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5) La Casa de Fausto: alquimia y personajes enigmáticos

La Casa de Fausto, foto: Michaela Danelová, ČRo

Junto a la emblemática Plaza de Carlos de la capital checa nos encontramos con un edificio barroco cuya historia está rodeada de leyendas. En este episodio de la serie “Lugares de Praga con historia” les presentamos la Casa de Fausto.

La Casa de Fausto,  foto: Till Janzer

En la parte sur de la Plaza de Carlos de Praga se alza un imponente edificio barroco con una fachada gris y rosada algo descolorida por el paso del tiempo. Se trata de la Casa de Fausto, un bello palacio que el escritor checo Alois Jirásek conectó en sus leyendas con la historia del doctor Fausto, que vendió su alma a un diablo.

Según Jirásek, un día este diablo apareció en el palacio para llevarse definitivamente a Fausto, al que atrapó con sus garras. Pero no salieron por la puerta, sino volando a través del techo, donde quedó un terrible agujero. Se dice que lo intentaron reparar en varias ocasiones, pero que a la mañana siguiente siempre aparecía de nuevo.

Pintura de Anton Kaulbach,  'Fausto y Mefisto',  fuente:  Hampel Auctions,  Wikimedia Commons,  CC0

Sin embargo, la historia narrada por el conocido escritor en sus Antiguas Leyendas Checas no tiene nada que ver con la realidad, como explicó a Radio Praga Internacional la historiadora Jaroslava Nováková, antigua trabajadora del Servicio de Información de Praga.

“El nombre de esta casa no procede de que realmente alguien llamado Fausto haya vivido aquí. Su nombre viene del siglo XIX, de las leyendas que se contaban durante el periodo del romanticismo. Aunque no es casualidad, esta casa estuvo conectada con algunas personas que eran conocidas por su interés por la alquimia. Desde el duque Venceslao II de Opava en la primera mitad del siglo XV hasta posteriores dueños. La casa se vendió a diferentes personas y se reconstruyó en estilos arquitectónicos variados, pero siempre vivió aquí alguien interesante”.

Jaroslava Nováková,  foto: Till Janzer

Pero el lugar donde se encuentra este palacio ya se relacionó con actividades mágicas mucho antes de la llegada del cristianismo. La historiadora Jaroslava Nováková indica que es posible remontarnos hasta los tiempos de los primeros eslavos.

“Sabemos que en el lugar que ahora se halla la Casa de Fausto y en sus alrededores hubo una necrópolis pagana y un lugar de sacrificio. Y estamos junto a una calle que se llama ‘Na Moráni’, cuyo nombre puede venir de la diosa eslava Morana”.

La Casa de Fausto,  foto: archivo ČRo

En la Edad Media, junto a la Casa de Fausto pasaba el camino real. Una ruta con la que el rey y sus sirvientes viajaban desde el Castillo de Praga hasta la colina de Vyšehrad, en la otra orilla del Moldava.


Construir una casa en un lugar tan significativo solo podría permitírselo alguien de una posición social elevada, añade Nováková.

Johann Kopp von Raumenthal

“Los condes de Opava fundaron aquí su mansión familiar. Esta familia era muy reconocida porque se considera que el fundador de su linaje fue el rey Otakar II de Bohemia”.

Parece probable que la construcción del palacio en su primera forma fuese ordenada por uno de los hijos bastardos de Otakar II, Mikuláš I de Opava. Y a esta familia perteneció durante mucho tiempo. De acuerdo con Nováková, uno de los miembros de este linaje destaca en la historia de la Casa de Fausto.

Pintura de David Teniers jr.,  'Alquimista Viejo en su taller',  Wikimedia Commons,  CC0

“Venceslao II de Opava estaba relacionado con actividades que son de nuestro interés. Se trataba de experimentos alquímicos. A él le interesaban algunas sustancias químicas que almacenaba y utilizaba”.

Edward Kelly,  foto: R. Cooper/Wellcome Collection gallery,  CC BY 4.0

Entre los oscuros personajes relacionados con este lugar también tenemos a Johannes Copp von Raumenthal, desde 1528 médico de la corte de Fernando I de Habsburgo. Este doctor también tiene fama de haber hecho experimentos químicos.

En aquel entonces, cerca del palacio había un mercado de ganado, a donde iba frecuentemente el pueblo llano. Estas personas, relacionaban el edificio con historias de terror.

Un importante representante del ocultismo y la alquimia en el siglo XVI fue el inglés Edward Kelly, quien llegó a Bohemia a finales de dicho siglo.

