Los sueños de Kafka, Borges y sus admiradores
"¿Por qué Jorge Luis Borges y Franz Kafka? ... La propia América Latina misma encontró el camino hacia Kafka como ningún otro continente fuera de Europa. En Argentina Franz Kafka halló un alma afina en Jorge Luis Borges ..." Bajo esta idea se desarrolla este mes en Praga el festival cultural Kafka-Borges/Buenos Aires-Praga. En su marco visitaron la capital checa, entre otros, la señora María Kodama, viuda de Borges, y la escritora de origen rumano, Alina Diaconu, residente en Buenos Aires. En un seminario dedicado a esos dos extraordinarios escritores María Kodama y Alina Diaconu reflexionaron sobre los paralelismos y los contrastes de su obra.
Lo sabían los tres.
Ella era la compañera de Kafka.
Kafka la había soñado.
Lo sabían los tres.
El era el amigo de Kafka.
Kafka lo había soñado.
Lo sabían los tres.
La mujer le dijo al amigo:
Quiero que esta noche me quieras.
Lo sabían los tres.
El hombre le contestó: Si pecamos,
Kafka dejará de soñarnos.
Uno lo supo.
No había nadie más en la tierra.
Kafka dijo:
Ahora que se fueron los dos he quedado solo.
Dejaré de soñarme.
"Una mañana en los EE. UU. Borges se despertó y me dictó un poema", contó María Kodama. "Se llama "Ein Traum", un sueño, y pueden encontrarlo en "La moneda de hierro" de 1978. Borges se caracterizaba, llevado por su perfeccionismo, por corregir sus poemas, no sólo mientras los escribía, sino también de una edición a otra de sus obras. Este es el único de toda su obra que jamás corrigió. Un día le pregunté por qué. Su respuesta fue asombrosa. Me dijo que ese poema le había sido dictado en sueño tal cual me lo había dicho, y que por lo tanto no tenía derecho a cambiarlo. Kafka se lo dictó".
Entrevista a María Kodama de Borges.¿Cómo surgió esa gran admiración de Jorge Luis Borges por Franz Kafka, esa admiración de la que también habló aquí en esta conferencia?
"Surge a través de la lectura, como siempre surgían las admiraciones en Borges, a través de la lectura de la obra de Franz Kafka. Y eso le llevó a hacer la traducción de La Metamorfosis y a sentir admiración por ese trabajo y toda esa construcción mental, por toda esa forma de sentir el mundo. Eso lo atrajo poderosamente".
¿Cómo es la vida compartida con un gran escritor?
"La mía es una situación muy especial. Yo conocí a Borges cuando tenía 12 años. Empecé a estudiar con él a los 16. La vida fue tejiendo una historia ... Cuando uno es adolescente tiene ideas a veces muy formadas y discute de cosas que, después me doy cuenta, como se habrá divertido él con esas opiniones que yo tenía a los 16 años! De modo que para mí era la persona que yo admiraba, mi profesor, el escritor que me entusiasmaba. Pero cuando uno está con alguien así de genial, no tiene esa sensación todos los días, es decir, yo fui queriéndolo, sin darme cuenta al principio, a él, como persona, como ser humano por cosas que a veces no eran literarias y me divertían y por la forma lúdica que él tenía de relacionarse con el mundo".Algunos quizá opinaron u opinan que Borges era una persona infeliz. Pero yo leí que Ud. no está de acuerdo con ello ...
"No. Eso es un grupo de gente que no tiene la sensibilidad o la posibilidad de leer a través de esa obra. Esa obra y la forma en que el admira y estudia el mundo, no es la obra de una persona infeliz. En todo caso, él era inmensamente feliz en su creación. En realidad cada persona saca del otro lo que ella es. Quizá él era infeliz con todas esas personas que dicen que era infeliz. En lo que a mí respecta nos divertíamos muchísimo".
En esta conferencia se habló de los sueños. ¿Compartió Borges sus sueños con Ud.?
