Los tratamientos de fertilidad están al alcance de todos en Chequia
La infertilidad es un problema que afecta cada vez más parejas por todo el planeta debido a la postergación del embarazo. En Chequia, el sistema médico es de mucha ayuda en cuanto la reproducción asistida y brinda apoyo a todas las mujeres menores de 40 años.
Uno de los pioneros de la reproducción asistida, Ladislav Pilka, cumpliría su 90 aniversario este año. Gracias a la labor del llamado “padre de los bebés probeta”, en 1982 nació en Checoslovaquia el primer bebé surgido de una fecundación in vitro y no fue solo el primero de Checoslovaquia sino de todo el antiguo bloque soviético. Unos 16 años más tarde, Pilka fue reconocido en San Francisco como una de las 12 personas más importantes de esta disciplina a nivel mundial.
Aparentemente, en Chequia se sigue el camino emprendido por Pilka. En 2022 fueron registradas en el país unas 50 clínicas de reproducción asistida y se calcula que cada año nacen gracias a ellas unos 5000 bebés. No obstante, los números van subiendo. De acuerdo con las estimaciones, una de cada cinco, o incluso una de cada cuatro parejas checas, tiene problemas con el embarazo y ese fue también el caso de una pareja checo-colombiana, Cristina y Jiří, quienes compartieron con Radio Praga Internacional su experiencia.
“Acá en República Checa, el acceso a todos estos temas de los tratamientos de infertilidad están al alcance de todos. Eso es una ventaja muy grande. Yo me siento personalmente muy afortunada de vivir en un país como este y haber tenido la oportunidad de acceder a estos tratamiento de manera prácticamente gratuita. En Latinoamérica también tenemos esta tecnología y estos apoyos pero son muy costosos, hay que pagar y muchas personas no podemos acceder a estos tratamientos”.
Hasta los 40 gratis
Según la enmienda que entró en vigor en 2022, las aseguradoras en Chequia pagan la fecundación in vitro a las mujeres menores de 40 años. Antes, el límite de la edad estaba en los 39.
Confirma Cristina que el tiempo podía haber sido para ella un problema ya que se dio cuenta bastante tarde de las dificultades que presentaba para ella el embarazo, pero destaca que en Chequia desde el principio tuvo la sensación de que el sistema se preocupaba mucho por las que querían ser madres y las apoyaba. Lo más importante, no obstante, por supuesto, es el apoyo de la pareja y destaca Cristina que el embarazo no es cuestión solo de la mujer.
“Los tratamientos de fertilidad son un tema que se debe abordar como pareja, no es un tema que le corresponda únicamente a la mujer. Embarazarse es una decisión de pareja, de los dos, entonces, tanto el hombre como la mujer deben estar involucrados en todo este proceso. Hay muchos altibajos en todo el proceso. Habrá momentos de felicidad, de ilusión, de alegría, pero también otros de desilusión, de cansancio, de agotamiento. Entonces, el apoyo emocional de la pareja es muy importante. Creo que eso le aporta al éxito, la medida en que los dos se sientan. Están haciendo ese trabajo en equipo”.
“Me siento personalmente muy afortunada de vivir en un país como este y haber tenido la oportunidad de acceder a estos tratamiento de manera prácticamente gratuita”.
Cristina
La pareja buscó ayuda en el hospital de maternidad de Podolí de Praga, donde les recomendaron empezar con el tratamiento menos invasivo, que es la inseminación artificial. Tres ciclos de la misma, sin embargo, no funcionaron y había que recurrir a la fertilización in vitro. El primer intento fracasó también y cuando Cristina se estaba preparando para el segundo, se quedó embarazada naturalmente. Todo este proceso le llevó unos 3 años y, como dice, lo entiende como un período en el que realmente pudo verificar varias veces si quería ser madre de verdad. Actualmente, su hija tiene 5 años.
