Malešice, un barrio heterogéneo de gran potencial

Los edificios del Palacio de Malešice, foto: Dominika Bernáthová

Una sinergia de arquitecturas de diversas épocas históricas es la marca distintiva del barrio capitalino de Malešice, que actualmente atraviesa una transformación dinámica.

Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

Rodeada de campos, prados y viñas, la aldea de Malešice empezó a cambiar su cara a partir del año 1922, cuando fue anexada a la ciudad de Praga. Su arquitectura puramente campesina se enriqueció con elementos que reflejan toda la historia del siglo XX, apunta para Radio Praga el arquitecto David Mateásko, miembro fundador de la iniciativa cívica Naše Malešice (Nuestro Malešice).

“Al lado de la plaza central con la capilla de San Venceslao se encuentra una granja con un edificio conocido como el Palacio de Malešice, que era la residencia del entonces propietario de la aldea. Otra parte del barrio data del período de entreguerras y está conformada por casas familiares que fueron construidas en el espacio situado entre la aldea vieja y la ciudad de Praga, terminando casi hasta en la localidad de Flora. En los años sesenta y setenta se construyó un barrio de bloques de pisos de hormigón y el parque de Malešice. Por último, el barrio cuenta con una urbanización de edificios construidos hace pocos

Capilla de San Venceslao en la Plaza de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

años”.

Un jardín botánico en el Valle de las Cabezas Huecas

Mansión de Jirásek con el jardín botánico,  foto: Dominika Bernáthová

Una de las joyas más brillantes de Malešice es la Mansión de Jirásek (Jiráskova vila), un palacete de estilo pseudorrenacentista construido en 1889. Durante la Segunda Guerra Mundial, la residencia sirvió como dirección de la Gestapo, la policía secreta oficial de la Alemania nazi, y como hospital militar alemán. No todos los praguenses saben que alrededor de esta joya arquitectónica, situada al pie de la colina Tábor, se extiende un jardín botánico. El área con diversas especies vegetales, un arboreto y colecciones de orquídeas y bromelias está ubicado en el lugar conocido como Valle de las Cabezas Huecas (Údolí dutých hlav). Su nombre peyorativo se debe a la cercanía de un antiguo cuartel de la Policía comunista.

Oratorio de Milíč en la cima de Tábor,  foto: Dominika Bernáthová

La cima de Tábor guarda más tesoros históricos. La Capilla de Nicho (Výklenková kaple) de estilo barroco fue construida en 1757 para conmemorar la Batalla de Štěrboholy que se desencadenó en ese lugar el 6 de mayo del mismo año. En la cruel lucha se enfrentaron 64 000 soldados prusianos a 61 000 militares del Imperio Austriaco en el marco de la Guerra de los Siete Años. Enfrente de la capilla se encuentra el Oratorio de Milíč, construido en 1950 y recientemente remodelado, que, además de misas, alberga eventos culturales.

Un barrio admirado por el líder de la Unión Soviética

Bloques de pisos de hormigón,  foto: Dominika Bernáthová

El mosaico arquitectónico de Malešice se enriqueció en los años sesenta con otro elemento: una urbanización de bloques de pisos de hormigón, conocidos en checo como paneláky. Su construcción se debió a la creciente demanda de viviendas después de la Segunda Guerra Mundial. Malešice representa una de las primeras urbanizaciones de su género construida en Praga, además de ser la más extensa de su época. Su fama llegó hasta al dirigente de la Unión Soviética Nikita Jruschov, quien la admiró en 1964 durante su última visita a la capital checa antes de ser destituido de su cargo. El proyecto de urbanización original contó con viviendas y con una infraestructura de calidad, pero la construcción de un polígono industrial alrededor de Malešice impidió los planes, explica David Mateásko.

Bloques de pisos de hormigón,  foto: Dominika Bernáthová

“Se incrementó el número de trabajadores que necesitaban alojamiento, así que se decidió aumentar la capacidad del barrio nuevo. Algunos edificios, que originalmente contaban con cinco plantas, acabaron teniendo siete. Por este motivo, los elevadores de los edificios en la calle Počernická están instalados en las fachadas de los edificios, parecen unas torres pequeñas con ventanillas redondas. Originalmente no se planeó su instalación, así que dentro de los edificios no había espacio, pero cuando se decidió construir dos pisos más, hubo que instalarlos. Es algo que se reflejó en la cara arquitectónica de la urbanización”.

Malešice necesita centros culturales

La arquitectura de hormigón típica de la época comunista no despierta demasiadas emociones estéticas, pero desde el punto de vista histórico representa un conjunto valioso con un toque artístico, explica Mateásko.