"Generlamente, él me contaba los sueños que tenía. Y como yo también soñaba bastante, nos divertíamos mucho intercambiándonos sueños, y las pesadillas también, porque yo también tenía y tengo pesadillas a veces. Y después compartíamos el alma, que es compartir la vida, que es compartir tantas cosas. El hecho de que él me dictara su obra, para mí, era una cosa única. Nadie puede transmitir lo que es sentir el nacimiento de la creación de una inteligencia como la de él. Eso es extraordinario".
Jorge Luis Borges nunca ha visitado Praga ..."No, el nunca visitó Praga aunque escribió ese famoso poema ´Golem´, porque él había leído cuando tenía 18 o 19 años ´El Golem´ de Meyrink, y eso le impresionó mucho. Después leyó sobre la ciudad. Era una persona sumamente interesada y curiosa, sobre todo, cuando se trataba de descubrir una literatura extraña, una verdadera creación. Porque una cosa es ser un escritor y otra es crear un universo, como lo hizo Kafka, por ejemplo".
¿Qué opina Ud., si Borges visitara hoy Praga no se sentiría un poco desilusionado? Por el centro de Praga, por ejemplo, que se ha convirtido en una zona comercial y turística, por el hecho de que Praga haya perdido ese misterio?
"El a veces decía lo siguiente: la gente detestaba a los turistas, pero al mismo tiempo el que detestaba a los turistas, era turista también. Entonces, una ciudad cambia de acuerdo a las necesidades como cambió desde la época de las tabernas hasta ahora. Esos cambios son dolorosos, todo cambio es doloroso, pero al mismo tiempo todo cambio trae también otra forma de felicidad. Y después está el agregado de lo que sentimos, como la nostalgia de eso que a veces no conocimos y que conocimos a través de lecturas, o a través de cuadros, pero que de algún modo ya no podemos conocer porque ha cambiado. Pero eso sucede en todas las ciudades. Yo creo que el poder de su imaginación era tan grande que, aún no viendo, vio cambios que podían suceder en las ciudades que visitábamos, que conocía y había conocido totalmente distintas a principios del siglo 20".
Ud. es presidenta de la Fundación Jorge Luis Borges. ¿Desarrolla esta fundación sus actividades también en la República Checa?
"Ahora estamos tratando de ver con el embajador argentino si podemos hacer un acuerdo con la Fundación Kafka, constituyendo una especie de sociedad Kafka en Buenos Aires que tenga, digamos, como casa la Fundación Borges, y una sociedad de Borges acá en Praga que tenga como centro o como lugar de acogida la Fundación Kafka. Y ver entonces de qué modo podemos hacer un intercambio de homenajes de Borges acá, homenajes de Kafka en Buenos Aires".
¿Por qué cree que Argentina fue el primer centro de interés por Franz Kafka en América Latina? ¿Por qué no otro país?
"Yo creo que Argentina en su momento era un país sumamente sofisticado intelectualmente, y entonces estaba a la vanguardia de todas las novedades que se producían en el entorno intelectual. Era evidente que cuando Kafka fue conocido, despertó el interés de todo ese círculo intelectual, dentro del cual también estaba Borges, quién tenía su interés abierto justamente al mundo. Todos compartían un poco la idea de evitar lo que era el nacionalismo, mucho más, después de ver a lo que podía llevar. Y de tratar de hacer un mundo abierto en el que los seres humanos se entendieran a través de la razón, a través del diálogo, y que fueran libres. Borges me decía lo hermoso que sería que no existiera ningún tipo de autoridad, porque cada ser humano supiera que pueda llegar hasta acá, porque acá empieza tu libertad. Bueno, eso es ya mucho pedir quizá a otros seres, a lo mejor clonados..."
"Algunas de las historias kafkianas le aparecieron al escritor en sus entrecortados sueños. Kafka se debatía entre el insomnio y la pesadilla. Acaso tema que el alma, que me abandona durante el sueño, no regrese a mí, confesó Kafka".
