Manifestantes exigen la dimisión de Andrej Babiš

Foto: Martina Schneibergová

En la Plaza de Venceslao tuvo lugar una manifestación contra el primer ministro checo, Andrej Babiš. El Senado recomienda su renuncia hasta que se solucione el caso de la granja Nido de la Cigüeña.

Foto: Martina Schneibergová

Miles de ciudadanos se reunieron en la Plaza de Venceslao el jueves 15 de noviembre para expresar su desaprobación al primer ministro, Andrej Babiš. Según los organizadores del grupo activista AUVA, la dimisión del primer ministro es la única solución a la actual situación política en la República Checa. La agencia de noticias ČTK estima que más de 5000 personas tomaron parte en la manifestación.

La gente llenó la parte superior de la plaza Venceslao. Llevaban banderas checas y pancartas pidiendo al primer ministro que renuncie. Desde el escenario hablaron varios diputados de la oposición, por ejemplo Marian Jurečka del Partido Democristiano o Miroslava Němcová del Partido Cívico Democrático.

Andrej Babiš,  foto: Michal Krumphanzl/ČTK
La manifestación fue desencadenada por la información publicada por los reporteros del servidor Seznam sobre el supuesto secuestro del hijo del primer ministro a Crimea. Los comentarios de Andrej Babiš Jr. sobre su residencia involuntaria en Crimea han agitado la escena política.

El primer ministro ha negado todas las acusaciones. Sostiene que todo es parte de una campaña y atribuye las palabras de su hijo a una enfermedad mental. Ha argumentado también que su hijo nunca tuvo ciudadanía checa.

“Mi hijo estudió en Suiza. Su madre ha vivido allí durante mucho tiempo. Nunca fue ciudadano de la República Checa”.

Según el fiscal superior Pavel Zeman, sin embargo, este hecho no impide que Babiš Jr. testifique en el asunto.

“El caso empezó en la República Checa, por lo que es posible, desde este punto de vista, que la Policía dirija el proceso penal”.

Andrej Babiš Jr.,  foto: Seznam.cz,  Vít Klusák,  Filip Remunda
El supuesto secuestro de Andrej Babiš Jr. y el caso de la granja Nido de la Cigüeña, en la que existen cargos por fraude relacionados con la dotación de dos millones de euros de los fondos europeos, están siendo investigados por la Policía. El primer ministro y su hijo se enfrentan a acusaciones.

El Senado insiste en que el primer ministro debería dimitir. Debido a nuevas informaciones en el caso del Nido de la Cigüeña, el Senado sostiene que no es posible que Babiš permanezca en el gobierno.

Los senadores han señalado que el primer ministro, como presidente del Consejo de Seguridad, tiene una influencia directa en la Inspección General de los Cuerpos de Seguridad, y que podría influir en los procesos de investigación. El vicepresidente de la gubernamental Socialdemocracia, Martin Netolický, está de acuerdo con la solicitud de renuncia.

Martin Netolický,  foto: Jan Ptáček,  ČRo
“Creo que en este punto la presión por parte de los miembros del Parlamento está creciendo. No es posible que a causa del primer ministro y sus asuntos personales se descomponga la democracia por completo, por ejemplo que los miembros empiecen a retirarse”.

Para el próximo viernes se planifica una reunión extraordinaria de la Cámara de diputados. La oposición impone una moción de censura al gobierno, debido a las nuevas alegaciones. El presidente checo, Miloš Zeman, ha puesto en duda el caso del supuesto secuestro.

Según el mandatario, de las noticias del servidor Seznam se desprende claramente que Babiš Jr. padece una enfermedad mental. El presidente Zeman adelantó que si los parlamentarios expresaran su desconfianza al Gobierno, él encargaría de nuevo a Andrej Babiš formar un nuevo gobierno.

“Si, a pesar de mi expectativa, los diputados le dieran la moción de censura al Gobierno, después de que Andrej Babiš se retirara de su puesto le encargaría de nuevo la formación del Gobierno. Tengo dos intentos por delante todavía. Además, la Constitución le permite al Gabinete gobernar en dimisión durante varios meses. Mientras tanto la situación y la gente se calmarán”.

Este viernes, antes de partir a Bruselas, Andrej Babiš admitió que podría ser destituido de su cargo como jefe de Gobierno, pero sostuvo que nunca iba a renunciar. Calificó la situación actual como un golpe de estado.