Los contrastes de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

“Se pueden encontrar expresiones artísticas de la época, ya que una parte de las inversiones para la construcción estuvo destinada al arte. A la vuelta de los años setenta y ochenta, se construyó en Malešice una residencia de ancianos bajo la batuta de los famosos arquitectos Jan Línek y Vlado Milunič con estatuas y una glorieta”.

Muchos praguenses asocian el barrio de Malešice con un quemadero de residuos cuya chimenea de 177 metros es la más alta de Praga y representa una parte dominante e imperdible de la zona.

,  foto: Dominika Bernáthová

La necesidad de más departamentos estancó la construcción de infraestructura social, incluido un centro cultural que nunca se ha logrado construir, comenta el arquitecto.

“En los archivos encontramos diseños y propuestas, pero no se ha realizado nada. El lugar donde se planificó la construcción del centro cultural era hasta hace poco un prado verde. En Malešice hacen falta centros culturales. Aparte de escuelas con gimnasios no hay ningún trasfondo para realizar eventos con mayor aforo donde se pueda instalar un escenario y realizar proyecciones”.

Sendero didáctito de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

No obstante, la agenda cultural del barrio no está vacía. La iniciativa Naše Malešice en conjunto con otras asociaciones cívicas locales aprovechan todos los lugares disponibles para animar la vida cultural de la zona. Uno de sus recientes esfuerzos consiste en lograr que el Palacio de Malešice, cuya remodelación ha sido aprobada, se convierta en un centro cultural. De momento, algunos edificios del recinto sirven como sede de empresas privadas y como albergue para personas indigentes.

El moderno parque de Malešice invita a todas las generaciones

Jardín Botánico de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

Uno de los lugares estelares del barrio es el parque de Malešice que pasó entre 2011 y 2013 por una remodelación completa. Su arquitectura moderna está destinada a todas las generaciones y adaptada para las personas en sillas de ruedas. El lugar ofrece dos carriles para ciclistas y patinadores, un gimnasio exterior, parques infantiles y diversos elementos acuáticos.

Naše Malešice, por una vida más agradable en el barrio

El quemadero de residuos de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

La misión de la iniciativa Naše Malešice no solamente pretende animar la vida en el barrio, sino también dar a conocer lugares interesantes y apercibir sobre los que merecen la pena cuidar o remodelar. La primera actividad exitosa fue la realización de un sendero didáctico que atraviesa el barrio y muestra lugares de interés de la zona, explica David Mateásko.

“Esta actividad surgió por necesidad. Yo me mudé a Malešice en 2007 y quise conocer el lugar. Con otras personas creamos la iniciativa Naše Malešice y empezamos reunir y clasificar documentos como fotografías, planos, mapas, postales y recuerdos de los oriundos del lugar. Siguieron otras actividades, como conferencias y eventos en el marco de la comunidad. Nacieron otras asociaciones que funcionan en una sinergia, así que hay más eventos como una limpieza común del barrio, actividades relacionadas con el medioambiente y la historia o paseos guiados. Gracias al apoyo mutuo entre las asociaciones se logró reparar el Oratorio de Milíč, una de las asociaciones rentó un espacio en la plaza donde se organizan exhibiciones, etcétera”.

Residencia de ancianos de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

Malešice no tiene ni río ni lago ni arroyo. No obstante, esto no impide que la reciente actividad de la iniciativa Naše Malešice sea la fundación de un club de yates, explica el arquitecto.

“Somos el club de yates más pequeño y más joven del país, que no tiene ni río ni arroyo ni mar, pero lo hacemos en serio y organizamos navegaciones”.

David Mateásko sostiene que Malešice es un buen lugar para vivir. Los cambios de los últimos años han completado la infraestructura ausente. El barrio tiene incluso una minicervecería y otras tabernas y restaurantes que apoyan la vida cultural en el lugar.

Minicervecera de Malešice,  foto: Dominika Bernáthová

“Creo que es una localidad buena para los que busquen un lugar en la ciudad con espacios verdes situada a dos paradas de una estación de metro. Vamos a ver si la construcción de nuevos edificios se prolonga hasta la estación de trenes de carga de Žižkov y se prolongan las líneas de tranvía planeadas. Son planes para las próximas décadas, pero se ve que esta parte de la ciudad tiene un potencial más grande del que vemos hoy”.

Para conocer a sus vecinos, los habitantes de Malešice pueden reunirse en el lugar conocido como Pikniště con una hoguera fundada por la iniciativa Naše Malešice con el fin de acercar a la comunidad.

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