El idioma no es un problema
Por esa misma experiencia pasaron también Carla y Ondřej, ella argentina y él checo. Mientras que en el caso de Cristina y Jiří fue el hombre quien hacía de intérprete en las consultas médicas, ya que Cristina no sabía checo, en el caso de este matrimonio esto no pasó, ya que Carla domina el checo, cuenta.
“Hay mucha terminología que necesitas tener en cuenta que, a veces, ni siquiera la sabes en tu propio idioma. Mi marido no se orienta mucho, además, en este tipo de cosas médicas, era también muy interesante y chistoso, yo explicándole todo el proceso en español después de haberlo entendido primero en checo, y también yo enseñarle terminología en checo, porque no tenía ni idea de un montón de cosas que suceden en el cuerpo de una mujer”.
En todo caso, el idioma no presentó ningún problema para las parejas y dice Carla que en la clínica que ellos eligieron los médicos podían comunicar fácilmente también en inglés y que era un centro especialmente frecuentado por parejas italianas. La elección de la clínica, no obstante, se debió, sobre todo, a la recomendación del ginecólogo, la proximidad al domicilio, las reseñas en internet y las experiencias personales de otros. Y, finalmente, fue una elección buena, prosigue Carla.
“La atención ahí que tuvimos en todo momento en las diferentes áreas fue muy buena. Desde el punto de vista profesional, desde el punto de vista humano también, con mucha empatía, porque hay momentos a lo largo de esos tratamientos que no todo sale como uno espera. Hay mucha expectativa y mucha ansiedad, a veces hay muchos miedos y creo que los médicos, desde el punto de vista humano, saben muy bien lidiar con eso”.
“A mí me llamó muchísimo la atención la cantidad de gente, de parejas que están en esta situación”.
Carla
Cuenta Carla que, efectivamente, vivió varios momentos en los que no todo salía tal y cómo esperaba. Entre el primero y el segundo ciclo de la fertilización in vitro, incluso, se quedó embarazada naturalmente pero a las pocas semanas perdió el feto. Hasta que en el tercer ciclo de la fertilización se quedó embarazada y, hoy en día, tiene un niño de dos años. Además, gracias a la posibilidad de congelar embriones, no tiene por qué ser el último.
“Le agradezco muchísimo a la doctora que lo recomendó porque en este momento nuestra discusión de pareja fue: ‘Uy, cómo vamos a pensar en un segundo si todavía no tenemos a un primero.’ Pero creo que hay que ser previsor y ser optimista y pensar: ‘Bueno, en algún momento puede ser que quede embarazada y que salga todo bien y años más tarde puede ser que quiera tener un segundo bebé y por suerte existe esta posibilidad. Entonces, ¿por qué no?’”
Una vez que se confirme el embarazo, la mujer tiene que ir a un ultrasonido a la séptima u octava semana y luego ya termina el tratamiento de la reproducción asistida.
Cristina y Carla concuerdan en que la infertilidad es un tema que afecta a muchas parejas, más de lo que parece, y los datos lo comprueban. No obstante, sienten que el tema sigue siendo un poco tabú y que circula muy poca información, por lo que a Carla le gustaría animar a todos a que busquen ayuda y consulten.
“A mí me llamó muchísimo la atención, la primera vez que fuimos, la cantidad de gente, de parejas que están en esta situación. A veces parece que tener un hijo es algo súper fácil y la realidad es que uno en esta situación se da cuenta que tan fácil no es. Animaría a la gente, si no está pasando nada desde el punto de vista de quedar embarazada, que se animen a consultar porque no serán los únicos y habrá mucha gente en esta situación que de una u otra manera puede colaborar en que al final un nuevo bebé llegue al mundo”.
Agrega Cristina que es importante que las mujeres compartan todo con sus parejas y que los hombres se animen a acompañarlas a las visitas. Y, sobre todo, que aprovechen las oportunidades de los recursos que tiene el sistema médico en Chequia.
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