“Kelly tenía un aspecto muy particular. Era bastante alto y delgado, con el pelo largo y oscuro, así que tenía pinta de hechicero. Él llevaba el pelo así para ocultar que le habían cortado las orejas por cometer un delito de fraude”.

John Dee,  fuente: Ashmolean Museum,  Wikimedia Commons,  CC0

Edward Kelly llegó a Praga en el año 1584 como aprendiz del renombrado alquimista John Dee. Pero en un principio, el rey Rodolfo II de Habsburgo no tuvo muy buena impresión de estos dos ingleses, apunta Nováková.

“Probablemente el emperador Rodolfo II había sido advertido al respecto de estos ingleses, que eran señalados públicamente como agentes de la reina Isabel I”.

Más tarde, Kelly fue un tiempo al sur de Bohemia, donde vivió en la residencia de la familia Rosenberg, una familia muy influyente en la época. Al parecer, el ocultista inglés fue ganando fama en la corte de Rodolfo II.

Taller alquímico,  foto: archivo del Museo alquímico de Praga

“En la corte de Rodolfo II tuvo mucho éxito, y se dice que acabó comprando la Casa de Fausto. Aunque no es exactamente así, seguramente la compraría su esposa tras vender unos inmuebles que tenía en Most, en el norte de Bohemia. Sabemos que durante un tiempo, Edward Kelly hizo experimentos en esta casa y sorprendió a los vecinos con su aspecto y sus actividades”.

Foto: página web del Museo de Alquimistas y Magos de la Praga Vieja

Pero la lista de extraños propietarios de esta casa continuó durante el siglo XVIII. El palacio lo compró Ferdinand Antonín Mladota de Solopisk, un conde del que podríamos decir que era un inventor. Se interesó especialmente por la óptica, las corrientes eléctricas y el magnestismo. Además, sus hijos siguieron sus huellas, dice la historiadora Jaroslava Nováková.

“Uno de ellos coleccionaba juguetes mecánicos, algunos de ellos incluso los modificaba y les daba una forma peculiar. Entonces, por la casa y en los alrededores había esqueletos que se movían y cosas de ese tipo”.

La iglesia de san Juan Nepomuceno,  foto:  VitVit,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 4.0

Después, la Iglesia católica adquirió una parte de la Casa de Fausto. Allí se mudó el cura Karel Jaenig, quien dirigía la cercana parroquia de san Juan Nepomuceno. Este hombre tenía una afición poco común: coleccionaba objetos fúnebres, lo que ayudó a fomentar la fama oscura del lugar.

“El siglo XIX es la época del romanticismo, las leyendas y los mitos estaban muy vivos. Todos estos datos se fueron juntando y crearon una impresión en la mente de las personas. En este contexto surgió el nombre Casa de Fausto”.

La Casa de Fausto,  foto: Till Janzer

Hoy en día, el edificio pertenece a la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina. Ya no hay experimentos alquímicos, pero se puede decir que ese espíritu se mantiene de algún modo.

Por dentro y por fuera, el edificio está caracterizado por una mezcla de estilos. Desde las partes que provienen de las primeras reconstrucciones, hasta las que fueron reparadas tras un bombardeo de 1945.

La Casa de Fausto,  foto: Till Janzer

En uno de los espacios interiores está la cafetería del Club de Médicos. Allí nos encontramos con una antigua ventana mirador. Pero la historiadora Jaroslava Nováková llama la atención sobre otros detalles.

“Sobre nosotros tenemos ahora mismo una bóveda del Renacimiento y otros elementos decorativos de la misma época. Por suerte, esta parte no fue dañada”.

La Casa de Fausto,  foto: PatrikPaprika,  CC BY-SA 3.0
La Casa de Fausto,  foto: Till Janzer

Nováková dice que estos elementos del Renacimiento son los más antiguos conservados, pero que la construcción original se remonta más atrás en el tiempo. Según cuenta, los primeros registros escritos sobre el edificio proceden de la segunda mitad del siglo XIV.
Por ello no es de extrañar que parte del macizo de la casa sea de estilo gótico. Sin embargo, la Casa de Fausto ha pasado por numerosas reconstrucciones a lo largo de los siglos.

Para los interesados en las historias de alquimistas y otras leyendas similares, pasear por los alrededores de la Casa de Fausto puede ser un gran plan para conocer más de cerca el lado mágico de la capital checa.

Desde Radio Praga Internacional nos gustaría dar las gracias al Hospital General Universitario de Praga y a la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina por permitirnos el acceso a sus instalaciones.

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