Alina Diaconu llegó a Argentina a sus 14 años, después de que sus padres emigraran de la natal Rumania oprimida por la dictadura comunista. En Praga la escritora confesó su amor a Franz Kafka.
¿En qué, según su opinión, consisten los parelelismos entre Kafka y Borges?
"En la charla que di aquí en Praga me referí al tema del laberinto, el laberinto, que en Kafka aparece, no de una manera explícita, pero sí implícita como metáfora, y que en Borges también aparece numerosas veces de una manera explícita. El amaba los laberintos, le fascinaban, les tenía miedo. Toda esa fascinación que produce el laberinto que encontramos en los dos autores, eso es lo interesante. Como Kafka, sin saberlo, estaba utilizando laberintos en sus obras, tanto en sus novelas como en sus cuentos".
Además de paralelismos entre Kafka y Borges, Ud. observó también paralelismos entre Praga y Buenos Aires.
"Yo hice un chiste porque muchas veces en la Argentina al hablar de la burocracia que había allí se decía - era una broma, pero las bromas siempre tienen una parte de verdad - que si Kafka hubiera nacido en Buenos Aires hubiera sido un escritor costumbrista. O sea, esa costumbre de la burocracia, lo que él denuncia en obras como ´El Proceso´ o ´El Castillo´, que es esa postergación infinita ... en esos puntos los dos países y las dos ciudades pueden unirse. Y también es muy interesante, y lo dije como un chiste, que el presidente de ahora, como se llama Kirchner, con K., lo llaman el señor K. Entonces, yo decía que esperaba que su salida del laberinto sea por arriba, y no a través de las complicaciones de los laberintos de Kafka y Borges".
Hablando de laberintos ... ¿Para Ud. Praga es un laberinto?
"Esta vez es la segunda vez que estoy en Praga. La primera vez estuve un fin de semana, era invierno, llovía mucho, no pude ver bien Praga, pero me pareció igual maravillosa, todo el centro viejo, esas callecitas con un aire, con un misterio - el cementerio judío, el gueto, me parecía que tenía algo de laberinto".
¿Cree que en Praga todavía han quedado algunas huellas de Franz Kafka, hoy en día en el siglo 21?
"Yo creo que Kafka es inmortal en el sentido de que va a ser siempre actual. Lo que él dice le ha ocurrido al hombre en todos los tiempos y le está ocurriendo al hombre de hoy. En ese sentido es eterno".
¿Y Ud. misma cómo se familiarizó con la obra de Kafka, cuándo conoció a Kafka?
"Yo conocí a Kafka, como muchos argentinos, por más que yo soy nacida en Rumania, lo conocimos gracias a Borges leyendo ´La Metamorfosis´. Kafka era un escritor alemán, yo no hablo alemán así que lo he leído en la traducción de Borges lo cual, no es poco decir, fue todo un privilegio, y me enamoré de Kafka. Estoy muy enamorada de Kafka todavía y seguiré estándolo como escritora".
¿Kafka se refleja en su obra?
"Sí, mucho. En mi penúltima novela el protagonista es un biólogo, que tiene un amigo que es un insecto que se llama Gregorio Samsa. La novela se llama ´Los devorados´, sería interesante que se tradujera en Praga, porque realmente para aquí tendría un sentido muy particular, porque es una relación entre el biólogo y un insecto que aparece en su cocina y con el cual él empieza una amistad, a quien saluda ... Cuando llega a casa y lo ve, dice: ¡Hola, qué tal, Gregorio!".
¿Podría especificar que fue lo que le enamoró de Kafka? ¿Se puede decir? ¿Qué es lo que más le atrae?
"El mundo de él, ese mundo de esa postergación infinita, ese mundo de opresión, de soledad tremenda de los personajes. Son muchos los ingredientes, pero esos ingredientes están también en otros autores, lo que pasa es que Kafka lo hace de una manera muy particular, muy personal y única, inconfundible. De una originalidad que es muy difícil de encontrar, por eso se ha convertido en uno de los mayores escritores de todos los tiempos".