mismos talleres donde Zeman filmó Viaje al principio de los tiempos y Una invención diabólica, basada en un clásico de Julio Verne. Cuando empecé a estudiar animación la primera etapa estuvo completamente inspirada por ese genius loci y para mí fue muy emocionante estar en ese lugar”.
Luego de graduarse se mudó a Praga para seguir sus estudios en FAMU, una de las escuelas de cine más famosas de todo el mundo. Sin embargo, Marek Berger confiesa el gran motivo por el que, quizás, no llegó a aprender todo lo que cualquiera podría suponer.
“Es un poco complicado porque, por ese entonces, cuando terminaba mis estudios en Zlín era un poco arrogante así que, durante mi primer año en FAMU, creía que ya conocía todo y me da un poco de vergüenza porque podría haber aprendido más, pero era joven y como Praga es maravillosa y era mi primera vez en la ciudad me la pasaba tomando y disfrutando de los mejores momentos de mi vida”.
Berger agrega que, al principio, era un estudiante muy malo, pero reconoce que FAMU es una excelente institución llena de profesores con mucha experiencia. Además, durante el primer año de la carrera, hubo solo cinco estudiantes de animación, con los que se fue enriqueciendo a tal punto que hoy le quedan grandes amigos de esa época. Y a pesar de su arrogancia inicial, Berger logró graduarse con Pérák, un atractivo cortometraje en el que conviven varias leyendas urbanas y elementos emblemáticos de la cultura checa como el erizo en la jaula, un juguete que se volvió muy popular por los libros de Jaroslav Foglar, y el Golem.
“Cuando estaba en la escuela secundaria de Brno encontré en la biblioteca del colegio un ejemplar de la revista de comics Ark con geniales ilustraciones de Pérák como superhéroe musculoso, una especie de Superman oscuro con zapatos con resortes y enseguida pensé que era maravilloso. Varios años después me acordé de ese momento y se me ocurrió hacer una adaptación muy distinta de Pérák más al estilo Marvel, pero creo que la principal inspiración fue el arte de Mike Mignola, el creador de Hellboy”.
Pérák proviene, de hecho, de una leyenda urbana de los tiempos de la ocupación nazi en Checoslovaquia. En 1946, el famoso animador checo Jiří Trnka realizó el film Pérák y las SS, una parodia de las películas animadas de Estados Unidos que tiene como protagonista a este superhéroe que logra saltar hasta el cielo gracias a sus resortes. Lo cierto es que, desde entonces, aquella leyenda urbana se convirtió en un fenómeno de la cultura popular checa. Berger recuerda su enorme emoción al enterarse de la existencia de un episodio de Hellboy que transcurre en la capital checa: El vampiro de Praga. Pero el entusiasmo no duró mucho: en primer lugar, porque pronto descubrió que el ilustrador no era Mike Mignola y, por otro lado, tampoco lo convencía la idea de un vampiro en Praga. Sin embargo, esa pequeña desilusión inspiró la idea de su corto.
Pero luego recordé: tenemos algo realmente grandioso que es Pérák, uno de los pocos superhéroes de Chequia y está el hecho de que tanto Pérák como Golem provienen de leyendas urbanas, es decir, no son producto de la imaginación de un único autor sino resultado de la cultura popular y es algo muy específico que tal vez no sucede en Estados Unidos o Gran Bretaña”.
Así como en Hellboy está el antagonismo de los nazis, a Berger se le ocurrió la idea de abordar un cruce entre Pérák y el mítico Golem de Praga, a quien los nazis vienen de revivir en el Viejo Cementerio Judío. Pero además de generar ese encuentro de dos personajes emblemáticos, en el corto de graduación de Berger dialogan, en efecto, dos culturas muy distintas: el estilo inconfundible del pop estadounidense con el entorno mágico de la capital checa. Algo que se terminaría convirtiendo en el gran tema de su obra.
“Mi papá era músico y en su banda de rock había un joven baterista que también había estudiado la escuela de cine de Zlín, pero diez años antes que yo. Él se enteró de que yo hacía animación y un día me llamó y me contó que estaba planeando una serie de animación y luego de ver un poco el material que había hecho en Zlín me ofreció participar, su nombre es Ondřej Žatečka”.
Ese trabajo al que le debe su primera gran oferta laboral incluyó otro corto de animación con el que se había graduado de la escuela de cine de Zlín: Nokturno, una historia inspirada en el comic Watchmen sobre un artista callejero que desafía la ley hasta las últimas consecuencias. Respecto a la serie de antiguas leyendas de Praga, Berger aclara que, al principio, se trataba en realidad de un proyecto independiente, a tal punto que el productor era también camarógrafo y el propio Berger se ocupaba de la posproducción. Además de ser pocas personas, no contaban con un gran presupuesto. Sin embargo, lograron hacer un piloto de tres minutos de duración sobre el Puente de Carlos sin sospechar que ese proyecto derivaría en una serie y mucho menos que, algún día, llegaría nada menos que a Netflix, una de las plataformas más famosas de la actualidad.
“Quizás si hubiéramos sabido cuánto esfuerzo íbamos a hacer y durante cuánto tiempo nos habríamos asustado tanto que quizás no podíamos seguir. Luego del piloto hicimos el segundo episodio con un presupuesto un poquito más grande y para mí, que era un principiante, me bastó para decir vamos a mostrar lo que podemos hacer y, de hecho, ese episodio que fue sobre el reloj astronómico de Praga tiene casi el doble de duración que el primero y mucha más épica, y algunas de las escenas realmente me gustan”.
En ese episodio, que se filmó en 2012 y es, en su opinión, el más personal, pueden verse extensas tomas de la vieja ciudad de Praga y su monumental arquitectura. Berger trabajó en este proyecto como ilustrador del storyboard y supervisor de animación. Su principal tarea era traducir un guion adaptado de un libro de leyendas de Praga al lenguaje visual sin que se convirtiera en una especie de audio libro. La primera temporada de la serie constó de doce episodios que fueron estrenados en el cine Aero de Žižkov en 2013, y antes de llegar a Netflix estuvo disponible algunos años en una plataforma de streaming checa. Luego hubo una especie de continuación en 2015 para la exhibición internacional Expo Milano.
“Hay un episodio sobre Brno, otro sobre Olomouc, algunas leyendas de montañas, sobre castillos, y cada distrito de Chequia aparece y de hecho son dieciocho episodios”.
La diferencia es que, además de contar leyendas, en esa segunda temporada explican nombres de ciudades y recomiendan algunos lugares imperdibles para visitar. Es decir que, además de la parte de ficción, tiene también un costado documental y aunque no está disponible en Netflix puede verse de manera gratuita en Youtube. En esta segunda temporada, Berger se desempeñó también como director visual. Es decir que, a lo largo de su obra, fue explorando distintas áreas dentro de un mismo campo. De hecho, actualmente está trabajando en una novela gráfica sobre Octobriana, otro emblema de la cultura popular, una especie de mujer maravilla eslava que se volvió un personaje de culto gracias a la difusión que le dieron, entre otros, David Bowie y Billy Idol quien, de hecho, la tiene tatuada en su brazo.
Recientemente, Berger pudo cerrar un círculo al publicar un anticipo de esa obra en la misma revista Ark donde, durante la escuela secundaria, había visto por primera vez al superhéroe Pérák, una de las grandes fuentes de inspiración de su carrera.
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